Los fabricantes también producen los componentes internos de los que están dotados sus smartphones. Enormes sumas de dinero dedicadas a la investigación e innovación que al final no solo benefician a la propia empresa, también a los rivales.
Un móvil no solo es una carcasa y una pantalla, es una antena, es un procesador, es una memoria, es un sistema operativo. Pero es que además de eso, es un conjunto de piezas ensambladas de tal manera que el resultado final sea reducido, ligero, conectado, resistente y sin fugas. Una obra que puede parecer trivial cuando lo manoseamos y lo guardamos en el bolsillo como si tal cosa, pero los productos tecnológicos por muy pequeños que sean tienen un coste detrás desorbitado.
Dicho esto, las decenas de empresas que compiten por ser la mejor tienen que tomar muchas decisiones durante el proceso de construcción. Hoy hablaremos de esos casos en los que un fabricante móvil decide utilizar componentes clave de otra empresa para su propio móvil.
Es mi casa, son mis normas
El caso más reciente es el de Samsung y Qualcomm. El nuevo Galaxy S6 será un buque insignia que presuntamente venderá millones de unidades. La investigación y el dinero invertido en él es astronómica, pero parte de su éxito viene determinado por el chip y procesador utilizado. Hasta la fecha siempre se han tenido dos modelos, uno con Exynos y otro con Snapdragon de Qualcomm, que acaba siempre siendo el utilizado en las versiones internacionales.
¿Por qué esta vez podría ser distinto? Básicamente siempre han querido apostar por su propio chip pero las circunstancias y el miedo a ser rechazado por los usuarios eran muy importantes. Esta vez partimos de distinta posición, el Snapdragon 810 ha tenido problemas en su producción, calentamiento y retrasos mientras que Samsung confía en que el Exynos 7 Octa puede rivalizar en bastantes aspectos. A esto podemos añadirle el hecho de que el Galaxy S6 quiere romper moldes con sus generaciones anteriores. Una excusa de cambio que se puede aprovechar para apostar por nuevos componentes internos. Y a pesar de todo esto, todavía hay dudas que el Snapdragon 810 no se incorpore en el nuevo Galaxy S6.
La importancia de un buen producto
Si Qualcomm ha logrado introducir sus chips en la mayoría de fabricantes es entre otras cosas porque a eso se dedican. Caso distinto es el de un fabricante móvil cuya división de hardware ha creado un componente suficiente potente como para que otras marcas decidan apostar por ellos. Es el caso de Sony y sus sensores Exmor. Actualmente la mayoría de buques insignia apuestan en sus cámaras por estos sensores y no parece que en 2015 la tendencia vaya a cambiar.
Samsung trabajó en ISOCELL durante mucho tiempo, pero ya hemos visto que el Note 4 utiliza el IMX240. Casos parecidos vemos en los smartphones chinos que utilizan las pantallas AMOLED que Samsung produjo hace tiempo.
Todos los fabricantes intentan crear sus propios componentes, sea Samsung, Sony, LG o Apple. Controlar la línea de producción ayuda a manejar los costes y a adaptar mejor esos componentes con el resto. Pero no siempre se puede y a veces sale más a cuenta comprar grandes cantidades de componentes a la competencia que no introducir los tuyos.
No todos los fabricantes pueden tener componentes propios e innovar en eso
Las empresas móviles no son igual de grandes unas que otras. No todas tienen el músculo financiero suficiente como para producir su propio hardware. De hecho, la mayoría de fabricantes apuestan por trasladar la creación de sus smartphones a China, mientras el diseño y las pautas del montaje se realizan desde los cuarteles generales en el país de origen.
Algunas empresas como Motorola no son precisamente conocidas por producir su hardware (al menos no últimamente), pero eso no ha evitado que se controlen costes y vendan a precio reducido. Eso sí, no pensemos que es solo habitual en las empresas pequeñas, ya que algunas como Xiaomi también apuestan de momento por elegir componentes de otros fabricantes, los mejores de casa casa, un cóctel explosivo de piezas que al final los ingenieros de Xiaomi saben transformar en un producto que pueden considerar como suyo, y además con mucha identidad propia.
Al final los CEO de cada empresa deben decidir qué estrategia les reportará mejor imagen, y a la postre beneficios. La elección de uno u otro componente supone diferencias de millones de euros.
¿Qué método os gusta más? ¿Aquellas empresas que crean sus propios componentes o las que ofrecen precios ajustados?