Whatsapp es una aplicación única entre todas las apps habidas y por haber en las tiendas de aplicaciones de los diferentes sistemas operativos, ha conseguido cosas que ninguna otra podría soñar, que ahora repasaremos, pero su reinado parece estar dando señales de que toca a su fin. ¿Es esto posible? ¿Estamos presenciando el fin de Whatsapp?
De todo eso y más, a sólo un click de distancia…
Lo que Whatsapp ha conseguido
El principal mérito de Whatsapp es quitarle en torno a 30 millones de euros al año al conjunto de nuestras operadoras telefónicas (grandes o pequeñas), sin entrar en lo que haya ocurrido en el resto de Europa. Eso es más o menos lo que entre todas ganaban al año por ingresos de SMS, pero a la vez, es tal vez uno de los principales drivers de adquisición de un servicio de datos en una línea de voz (pensad en cuantas personas normalmente fuera del target de los datos conocéis con datos en el móvil y con un smartphone: madres, tías, suegras…). ¿Sólo Whatsapp? Evidentemente no, pero me atrevo a decir que el 80% de la «culpa» la tiene la aplicación de mensajería por excelencia.
Pero la cosa va más allá. En realidad, no sólo hablamos de sustituir SMS por mensajes gratuitos en la red, también ha ayudado a algo que los SMS no habían hecho, la sustitución de la voz. Aquí hay vencedores y vencidos: las OMVs se han frotado las manos con esta forma de negocio, pues su voz, al ser revendida, es más cara, por lo que no les compensa que nadie hable, los datos en cambio, son un modelo de negocio más barato para todos ellos. Sólo hay que atender al claim de Tuenti («hablar es lo de menos») o al de Amena.com («all you need is blog»). Los vencidos, lógicamente, son los operadores principales, para los que la voz, era (y es) su principal negocio. Normalmente hablamos de guerra de precios al hablar de la encarnizada batalla entre operadoras a día de hoy, pero es una guerra de productos, que si os fijáis atentamente, lo que tiene en común es la depreciación de la voz (Yoigo, Orange, Vodafone con tarifas ilimitadas; Movistar, sólo para retención y Empresas). La voz ya no es el foco, ahora son los datos. Y eso, aunque parezca algo agresivo y enrevesado, es en parte, por culpa de Whatsapp.
Era también el principal motivo de «tranquilidad» de sistemas operativos móviles emergentes: Android no tuvo la repercusión que tiene en Europa hasta la llegada de la aplicación al otrora Market. Windows Phone y Symbian lo anunciaron a bombo y platillo (comunicaciones ex professo para ello…). No eras un SO móvil válido si no tienes Whatsapp.
Por último, consiguió algo que muchos quieren, pues es la clave en la apertura de un nuevo mercado: ser pionero (no es del todo cierto, pero sí enlazando a una línea de teléfono). De ahí lo que yo llamo el «efecto Cola Cao» o el «efecto pan Bimbo», para siempre dirán tu nombre, da igual cual sea el producto. Eso ocurrirá, pero lo mejor de todo es que pese a ser un producto netamente inferior a otros (Spotbros, ChatOn, Joyn…), se mantiene y crece como único protocolo, como si fuera el oficial de Europa y Sudamérica (no del Mundo, en Asia y Estados Unidos reina Facebook). Pero, ¿es suficiente?
Los ¿ingresos? de Whatsapp
¿Pero y ese dinero del que hablaba? ¿Lo ha ganado Whatsapp? Lo cierto es que no, y he ahí el principal problema al que se enfrentan. El modelo de negocio de estos señores parecía inicialmente claro: hacemos que todo el mundo se haga usuario y luego les cobramos, pero la cosa se ha ido alargando y alargando, de tal manera que todo el mundo lo ve como un protocolo gratuito y libre.
¿Publicidad? No, tampoco. Y no tiene sentido que no la hayan aprovechado, la verdad, pero hablan al respecto de este tema en su blog: no lo han hecho porque eran de Yahoo y no creen que sea la manera correcta, poco más o menos. Hablan de lo malo que es que sepan todo sobre ti… Google is evil, en resumen. Pero me parece de una hipocresía supina. Tienen toda la información más sensible del mundo en sus servidores y con unas deficencias de seguridad manifiestas…
Así que sólo quedaba pensar que lo que hacían era engordar un pavo ya gigante para luego venderlo al mejor postor. Era evidente, y eso parece que indicarían los rumores ya muy extendidos de que Facebook estaría interesado en comprar Whatsapp. Me adelanto: no creo que vaya a ocurrir. Por dos cosas: el movimiento de Facebook y el movimiento de Whatsapp. ¿Qué ha hecho Facebook? Hacer que su Messenger ahora se enlace a una línea telefónica y ya no necesariamente a un usuario de Facebook. ¿Qué es esto? Imitar el modelo de Whatsapp. ¿Para qué vas a hacer si lo vas a comprar?
Y el movimiento de Whatsapp: volver a la primera casilla. Por fin van a empezar a cobrar por el servicio anualmente a todos sus usuarios y no sólo hacer efectivo el cobro de la aplicación (en iOS y Blackberry OS tan sólo). Pero me temo que han elegido el peor momento para hacerlo. Uno, porque hay suficientes alternativas en el mercado, y la gente empieza a ser consciente de ello, y todas ellas son gratuitas. Dos, por el nada trillado argumento de la crisis. Un euro al año no es nada, pero menos es cero euros al año, y la palabra gratis está más de moda que nunca. Y en el peor de los casos, Facebook te puede borrar de un plumazo poniéndose tonto…
El heredero definitivo: LINE
No han sido pocas las apps que han intentado quedarse con el pastel de Whatsapp, pero llegaron tarde: ofrecían lo mismo a ojos del consumidor (la carencia de seguridad hasta el «Pipi Estrada-gate» no ha conmocionado a nadie más que a los tecnoadictos). Y no eran apuestas tontas, Samsung (ChatOn), los operadores europeos unidos (Joyn)… Incluso las que ofrecían mucho más no podían con el efecto del pionero. Pero siempre hay un punto débil, algo que explotar, algo que hace única a una app…
Los japoneses tontos no son, y dieron con la clave: los iconos. Manda narices, la verdad, pero la tontería más grande era la clave del asunto, y si le das un porcentaje extra de funcionalidad, pues ahí lo llevas. Eso es lo que ha hecho LINE. Porque podemos decir que es por lo de las llamadas, pero sería mentira. Es por los iconos, es por el DLC.
Naver (y NHN) tiene bastante más claro su modelo de monetización: pago in-app. ¿Y sabéis qué? Funciona. En Japón y Estados Unidos como rosquillas están vendiendo los paquetes de stickers. En España somos más agarraos, pero algún moderno lo habrá hecho.
¿Sois usuarios de LINE? ¿Y de otras alternativas? Miradme por favor cuántos contactos tenéis en cada uno de los servicios. Gana LINE por goleada, seguro. Y eso que de momento, no han puesto ni un euro en promoción en nuestro país. Empiezan el 12, con una rueda de prensa en Madrid. A partir de las navidades, yo me iría fijando en las estadísticas de migración de Whatsapp a LINE, en serio. La cosa ya empieza a notarse, pero están muy muy al principio de su ciclo de vida de producto:
Con todo esto no quiero sino verter mi opinión: a Whatsapp le queda poco de vida, y poco no quiere decir unas semanas sino unos meses, a lo sumo 6, que es lo que tardará la gran mayoría de su cartera en migrarse a otro servicio, sobre todo si en el que están cobran y en otro no, con la que está cayendo. Esto me da para otro artículo: «el Hoax como arma de marketing de guerrilla», pero lo haremos en otra ocasión.
¿Qué opinas? ¿Whatsapp está a punto de morir? ¿Se acaba una era? ¿Es una exageración? ¿LINE es flor de un día? ¿Qué usas tú? ¿Te planteas cambiar?
PD: Ante la masiva corriente de pensamiento que invade los comentarios de este artículo en torno a que LINE nos patrocina diré lo siguiente:
- A mi LINE no me gusta nada de nada: me parece contraintuitivo, demasiado en el DLC (que además no son más que iconos grandes), consume mucha batería (no mucho más que Whatsapp, todo sea dicho), y su diseño es bastante pobre y además poco funcional, está todavía en una fase beta y lo utilizan como producto final. Pero con todo eso, la gente lo está utilizando (aunque en tu manzana no lo hagan, hay mundo más allá).
- Es decir, que si tuviéramos alguna recompensa o algún otro tipo de interés en primar a LINE por encima de cualquier otro cliente de mensajería, acabo de hundirlo tranquilamente.
- En otro orden de cosas, la polaridad que se está alcanzando en cualquier tema de actualidad (sobre todo tecnológica) me empieza a asustar. Esto no es una guerra, ni una religión, ni siquiera un partido de fútbol. En mi opinión, no tendríais que tomaros tan vehementemente la defensa o ataque de vuestra opinión y menos en algo tan banal. El descrédito, el insulto, y la ironía son formas burdas de defender una postura.