En El Androide Libre ya hemos hablado en alguna ocasión sobre el cambio en la industria del videojuego en lo que respecta a la financiación de sus títulos. Estamos hablando de los tan polémicos micropagos, por supuesto, un elemento que por si solo no solo ha conseguido cambiar cómo un desarrollador gana dinero, sino que ha modificado cómo son los juegos en sí mismos.
Si antes comprábamos un juego completo con toda la experiencia jugable que podía ofrecer, ahora es como si lo comprásemos por piezas. Si bien muchos de estos juegos son gratuitos, la mayoría están diseñados para, tarde o temprano, tener que gastar algo de dinero en nuevos componentes o en ayudas para pasar los tramos mas difíciles. Si esto es algo bueno o algo malo para los videojuegos es un tema complejo, y que seguramente no tendrá una sola respuesta.
Es cierto que muchos juegos abusan de este sistema, pidiendo cada vez mas de la cartera en una espiral de gasto que depende en enganchar al jugador lo máximo posible al inicio para «desangrarlo» a continuación. Pero también hay otros que se pueden completar perfectamente sin pagar, y los gastos opcionales son solo estéticos o sin importancia.
Sea como sea, hay un aspecto de los micropagos especialmente dañino, y que en las maños equivocadas puede suponer la ruina para la familia. Por supuesto, estamos hablando de los mas pequeños de la casa, que aún no tienen la noción de que el dinero ficticio que se usa en el juego y el dinero real son dos cosas distintas. Sería muy duro decir que las desarrolladoras «se aprovechan» de ello, pero es seguro decir que la mayoría no hace ascos al dinero obtenido de esta manera.
El problema, basicamente es de la falta de un control parental en las opciones de Android.
Poneos en la piel de un niño pequeño. Vuestros padres os han puesto un juego en el móvil para que os entretengáis, un título claramente orientado a un público infantil, con sus colores brillantes y sus monedas caricaturescas que salen de cofres con ojos. Pero para poder continuar necesitáis un objeto que cuesta mas de lo que tenéis. ¡No temáis! Porque justo debajo hay un botón bien grande y brillante que dice «¡Consigue mas monedas!».¿Porqué no pulsarlo? Sí, ahora os aparecerá el menú de Google Play que os pide confirmar el gasto en euros del elemento del juego, pero recordad: sois un niño pequeño que solo quiere seguir jugando.
Gracias a la función de recordar la tarjeta de crédito, acabáis de darle un disgusto a vuestros padres cuando revisen los gastos mensuales.
Es un problema, y gordo, que no se limita a aquellos juegos para público infantil. Por eso, es conveniente que si vais a prestar o dejar vuestro dispositivo Android al pequeño de la casa, antes comprobéis que no puede realizar compras con él.
Para ello, tenéis tres opciones. La primera, y mas sencilla, es que Google Play no recuerde la información de la tarjeta de crédito, (todo eso lo podéis configurar desde vuestra cuenta de Google Wallet eliminando la tarjeta de crédito) pero es posible que queráis mantenerla para facilitar vuestras compras.
La otra opción solo sirve su usas Android 4.2 en una tablet, ya que el modo multiusuario os permitirá crear una cuenta que no tenga asociada ninguna tarjeta de crédito, y podréis cambiar entre una y otra fácilmente.
Sin embargo, es posible que ninguna opción os valga, y en ese caso os interesa controlar que solo vosotros podáis realizar compras en Google Play.
Para ello, tenéis que acceder al menú de Google Play, y una vez ahí, pulsar en Ajustes. Entonces, vais a la opción «Contraseña» y la activáis. Ahora os pedirá vuestra contraseña de Google, para confirmar que realmente queréis ese cambio.
Una vez que lo hagáis, a partir de ahora todas las compras realizadas a través de Google Play pedirán la contraseña para poder cobrarse.
Importante: Todos los comentarios que se refieran a métodos para piratear o modificar los juegos para saltarse los micropagos serán eliminados. Si no estáis de acuerdo con los micropagos, no compréis ni descarguéis juegos que los llevan, pero no os aprovechéis de los desarrolladores.