¿Te acuerdas de aquella actriz que salía en ese capítulo de Juego de Tronos? No, se lo preguntamos a Google. ¿Te acuerdas del número de teléfono de la abuela? Tampoco, pero lo tengo en la agenda del teléfono. Se podía intuir que en los últimos años estábamos recurriendo cada vez más a dispositivos digitales como sustituto de nuestra memoria, y un estudio realizado por Kaspersky parece confirmar esa tendencia que ha bautizado como ‘amnesia digital’ o ‘efecto Google’.

La empresa de seguridad está más preocupada por el hecho de que no protejamos nuestros dispositivos (con sus productos) que por los resultados de su estudio, que por otro lado muestra algunos datos realmente llamativos. El estudio se llevó a cabo en EEUU, a través de 1.000 encuestas realizadas on line en mayo de 2015 a una población desde los 16 hasta los mayores de 55 años. Los encuestados estaban divididos entre hombres y mujeres de forma igualitaria. Se echa de menos una comparativa con personas que no son usuarias de Internet o con países donde el acceso a Internet no es tan sencillo como en Estados Unidos, pero aún así el estudio es digno de análisis.

El estudio demuestra que el 50% de los encuestados acude a Internet cuando no puede recordar algo, frente a un 39,3% que trata de recordarlo. Sorprendentemente, esto no únicamente no afecta sólo a los nativos digitales, sino que aumenta con la edad. Un 44,7% de los encuestados entre 16 y 24 acude a Internet mientras que el 42,2% trata de recordar. En la franja de entre 45 y 55, el 55% se lanza a los brazos de Google mientras que el 33,7% pone a sus neuronas a hacer ejercicio.

El ‘efecto Google’ no es exclusiva de los nativos digitales

Además, buena parte de los encuestados coincidían en que no necesitaban recordar algo, que lo que necesitaban era recordar dónde lo habían encontrado. El 68,6% de los mayores de 55 años estuvieron de acuerdo con esta afirmación, mientras que un 58,7% de los encuestados entre 16 y 24 años coincidieron.

El cerebro, como los músculos, hay que ejercitarlos para que no se nos atrofien y la excesiva dependencia de dispositivos digitales puede hacer pensar que es algo nocivo, sin embargo no es algo que necesariamente sea así, como explicó el divulgador científico Bill Nye en una entrevista a Gizmodo.

¿Es necesariamente algo malo?

Popularmente conocido como The Science Guy, explicó que este fenómeno puede, de hecho, hacernos más inteligentes:si no tienes que recordar tantas cosas, el cerebro puede usar la materia gris que antes utilizaba para recordar -por ejemplo, todos los números de teléfono- para analizar situaciones de forma crítica y encontrar soluciones o para recordar con mayor detalle lo que hiciste el último verano.

De hecho, la externalización de la memoria es tan antigua como la primera pintura rupestre. No sólo lo llevamos haciendo desde hace milenios -ya sea en la pared de una cueva, en un papiro, en un libro o en un servidor al otro lado del mundo- sino que además es una característica fundamental de los humanos, esencial en nuestra evolución y algo que nos diferencia del resto de los seres humanos. Ahora sólo lo llevamos un paso más allá. Bueno, quizá dos.

Mientras no externalicemos conocimientos esenciales para nuestra supervivencia -mejor recuerda el camino a casa y no dependas de un GPS que se pueda quedar sin batería-, esta forma de actuar puede aumentar nuestro potencial, ayudarnos a explotar mejor nuestra inteligencia al facilitar como nunca antes el acceso a cualquier tipo de conocimiento, incluso aquel al que nunca habríamos llegado por nosotros mismos.

Más información Informe completo de Kaspersky