Hay algo que empieza a crisparme últimamente con respecto al panorama de smartphones Android. Noto como que los terminales que se lanzan al mercado no están terminados, completamente probados, testados durante un buen tiempo y lanzados con la certeza de encontrar ninguno o prácticamente ningún error. En los últimos lanzamientos, veo lanzar dispositivos que no están completamente pulidos y obliga al fabricante a ir lanzando actualizaciones tras su posterior lanzamiento al mercado.
Esto me recuerda bastante al mundo de los videojuegos. Muchos desarrolladores optan por lanzar un juego inacabado y que junto con la instalación del juego, aparece un parche que soluciona bugs que no fueron corregidos antes de lanzarlo. ¿Por qué esto de hacer pagar a la gente por un producto inacabado? Lo peor, es que seguimos comprando y hacemos entender a las marcas que no nos importa tener que lidiar durante unas semanas con un smartphone que quema en las manos o que fuerza el cierre de alguna aplicación.
El software, muy común encontrarlo inacabado
Los fabricantes lanzan al mercado terminales inacabados o con desperfectos. Es lo que pasó con el OnePlus One, por ejemplo, que algunos usuarios reportaban problemas en el panel táctil y otros colores amarillentos en ciertas zonas de la pantalla. Algo que posteriormente se corrigió con actualizaciones pero que sus primeros usuarios tuvieron que soportar. Un terminal inacabado que se lanza al mercado.
Si hay que hablar de productos a nivel de software inacabados no tenemos que remontarnos mucho hacia atrás. Android 5.0 Lollipop era una ‘mina de bugs’. Tanto es así que pronto se lanzaron las actualizaciones 5.0.1 y 5.0.2 para corregir los problemas ocasionados en algunos dispositivos. El problema con la gestión de batería y el tan esperado Project Volta no cumple con lo prometido. Por no hablar de los problemas de gestión de memoria RAM de los Nexus 5. Pero tampoco tenemos que irnos tan atrás, sino que en la primera versión de Android, aparecían más aplicaciones en el menú de recientes cuando ya habíamos cerrado todas. Fallos menores, pero que denotan un producto inacabado.
HTC este año se ha ‘coronado’ con su buque insignia. En el momento de su lanzamiento tenía problemas de calentamiento y no sólo esto, sino a nivel de software. La aplicación de cámara incluida no explotaba al máximo su potencial, ni traía el famoso soporte RAW y demás. Una cámara en la que se hizo hincapié en su lanzamiento y que luego resultaba no estar tan pulida. Recibiendo posteriormente una actualización a través de Google Play.
A nivel de software siempre se ha recriminado a las marcas de hacer capas de personalización que repercutían en el rendimiento del dispositivo. Claro que sé la capa que se os viene a la mente, Lagwiz Touchwiz. Samsung hasta el Galax yS6 ha tenido siempre el mismo problema en sus terminales. Lanzar al mercado capas inacabadas que mermaban la experiencia de usuario. Esto hace que tengas en tus manos un dispositivo caro pero no pulido del todo.
Probar con software en pruebas no es la mejor forma de testar un hardware
A nivel de hardware también hemos tenido este año ciertas marcas que lanzaron al público terminales inacabados. Es lo que ocurrió con los procesadores Qualcomm Snapdragon 810 en los terminales G Flex 2 y HTC One M9. Procesadores que fueron testados en software bajo desarrollo y que una vez se le introdujo el sistema operativo definitivo, donde se exprimía al máximo este procesador, hacia que se sobrecalentase notablemente el terminal.
No todo son palos para Qualcomm este año con el procesador líder del 2015. El LG G4, presentado recientemente, monta en su interior un SoC probado, testeado y que se sabe que funciona realmente bien. Tanto el software del nuevo buque insignia de la surcoreana como el rendimiento del procesador han sido probados antes de su lanzamiento mundial. No un terminal que se lanza al mercado en busca de reportes de los primeros usuarios.
Pero no sólo fueron los dispositivos con el Snapdragon 810. Samsung con sus nuevos buques insignia también tuvo problemas con sus primeras unidades. Algunos usuarios reportaban que había suciedad, como si viniera ligeramente arañada en toda la superficie. Aunque sólo el cristal frontal y eso que ambos están protegidos con Corning Gorilla Glass 4. Lo cierto es que posteriormente se solucionó el problema en las siguientes unidades pero claro, hubo personas que recibieron un terminal inacabado.
La Nexus 9 y las fugas de luz
Uno de los lanzamientos inacabados que yo personalmente sufrí y sufro, es con la Nexus 9. Una tablet de gama alta, de la mano de Google y con un fabricante detrás del calibre de HTC que lanzan un dispositivo que revolucionaría las tablets de gama alta, pero inacabado. Al llevarme la Nexus 9 a las manos, al iniciarla, me doy cuenta de que tiene unas considerables fugas de luz. Algo que es común en pantallas LCD pero que los fabricantes ocultan de algún modo. Hasta que posteriormente no llegaron otras actualizaciones no se corrigió este fallo y ahora, personalmente, las noto menos.
Pero no sólo en cuanto a la pantalla, sino que el botón de bloqueo y control de volumen del marco no sobresalen todo lo que debería para ser ergonómica. Un fallo que las siguientes unidades resolvían pero claro, yo como primer usuario acabé con una tablet inacabada que no cuesta barata que digamos.
Tampoco se escapan los terminales wearables… El LG G Watch tenía un error en la fabricación de los pines de carga que hacía que no distinguiera entre la piel y la base de carga. De tal modo que siempre dejaba circular la corriente y causaba quemaduras en la piel de los usuarios. Un error que demostraba la falta de controles de calidad.
Controles de calidad, parece que faltan al comienzo de comercializar un smartphone
Si hay algo importante al final de una cadena de montaje es el control de calidad. Distintas pruebas realizadas a un producto ya acabado que ha de superar para que sea vendido sin ningún riesgo a los usuarios. Pero viendo todos estos problemas a nivel de software… ¿Dónde están los controles de calidad para detectar que hay excesivas fugas de luz en la Nexus 9 o los problemas reportados por los usuarios de un LG G Watch? Viendo como lanzan al mercado las primeras tandas con problemas, dudo que sean del todo fiables.
Indagando por internet he visto como Samsung es bastante reputada por sus controles de calidad, presumiendo de estándares muy valorados. Desde su página dedicada al control de calidad vemos como tiene el certificado ISO/TS16949. Este certificado obliga al fabricante a tener un control sobre toda la cadena de montaje y reducir al máximo los desechos producidos. Entonces, ¿estos controles no vieron que las pantallas de algunos Galaxy S6 Edge estaban sobresaturadas o ligeramente rayadas?
En estos procesos hay tras el control unos cálculos estadísticos para no analizar todos y cada uno de los terminales que salen de una fabrica de smartphones. Pero si salen bastantes unidades a las que se les puede recriminar no estar acabado o imperfecto, es porque algo fallo, al menos bajo mi opinión.
Es cierto que nada es perfecto y pueden salir primeras unidades no tan pulidas como las que se pueden comprar meses más tarde. Pero es algo a lo que ya no nos resulta extraño, como cuando sale un dispositivo o empiezan a probarlo los medios se ve como el terminal no está acabado. Tiene errores que podrían ser detectados fácilmente en un mejor control de calidad.
Creo que no sólo los fabricantes de móviles sino toda la industria tecnológica debería preocuparse mucho más en que las primeras tandas no sean como las llaman algunos, ‘de prueba’. Sino una unidad terminada, perfecta para su venta.
Vía | XDA