Tenemos un problema. Un problema de almacenamiento, mas concretamente. El ser humano está generando mas información que en toda la Historia, y sin embargo los dispositivos móviles pueden guardar cada vez menos de esa información. No es que la cantidad en sí esté bajando, es que si antes grabábamos vídeo en resoluciones paupérrimas, ahora lo hacemos en HD, con la consecuente subida de tamaño. Y sin embargo, puedes gastarte casi setecientos euros en un móvil como el Galaxy S4 y solo tendrás 16 GB disponibles.
¿De qué sirve tener pantallas con una densidad de píxeles estratosférica si apenas puedo tener un par de películas en alta definición guardadas? ¿De qué sirven las cámaras con mas megapíxeles que dedos en una mano si tengo que andar con cuidado de no tirar demasiadas fotos? Y cuando encendemos el dispositivo, nos encontramos que apenas tiene la mitad del espacio disponible, el resto lleno de basura y bloatware disfrazado de «increíbles características». Siempre nos quedarán las tarjetas Micro SD, por supuesto, pero no creo que sea una excusa aceptable por dos razones. La primera es porque si estás pagando el precio de un producto premium, es lógico que todos sus apartados sean «premium». Y segundo, algunos fabricantes ya nos están negando incluso el puerto de tarjetas, como el Nexus 4 y sus irrisorios 8 GB en su modelo básico. Y estamos hablando del que se supone que es la «referencia» entre los smartphones Android.
¿Porqué los fabricantes no quieren incluir mas almacenamiento interno? Una buena respuesta es la codicia. La memoria no es barata, y parece que la industria está esperando a la siguiente justificación para aumentar aún mas el precio. Que si hay una inundación en las fábricas, que si al servir módulos mas rápidos estos son mas difíciles de fabricar, que si no hay stock… El caso es que es en el almacenamiento donde los fabricantes consiguen mayores beneficios, y eso no tiene visos de cambiar. Así que lo aprovechan, normalmente sirviendo dos modelos con dos tamaños diferentes y una gran diferencia monetaria entre ellos.
Otra opción es que estamos ante un cambio de filosofía. El almacenamiento en la nube ha sido el gran protagonista del último año y medio, con una gran cantidad de servicios que ofrecen un servicio gratuito básico que se puede mejorar a cambio de una cuota. Como era de esperar, Google es una de las compañías que mas están invirtiendo en estos servicios, con Drive como mejor ejemplo. Y una manera de «convencer» a los usuarios de que usen su producto es incluyendo poco almacenamiento para que no tengan mas remedio.
Sí, el dinero sigue estando detrás de esta razón, pero la diferencia es que, con el presumible aumento de velocidad de las conexiones y unos dispositivos que en cada versión necesitan estar mas conectados, es posible que estemos ante el primer síntoma de un cambio de rumbo de la industria. Ya solo queda lo mas difícil, convencer a los usuarios, y por mi parte, lo tienen difícil.