En los últimos meses y especialmente en los últimos modelos, como usuario enfermizo de Android he notado unas cuantas tendencias relacionadas con el mundo del rooteo que me gustaría compartir con vosotros y saber qué opináis al respecto.
Rootear
Como bien sabréis los más asiduos, me encanta rootear. Desde el primer teléfono que tuve, el HTC Magic, hasta este último, un HTC One y pasando por cuatro o cinco modelos en medio, la primera cosa que he hecho ha sido rootearlos. Que mi madre se ha comprado un teléfono nuevo: rooteado. Que mi padre ha conseguido por puntos otro: rooteado. Que el padre de mi novia tiene un nuevo teléfono: a ese no le hago nada por si acaso. Pero en definitiva, teléfono Android que cae en mi poder, teléfono que rooteo a las pocas horas. Incluso he creado la web Ready2root, para explicar a todo el mundo cómo rootear cada teléfono. Así de enfermo soy.
¿Y qué es rootear? Pues lo que he explicado con más detalle aquí. Básicamente se trata de conseguir permisos de superusuario en tu teléfono para a continuación poder hacer diversas cosas: borrar aplicaciones, utilizar ciertas apps y lo más interesante, cambiar de ROMs. Y es que de toda la vida, con todos los modelos que he tenido, la versión de Android que venía con el teléfono o bien era muy mala o bien se quedaba desactualizada al poco tiempo.
Recuerdo que gracias a las ROMs me instalé en su días Android 2.2 en mi HTC Magic cuando aún estaba con 1.6 oficial, instalé las últimas ROMs de Cyangoen y MIUI en un Nexus One para alargarle la vida muchos años. Me deshice también de la horrible versión de Android que venía en el LG Optimus 2X poniéndole Android 4.0 y ahora Android 4.1 y mejorándolo muchísimo. Nunca me había gustado ni el HTC Sense ni el TouchWiz de Samsung, y por tanto, ROM al canto. No he tenido un teléfono (ni nadie de mi familia) al que no le haya cambiado la ROM a los pocos días.
¿Y eso por qué? me preguntaréis intrigados. Pues muy sencillo jóvenes padawans: por que los teléfonos daban pena. Mi cabeza no podía entender cómo podía ser tan asqueroso el sistema operativo del LG Optimus 2X (y los que lo hayáis tenido, sabéis a lo que me refiero) y que al cambiar la ROM, hecha por gente de manera desinteresada, cambiase tanto el rendimiento del teléfono. Siempre he cambiado la ROM de un terminal por que gracias a ello el teléfono a mejorado y mucho. Muchísimo. Hasta ahora.
Los tiempos están cambiando
Hace menos de un mes me compré un HTC One y os puedo asegurar que no me había sorprendido tanto con un teléfono desde hacía tiempo. Puedes leerte reviews, ver vídeos y todo lo que quieras, pero hasta que no lo tienes en tu mano y convives con él durante unos días no te das cuenta de cómo han cambiado las cosas. Ahora, el HTC Sense no es un asco, al revés, me está encantando y aporta muchas cosas al teléfono sin ralentizarlo. Y esto que digo con el HTC One, podemos extrapolarlo a otros modelos. El Samsung TouchWiz ya no es tan malo, la capa de LG, aunque aún le falta va por buen camino y están saliendo varios modelos de teléfonos directamente con Android Stock.
Poco a poco los fabricantes se han ido dando cuenta de los problemas y los han ido corrigiendo. Por primera vez en mi vida, con mi nuevo teléfono no he sentido la necesidad urgente de cambiar de ROM. Sí, sí que lo he rooteado. Y sí, sí que le he cambiado la ROM. Pero le he puesto una ROM con casi ninguna modificación. Mi sensación general es que por primera vez en mi vida estoy viendo que el hecho de rootear tu teléfono ya no es una necesidad imperiosa.
Realmente, poco a poco ya no compensa hacer todo el proceso de rooteo: desbloquear el bootloader, cambiar el recovery y flashear el archivo que te otorga los permisos root frente a lo que tienes por defecto. Es más, están saliendo soluciones mucho más sencillas y prácticas. No se si conocéis el Xposed Framework, pero es una maravilla. Instalándolo como si de una aplicación se tratase, ya se pueden hacer cientos de pequeñas modificaciones a tu teléfono sin cambiar de ROM, con peligro nulo de romperlo. Ya no hace falta cambiar la ROM.
Aunque…
Pero ojo, esto tiene truco. Y es que cada vez hace falta menos rootear… en los dispositivos de gama alta. Efectivamente, no hace falta rootear tu SGS4, tu HTC One, Nexus 4, Xperia Z o cualquier telefonazo de alta gama. Estos modelos ya pueden ofrecerte una experiencia de uso alucinante sin necesidad de ninguna modificación. Pero no se puede decir lo mismo de los teléfonos de gama baja.
Un amigo se ha comprado un LG L3 y sigue siendo una chusta, los Galaxy Ace siguen teniendo problemas de memoria y en general, todos los teléfonos Android de gama baja-media siguen siendo mediocres, las cosas como son. Y cuidado, no tengo la intención de menospreciar a nadie. Yo sigo recomendando teléfonos de gama media a ciertas personas, por que son los más adecuados y me parece perfecto que tengas uno de ellos. Pero eso no quita que esta serie de teléfonos aún están a años luz de la gama más alta de terminales Android.
Y a estos teléfonos sí que hace falta aún rootearlos. Sí que aún hace falta cambiarles la ROM y quitarles las capas de personalización innecesarias. ¿Llegará un día en el que no hará falta? ¿Un día en el que los teléfonos de gama baja funcionen tan bien como los actuales de gama alta? Esperemos. Mientras tanto, ya sabéis. A rootear.