Esta semana se ha anunciado el nuevo dispositivo de Nokia con Windows Phone, el Lumia 1020. Su mejor característica es la cámara de 41 megapíxeles que domina la parte trasera del dispositivo y que es un auténtico motivo de compra. De hecho, en general es un dispositivo que me encantaría tener, ya que en lo que respecta al hardware es muy equilibrado y con la marca de calidad de Nokia. El problema, por supuesto, es su sistema operativo, que no acaba de llamarme la atención.

Es entonces cuando me hice la pregunta, ¿por qué Nokia no lanza un dispositivo Android?, una pregunta que ya nos hicimos en su momento. Por supuesto, Stephen Elop, CEO de Nokia, proviene de Microsoft, y ambas compañías tienen una alianza que será difícil de romper durante un tiempo. No tiene sentido que la compañía finlandesa se dedique a lanzar móviles con el sistema operativo de la competencia. Sin embargo, ahora el propio Elop ha dado las razones concretas por las que eso aún no ha pasado.

Básicamente, Nokia no quería competir contra Samsung. En realidad, esta decisión se tomó en 2010, cuando la marca coreana aún no gobernaba las ventas de dispositivos Android con tanta ventaja, pero la idea es la misma: Nokia creía que había un alto riesgo de que un solo fabricante de hardware dominase al resto en ventas, evitando la posibilidad de una competencia sana. Y, aunque nos cueste admitirlo, han acabado acertando.

El dominio de Samsung sobre el resto es simplemente brutal, si bien ya se están empezando a ver alguna fisuras en su brillante armadura. El Galaxy S4 no está cumpliendo las (elevadas) expectativas, y otros fabricantes como Sony o HTC (a duras penas), consiguen obtener un pedazo de pastel. Pese a todo, es innegable que Samsung es el que mas dispositivos Android vende, y Nokia no quería estar a su cola.

Y es que hay que tener en cuenta que en 2010 Nokia estaba al borde del abismo. Su empecinamiento en seguir apoyando Symbian, un sistema operativo obsoleto, les costó muy caro, y necesitaban dar un giro completo a su rumbo. Tenían la opción de irse a Android y convertirse en los comparsas de otros, o bien podían elegir Windows Phone y ser los líderes (aunque solo sea por la falta casi total de competencia).

Por tanto ¿qué es mejor, vender mucho y ser un segundón, o vender menos y ser el líder del grupo? Para Nokia la respuesta es la segunda, y pese a que Windows Phone aún no ha despegado en ventas, el hecho de ser la referencia en ese mercado ha ayudado a la compañía a establecerse y a calmar sus cuentas.

 

¿Es suficiente? Ni mucho menos. Porque a Nokia se le está quedando pequeño el mercado de Windows Phone, un SO que hasta en sus mejores expectativas solo venderá un pequeño porcentaje respecto a Android. Si Nokia quiere volver a ser la que era, solo le queda un camino, pasarse a Android. Aunque eso signifique luchar a muerte contra los grandes.

Fuente | The Guardian