Los últimos rumores y filtraciones de la posible nueva tablet Nexus 7 sacan a la luz que podría llevar en su interior nada menos que 4GB de RAM. Esta cantidad doblaría en cantidad de memoria a cualquier otro dispositivo con Android que exista en la actualidad y es algo que me llama muchísimo la atención. Parece que la presentación de las nuevas generaciones de smartphones y tablets implica siempre para los fabricantes tener que superar las especificaciones de los dispositivos anteriores. ¿Así es como se llega a la mejora de la experiencia del usuario? ¿De verdad es necesario llegar a estos extremos en las características técnicas?
Con la explosión de popularidad que tuvo Android en su inicio se fueron sumando más y más fabricantes a crear nuevos terminales, a cada cual mejor, y en un principio ese salto en las especificaciones fue realmente necesario para crear dispositivos punteros y que nos permitiesen realizan más tareas, más rápidamente, mejorando nuestra productividad al mismo tiempo que las exigencias de Android aumentaban junto con la calidad y potencia de las aplicaciones y juegos. Pero se ha llegado a un punto en el que sólo se presentan terminales con características más brutales que crean la necesidad al consumidor de tener lo último, cuando en realidad no le va a sacar partido.
Escalada de potencia y características
Esa es la situación que hemos vivido en los últimos meses/años, primero le tocó a las pantallas, le siguió la obsesión de mayores procesadores, las cámaras… más pulgadas, más núcleos, más megapíxeles! Se llegó rápidamente a la cifra de 1GB de RAM y en la gama alta actual se superó esa barrera situándose en los 2GB que permiten realizar todo tipo de acciones y disfrutar de la multitarea sin que el teléfono o tablet se inmute. Aun así se espera que, por ejemplo, el futuro Samsung Galaxy Note III llegue a los 3GB de RAM, por lo que no parece tan descabellado que el rumor de la memoria del Nexus 7 sea cierto.
Mientras, los fabricantes van y vienen, dejando en tierra terminales «antiguos» excusándose en que no son capaces de soportar los requerimientos actuales. ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Cuándo va a parar o hasta dónde va a llegar esta lucha por superar el hardware del vecino de enfrente? Aunque curiosamente, y por desgracia, esa guerra no ha llegado al barrio de las baterías, uno de los componentes que menos ha evolucionado y que más necesita mejorar.
Hace unas semanas se rumoreó que la futura versión de Android 5.0 Key Lime Pie sería compatible con los dispositivos más modestos que tuviesen desde 512MB de RAM. Algo mucho más coherente con lo que Android busca para su futuro, la optimización, aún con componentes de bajo nivel que permita una gran experiencia a la mayoría de la población y reduciendo al mismo tiempo la famosa fragmentación, aunque está claro que no deja de ser un rumor. Entonces, si volvemos al tema de los 4GB de memoria, ¿qué sentido puede tener esa ingente cantidad en la nueva generación? A lo mejor se esperan nuevas versiones y funcionalidades que permitan sustituir a los tradicionales PC’s, quién sabe.
Mientras escribo estas líneas veo que mi compañero Danny publica que Samsung presentará en breve su nuevo Exynos Octa 5, una evolución del actual procesador de 8 núcleos de la marca. Más capacidad de procesamiento, pero ¿para qué? ¿acaso se ha sacado todo el partido a los terminales presentados hace unos pocos meses? La competencia entre los fabricantes les exige tener en el mercado lo mejor de lo mejor, y por ello no cesan de innovar en nuevas tecnologías y componentes que elevan todavía más el listón para futuros dispositivos.
Uno de los motivos que sí puede justificar ese aumento de potencia constante son los juegos, que cada vez requieren más recursos para incluir y transmitir al usuario gráficos y detalles increibles dignos de las mejores consolas convirtiendo smartphones y sobretodo tablets en centros de entretenimiento totales. Era impensable hace unos años poder disfrutar de juegos como Real Racing, o el mítico Grand Theft Auto, que incluye toda una ciudad, en Android.
Y vosotros, qué opináis, creéis que es necesario seguir aumentando las especificaciones de los terminales para justificar las nuevas gamas, o se debe echar el freno en este sentido y centrarse en la optimización exprimiendo los componentes actuales logrando una mayor eficiencia. ¿Más es siempre mejor?