El 20 de julio de 1969 tuvo lugar el que probablemente sea el mayor hito científico de la historia de la humanidad desde la domesticación del fuego. Ese día el módulo de alunizaje del Apolo 11, una lata de sardinas lanzada desde el Centro Espacial Kennedy de Florida se posó en la superficie lunar, donde al día siguiente Neil Armstrong daría sus primeros pasos sobre nuestro satélite. El sistema de guiado de la nave tenía un procesador de 1 MHz y 4 kb de memoria, una ridiculez comparada con cualquier smartphone de hoy en día.

La tecnología avanza tan rápido que prácticamente cualquier teléfono inteligente tiene más potencia que la mayoría de instrumentos que los humanos tenemos flotando alrededor de nuestra pequeña roca azul. Como decía Mark Watney en la novela de Andy Weir El Marciano, «la NASA está llena de gente muy lista», y desde luego no se les ha pasado por alto este hecho y los smartphones están llamados a tener un papel notable en la exploración de la última frontera.

Smartphones como satelites de bajo coste

Lanzar un satélite al espacio es algo muy caro, pero gracias a los smartphones puede ser mucho más barato. La idea es básicamente, enviar smartphones al espacio, y en eso consiste el programa PhoneSat de la NASA, que en 2013 envío varios dispositivos Android al espacio, concretamente unos Nexus S y Nexus One. Evidentemente, se equiparon los teléfonos con distintas baterías y protecciones. Habiendo realizado pruebas en gran altitud y en cámaras de vacío, la NASA sabe que estos funcionarán en el espacio, pero no sabe durante cuánto tiempo, precisamente lo que se quiere probar con estos experimentos.

Actualmente, los ordenadores de a bordo de los satélites se hacen de forma personalizada para cada nave, pero de ser posible reutilizar teléfonos para este fin, los costes se reducirían, y el hecho de contar con una plataforma abierta como aumentaría enormemente las posibilidades al poder contar con la comunidad de desarrolladores de Android.

Pero el PhoneSat no es el único camino en el que los smartphones y la exploración espacial se encuentran, y es de nuevo un proyecto de Google que puede ayudar a la humanidad a conquistar el espacio: Proyect Tango. Desde 2006 tres robots esféricos del tamaño de una pelota de fútbol -inspirados por el robot con el que Luke Skywalker entrenaba a bordo del Halcón Milenario- han estado dando vueltas por la Estación Espacial Internacional.

Project tango puede dar «vida» a los robots de la Estación Espacial

Impulsados por ráfagas de CO2 son capaces de moverse con precisión en ambientes sin gravedad pero poco más, hasta el año pasado, cuando los astronautas de la ISS recibieron un cargamento que incluía unos smartphones desarrollados como parte de Project Tango que permitirá a los robots SPHERE realizar nuevas tareas al dotarlos de nuevos sensores de profundidad y procesadores de visión .

Los astronautas primero movieron los smartphones de forma manual por la estación para crear un detallado mapa en 3D y luego los conectaron a los robots -ahora Smart SPHERES, según la NASA-, de forma que a partir de ahora estos pequeños androides flotantes podrán navegar por la estación de forma autónoma.

La idea es, si todo va bien, que estos robots algunas «tareas domésticas» en la estación, como comprobar la calidad del aire y algunas comprobaciones de seguridad, lo que podría ahorrar a los astronautas un tiempo precioso que podrían invertir en otros experimentos o en descansar.

Puede sorprender que algo tan cotidiano como un teléfono móvil, equipado con prácticamente el mismo sistema Android que los que llevamos en el bolsillo puedan tener un rol prominente en algo tan dado a la ciencia ficción como la exploración espacial, pero estos proyectos de la NASA demuestran el enorme potencial que pueden llegar a tener, y en última instancia, son una demostración de lo lejos que ha llegado la electrónica de consumo, que no sólo ha revolucionado nuestras vidas, sino que también ha conquistado el espacio.

Imagen de cabecera cortesía de Karim Sabet