Acelera. Joder, más rápido. Así me gusta.
Dispara. No dejes que nadie te vea.
Resiste. Y muéstrales de qué material estás hecho.
Tengo en mis manos el Motorola Moto G 2015, la tercera generación de un dispositivo conocido por todos los fans de Android. He estado compartiendo batallas con él durante una semana. Lo he tenido conmigo en la carretera, en el asfalto y en los garitos más oscuros que conozco de Barcelona. La noche es joven y este smartphone parece aguantar lo suficiente. No sé si le gustará el calimocho pero el jodido cacharro enamoró a todas las fieras que conoció.
En los tiempos que corren, cada vez más despiadados, hace falta elegir bien a los compañeros. Motorola sigue orgullosa de este Moto G, con su diseño desenfadado, aspecto rechoncho y fundas de colorines. No parece un móvil duro para un reportero que ha tenido en sus manos los androides más curtidos. Pero me han prometido que este pequeño gordinflón ha pateado durante años a todo aquel que intentaba arrebatarle lo que le pertenece.
Me da igual si ha sido construido para gustar a todo el mundo. No importa si se vende a la mínima de cambio. Quiero un terminal que aguante años, que valga la pena confiar en él. Quiero un cacharro que pueda llevarlo al límite y disfrute conmigo. Yo he sudado para ganar cada centavo que cuesta, espero que me compense con creces. Acompañadme a discutir si ha estado a la altura. No está hecho de metal, pero pocos móviles hay más duros de pelar que el nuevo Moto G.
Análisis del Motorola Moto G 2015
- Características
- Diseño, materiales y sensaciones
- Pantalla
- Sonido
- Cámara
- Software
- Batería
- Conclusiones y Opinión
Los números del Motorola Moto G 2015 solo importan a los técnicos
Es un móvil. ¿Qué más necesitas saber? Tiene una pantalla de cinco pulgadas. Cabe en la mano, no como esos zapatos gigantes que he visto por ahí. Dice ser de alta resolución, pero es una lástima que mis ojos ya estén a full acostumbrados a otra cosa.
En las tripas del gordinflón hay cuerda para rato, aunque no las quiera enseñar. Su batería de Litio es más grande que la de su antecesor. Eso está bien. Pero faltaría más, su panza es también más generosa.
Qualcomm Corporation mueve los circuitos del Moto G. Cuatro núcleos. 64 bits. 1,4GHz. Arquitectura A53. OpenGL ES 3.0. Open CL 1.1e. Direct X 9.3. GPU Adreno 306 downgradeada a 400MHz para guardar batería. CPU Snapdragon 410. Malditos números. Mi unidad es la clasificada con 1GB, pero tienen en fabricación otro modelo con el doble de memoria y más almacenamiento. Estoy con el de 8GB, luego os digo si son suficientes. El otro tiene 16GB y 2GB, es algo más caro pero no más gordo. Menos mal.
Viene bien equipado. Se agradece, aunque echo en falta algunos detalles. Solo puedo tener un número de teléfono, así no puedo tener una doble vida. Tampoco puedo pagar con él en el Club Retro, donde los pandilleros ya pagan con sus implantes NFC. A mi no me van esas cosas, pero el cacharro podría incorporarlo. Aquí se nota que no es un androide de lujo. Se lo perdono porque tiene trashFM y por la red me permite surfear a toda velocidad con el 4G.
Terminamos este repaso hablando de la cámara. Esta tercera generación sube a los 13 megapíxeles e incorpora el mismo sensor que ya probé en el Nexus 6. El gordinflón empieza a enseñar sus armas. Luego veremos si es tan duro de noche.
Por si eres un técnico y solo te importan los fríos números. Mala suerte, son casi los mismos que el modelo del año pasado. Un poco de procesador por aquí, un poco de cámara por allá. Pero no te engañes, este Moto G rinde mucho más que lo que pinta.
Especificaciones del Motorola Moto G 2015
- Pantalla IPS de 5″ con resolución HD 720p y Gorilla Glass 3
- Qualcomm MSM8916 Snapdragon 410 quadcore A53 a 1,4GHz
- GPU Adreno 306 a 400MHz
- 1GB (opción 2GB)
- 2470mAh no extraíble
- Almacenamiento interno de 8GB (opción 16GB) ampliables por microSD hasta 128GB
- Cámara trasera de 13MP, sensor IMX214, con flash dual LED, HDR, f/2.0 vídeo1080p 30fps
- Cámara frontal de 5MP f/2.2
- MicroSIM, BT 4.0, microUSB 2.0, GPS, radio FM
- Acelerómetro (2), sensor de luz ambiente, magnetómetro, sensor de proximidad y sensor Hub
- LTE Cat 4 (150Mbps/50Mbps), modelo XT1541
- Resistencia al agua IPX7: 30min hasta 1 metro de profundidad.
- 155g
- 142,1 x 72,4 x 6,1 – 11,6 mm
- Carcasas intercambiables personalizables
- Android 5.1.1 Lollipop
- Precio oficial: A partir de 199€
Un bebedor gordo y pesado
¿Cómo es un móvil sin metal? Mucho más ligero. Pues no señores. Este Moto G se hunde en el bolsillo como si de una Colt 2000 se tratara. Pesa 155 gramos y su barriga le sobresale hasta los 11,6mm. Ya dispuestos darme un One M9 con sus 157g y 9,6mm, al menos sentiré el frío en mis dedos.
No es feo, es majo. Tiene sus curvas. Sus puntas redondeadas. Sus dos líneas en el panel frontal y sus enormes bordes superior e inferior. Si además vuestro modelo es el blanco estáis de suerte, a no ser que estéis todo ciegos lo veréis aunque esté al otro lado de la sala.
Si lo miramos de lado podremos apreciar sus curvas, más delgado en los extremos. Y es que el Moto G puede meter barriga hasta los 6,1mm. Lo que debería hacer es más ejercicio.
En los laterales dispone de una franja grisácea de plástico que le da un buen aspecto, en la parte superior donde encontramos el jack de 3,5mm nos recuerda al Moto X, su hermano mayor. Sí hay que reconocerle la disposición de los botones de volumen y encendido, situados en el lado derecho. Sorpresa, aquí sí tenemos un pequeño acabado metálico que se sienten muy bien al tacto.
Si nos vamos a la parte trasera encontraremos carcasas intercambiables. Nos ha tocado otra vez la blanca, pero los hay de todos los colores chillones que te gusten. Tiene una superficie rugosa, bien. No se marcan las huellas, me vendrá genial. Sí se ensucia con facilidad, qué lástima. No resbala, mejor.
El Moto G será un tocho, pero al menos es equilibrado y muy cómodo de coger con la mano. ¿Os he contado cuando a Jonny Silverhand se le resbaló el arma? Nada, mejor otro día. Con el Moto G esto no nos pasará.
El diseño del Moto G 2015 es funcional. No tiene bordes metálicos, el logo de Motorola apenas se ve pero es un trozo de plástico reconocible. Desde hace años tiene más o menos el mismo diseño y todos los del gareto ya lo reconocen cuando lo ven. No saben si es el primero que salió, más pequeño, o el segundo, muy parecido. Pero sí saben que es un Moto G. A mi me gusta, te ahorra dar explicaciones.
¿He dicho ya que la cubierta trasera se quita? Por supuesto y la parte interior es mucho más interesante que no por fuera. Teníamos un anticipo en forma de franja metálica en la parte trasera que une la cámara con el flash y el logo de Motorola. Una franja que se diferencia de la cubierta y que proporciona un toque vistoso aunque desaprovechado. Parece un botón trasera pero la idea simplemente es que esa franja forma parte del cuerpo interno del Moto G.
Para quitar la cubierta deberemos utilizar algún tipo de aguja. Podéis utilizar las uñas si os gusta ese rollo. Una navaja es demasiado gruesa. Hay que ir desencajándola por todos lados, ya que la cubierta debe ser juntada a presión en todos los puntos para que no entre agua. También hay que apretar en el centro. Da igual cuanto aprietes que si caes al mar con el Moto G o se te cae la cerveza le entrarán gotas al interior. Por eso es resistente al agua, pero no sumergible. ¿Me oís? Puedes meterlo en el agua pero luego no vayas llorando.
Aún así me gusta que el cacharro sea resistente. Los anteriores modelos no lo eran y una vez pruebas al gordinflón ya no quieres saber nada de los otros. Los japoneses son expertos en esto, pero el nuevo Moto G es de los pocos que consigue convencerte para llevarlo allá donde vayas, para que no tengas que preocuparte por si le pasa algo. Y Rogue me está esperando en el jacuzzi.
He visto esa pantalla antes, ¿no tienes nada mejor?
Conectarse a la red. Rastrear. Todo se hacía a través de interfaces y ciberterminales portátiles. Pero nadie nos avisó que se verían tan bien. Las pantallas de estos teléfonos inteligentes son enormes, tienen más colores que los neones de las Ramblas y encima son táctiles. Vamos, como la seda. De lujo. Pero no penséis que soy un viejuno, conozco toda la artillería en pantallas. Y la pantalla del Moto G no es precisamente lo máximo.
Es como si la historia se repitiese una y otra vez. Un panel 720p que se ve estupendamente, tiene un brillo elevado, un ratio de pantalla del 67%, 294ppi, contraste 850:1, brillo de 480 nits, los colores de su IPS son vivos y quizás el cristal es algo reflectivo. En definitiva, la pantalla de este cacharro es buena pero no destaca en comparación con las anteriores. No hay evolución. Vamos hombre, mis ojos ya están acostumbrados a ver millones de píxeles. Dale caña, dame resolución.
Si comparamos la pantalla del gordinflón con un Nexus o con uno de esos ídolos que se ven ahora nos daremos cuenta en seguida que nos han dado gato por liebre. La diferencia es muy notable. Hay tantos terminales ya con pantallas FullHD que cuesta acostumbrarse a una gama media que sigue en los 720p. Sí, es todo por un tema de rendimiento (el Snap410 está pensado para HD) y precio (la gama Snap600 es más cara que la 400). Entiendo la razón pero me da igual, quiero sumergirme en una red de píxeles y conectarme como si no existiese ningún mundo fuera de lo que me muestren.
Del móvil me ha gustado un detalle. Se hace llamar Moto Display. Había oído hablar de ella, sus hermanos mayores la tienen pero en un cacharro barato como este no pensé verlo. Decirle adiós al LED, en estos tiempos que corren se llevan las notificaciones minimalistas. ¿Con quién hay que hablar para que me devuelvan la estética del neón?
A lo que iba, cuando estemos en la barra de nuestro gareto preferido y algún bellezón nos empiece a enviar telegramas veremos encenderse tímidamente la pantalla y mostrar un icono del mensaje. Solo hará falta mantener pulsado y sin desbloquear el móvil podremos leerlo. También funciona para pasar las canciones. Fácil, seguro y elegante. Justo lo que le gusta a los malditos ejecutivos. Habrá que acostumbrarse a la buena vida.
Uno de los beneficios de este invento es que en pantallas AMOLED no gasta batería. La del Moto G es una LCD por lo que su inclusión tampoco es la panacea para nuestra autonomía. Aún así es interesante y se agradece ver funciones reservadas a terminales más caros en un móvil como el Moto G.
Otra utilidad que me habría gustado encontrar y que ya podrían haberlo incorporado en los gestos es el de doble toque. Pim pam y se enciende la pantalla. Aunque entonces no utilizaríamos casi Moto Display.
Hay que entender que Motorola es conservadora: ha apostado por un panel excelente pero no potente, por un par de funciones curiosas y poco más. Claro, se lo puede permitir. Ir rápido y cegar a todos los de la carretera es fácil cuando tienes a la más guapa de paquete pero la vida nos obliga a ir cargado de armas para el futuro.
Toca bien, pero su colega le ponía más pasión
Oh sí. Más alto. Más grave. Más cañero. Hell yeah. Cambio de canción. Algo más tranquilito. El Moto G no incluye auriculares, una lástima porque sí tiene radioFM, perfecta para nuestras noches en el asfalto. De verdad, tenéis que escuchar trashFM o la nueva OledFM. Estos días están que se salen y con el Moto G se escuchan perfectamente.
La noche del jueves. O la del sábado, no me acuerdo bien. Bueno, me llamaron en medio del MetalHead y pude mantener una conversación normal con ella. Normal a nivel de voz, recepción de sonido y demás. El tema no os importa. El Moto G tiene dos micrófonos, uno para grabar y otro de cancelación de ruido.
Hete aquí viene uno de los trucos de esta nueva generación, han eliminado uno de los altavoces frontales y solo el de abajo se mantiene. Perdemos el sonido estéreo aunque el hecho de seguir estando en la parte frontal se agradece. Quizás si el altavoz estuviera en la parte inferior no sería tan gordinflón, pero oye al menos me pone Crazy Train como dios manda.
Una cámara para inmortalizar cada momento
Oh là là. Quién iba a decirme a mi que disfrutaría con esas flores, con esos árboles verdes y ese sol radiante. Los sucios barrios de Night City desaparecen por el día cuando los capturas con el Moto G.
Una cámara de 13 megapíxeles con dual-LED flash, f/2.0 y un sensor Sony IMX214, el mismo que tenemos en móviles de gama alta como el OnePlus One, el Xiaomi Mi4 o el Nexus 6, Oh Roy!
Las calidad de la fotografía depende de muchos factores (aparte del fotógrafo): estabilización, postprocesado, flash.. la del Moto G no tiene algunos de los juguetes que sí vienen en la cámara del replicante como el OIS, pero los resultados son igual de impresionantes. Sorprende la evolución que ha habido este año en fotografía, si los gama alta han dado un salto, este gordinflón no se queda atrás. Buena esa.
Para activar la cámara podemos hacerlo mediante una agitación, algo que realmente es muy ágil. Una vez en la cámara encontramos la aplicación de Motorola que funciona a través de una ruedecita y podría ser mejorable. Las opciones son las clásicas: HDR, flash, exposición, enfoque, modo noche, vídeo 1080p, vídeo slow-motion a 720p, panorámica, temporizador, ubicación, sonido del activador y captura rápida.
Como digo, esa cámara me quitó toda la resaca. Por un momento creí ver mejor a través de sus ojos que no de los míos. Tuve que coger mi siempre-al-límite Nexus para hacer una comparación, me ha costado encontrar las diferencias.
¿Os gustan mis vistas paradisíacas? Qué día tan radiante que hacía. Lo mejor de la cámara del Moto G no solo son sus resultados durante el día a buena luz, es lo rápido que pueden hacerse. Desenfundar el terminal, rápido giro de muñeca, enfoque y exposición seleccionado a nuestro gusto en cuestión de segundos y foto. Casi instantáneo, sin que te de tiempo a fijarte si hay tiempos de carga de por medio. Salvo cuando nos movemos de plano, en el que se piensa durante un segundo si enfocar de nuevo.
Aquí os dejo una pequeña galería. Desde el exterior de una corporación de manipulación genética, uno de los garitos pijos de la noche barcelonesa lleno de colores donde vemos como de noche sufre bastante en comparación con el día, pastas para cebarse, flores, muebles, comida, bombones para ligar, fotos del centro probando el HDR y terminamos con un verdadero artista.
En serio, el nivel de detalle de este móvil es muy bueno. Si cualquiera tiene acceso a una calidad fotográfica en su móvil como la que ofrece el Moto G tendremos un problema, esas fotos en las redes sociales que subís todos os acabarán pasando factura. Demasiados detalles.
Este matón también permite vídeos acuáticos. Sí señores, ¿no recordabais que se puede mojar? Pues también puede grabar y hacer fotos bajo el agua. No lo recomendamos ya que a pesar que puede, no debería. No le sienta muy bien beber tanto, cosas de la dieta. Al menos podemos utilizar los botones de volumen para hacer fotos.
Sus vídeos en FullHD son algo justitos sobre todo debido a la falta de estabilización, el slow-motion a 720p es perfecto para cuando quieres grabar cosas que botan, como una pelota.
Por último decir que no soy de hacerme selfies. Por dios, si alguna tiene esta noche libre y quiere ver mi cara puede dejarme su correo en los comentarios. Pero diré que a Rogue sí le gustaron esos cinco megapíxeles. Pero esos me gusta no van en función de la calidad de la cámara así que no perdáis el tiempo. Bien Motorola, has conseguido una cámara que ni el mejor arreglador podría conseguirme a este precio.
Todo el sistema en orden y actualizado
He conocido a jinetes androides que podrían hacer cualquier cosa con un móvil. Rápidos e inteligentes. Pero sobre todo conocían el sistema, sabían qué hacer y cuándo. Así que nunca los cogían a contrapié cuando el campo de juego se convertía en zona de batalla. Si como yo, ya conocéis este sistema estáis de enhorabuena. Motorola tiene un gusto exquisito por el software stock, puro con pequeños addons pero siempre manteniendo la esencia.
Android 5.1.1 Lollipop sin capa de personalización. Launcher de Google, notificaciones estándar, multitarea tradicional, pantalla de bloqueo clásica… me recuerda a un Nexus y eso es buena señal.
Siempre se agradece un poco de personalidad propia en el software, pero Motorola no lo necesita. Ha hecho de Lollipop puro su bandera y pocos rivales pueden presumir de parecerse tanto a un Nexus y seguir conservando identidad propia. Aunque no nos engañemos, el Moto G sí añade un par de aplicaciones preinstaladas. Una lástima que no aprovechen para añadir el Euskera o Catalán que sí vienen en Lollipop. La única que rechazó al gordinflón fue precisamente una morenaza de L’Ebre; oportunidades así no se pueden dejar pasar.
Un icono circular de colorines me llama la atención. Lo abro, es la aplicación Moto. Desaparecen los colores y estoy delante de un menú azul con tres opciones; asistente, acciones y pantalla. Una app algo simple para ser el centro de mando del Moto G pero explorando un poco me doy cuenta de sus posibilidades. Aquí una pequeña lista de los extras que tenemos:
- Ayuda: Pues eso, una aplicación muy bonito y con demasiada información. Seguramente nunca la leeremos. Pero ahí está.
- Migración: Es simple. Te bajas la aplicación desde el otro móvil y puedes pasar toda la información a este. Perfecto para quienes cambian más de móvil que de calzoncillos.
-
Moto: La aplicación principal de Motorola.
– Asistente nos permite programar una respuesta, ponerse en silencio o apagarse en caso que estemos en una reunión, sea por la noche o estemos en una ubicación concreta.
– Acciones solo tiene dos gestos, uno para encender la linterna agitando y otro para abrir la cámara girando. Rápido, simple. Quiero más gestos así. El gesto de linterna me vino perfecto para encontrar ese duro que se cayó al suelo entre las piernas de mis amigos borrachos, el de cámara es perfecto para inmortalizar justo cuando uno de ellos se estampó. Gracias gordinflón.
– Pantalla es sobre Moto Display. Ya lo hemos explicado antes, ¿es que no me leéis? Podremos elegir qué aplicaciones queremos que se muestren y si se pone en vibración o no. - RadioFM y app de galería: Diseño Material Design, funcionan bien, poco más que añadir.
- Aplicación de cámara: Ejem. Ya hemos hecho antes un breve repaso. Motorola necesita renovar el aspecto de esta aplicación. Es útil y sencilla pero nos sentimos como si fuéramos netrunners de los ochenta.
Se agradece que el Moto G deje la mayor parte del sistema intacto. Sus aplicaciones preinstaladas no ocupan mucho tamaño ni consumen recursos. Pero faltaría más ya que únicamente tenemos 8GB de almacenamiento. Perdón, 4,53GB para archivos. O lo que es lo mismo, la trilogía de Robocop en alta definición y poco más.
A mi no me cuesta deshacerme de lo que no vale para nada. Si un juego me aburre lo elimino (las velocidades de lectura y escritura son buenas), si veo una película la borro pero hay mucha gente con Diógenes digital. Para todos ellos les recomiendo que se aprieten el bolsillo y paguen los 30€ extra que cuesta la versión de 16GB. O quizás no, porque ya nos vamos a un precio donde hay alternativas con los dieciséis gigas de base.
Motorola siempre se ha caracterizado por actualizar sus dispositivos. Esta tercera generación sí recibirá Android M, pero también podría servir de cortafuegos para los anteriores que quizás no tengan tan buena suerte. Una de las funciones de la siguiente versión es el uso total de las tarjetas SD como almacenamiento, en el momento en que llegue el pequeño espacio del Moto G no nos dará tantos dolores de cabeza. Pero hasta que eso llegue quizás los Sex Pistols ya han sacado nuevo disco.
Terminemos esta sección hablando del motor interno del terminal, de ese Qualcomm Snapdragon 410 del que todo el mundo habla. Ahora en serio, ninguna de las vampiresas tuvo queja de su fluidez. Y creedme, hacerte el técnico hablando de números no es algo que les importe ni impresione lo más mínimo.
Pero claro, aquí estoy hablando con enfermos de los chips. Os comprendo, yo también pasé por esa época. Resumiré mi postura; si vas a comprarte una aeronave impresionante está bien que busques la mejor cilindrada pero si quieres una motocicleta para salir con tus pandilleros olvídate de los tornillos. El Moto G funciona, va rápido, es fiable… mucho mejor que tu HyundaiMi traído de Singapur. Así que no me vengas con números y fíate de lo que te digo.
¿No estás convencido? Ya veo que eres un cabezadura. Aquí van los tests de rendimiento. Da igual que digas tenerla más grande, ya veremos quién llega antes a la meta.
- AnTuTu: Moto G 3ªgen, 23143 puntos vs Nexus 5: 34000p vs Meizu M2 Note: 31000p
- Quadrant: 14321 puntos vs Nexus 5: 22000p
- Vellamo: 2041 puntos vs Nexus 5: 2818p
Siempre hay momentos para relajarse y nada mejor que los juegos. He reventado pájaros furiosos en Angry Birds 2, me he aburrido en Five Nights at Freddys 4, he disfrutado como un enano con GTA: Chinatown Wars y apretado el acelerador al máximo en Asphalt 8, alrededor de los 30fps con la temperatura por debajo de los 40º. Sin problemas salvo que no pude tenerlos todos a la vez. El almacenamiento y la RAM son dos factores limitantes.
¿Sabéis por qué Motorola ha puesto el Snapdragon 410 en el nuevo Moto G? Básicamente porque puede. Porque se lo puede permitir gracias a todos los millones que ha ganado vendiendo la anterior generación. Sí señores, las grandes corporaciones crean sus productos en base al éxito que creen que tendrán. ¿Para qué arriesgar con algo más potente (y no necesariamente más fluido) si puede que vuelvan a ganar millones igualmente? El éxito te vuelve conservador. Hay que vivir al límite y eso también significa apostar por el mínimo de gasolina para intentar llegar antes y más barato.
Una batería más grande que no elimina la resaca
Yo controlo. Tranquila, escuchemos este tema. ¿Has visto el vídeo? ¿Te has pasado la pantalla del triturador? Vaya, son las siete. ¿Te vienes a mi casa? Sí, todavía puedes echar una partida al Plunder Pirates antes de acostarnos. Buf, al día siguiente estaba hecho polvo, miré la hora. Eran casi las 3 y precisamente al 3% estaba la batería. Pasé de activar el modo ahorro, solo una llamada más. – Sí Rogue, en media hora en el MetalHead -. Me pongo la chupa. Antes de despedirme me pidió otra partidita, pero ya no daba tiempo.
El Moto G aguanta bien el día, también la noche. Pero la resaca le mata. Tenemos una batería más grande que el modelo anterior, también más autonomía. La aritmética es simple: más batería, igual pantalla, mejor procesador = más autonomía. Pero también más grosor. No le llamamos gordinflón por nada, el Motorola será más resistente pero ha sido a base de engordar. Y eso no vale, hay que hacer ejercicio. Para cocinar una buena batería hacen falta muchos ingredientes y en el Moto G es fácil adivinar que no los han removido suficiente.
Aquel Moto G de primera generación era más pequeño pero duraba algo más. Los días en que solo escucho grandes éxitos, miro vídeos de conciertos a través del 4G y busco ofertas la batería me dura hasta la comida del día siguiente con unas 4h largas de pantalla. Si me da por jugar, estar todo el rato maldiciendo en Twitter y escuchar ACDC en la carretera, esos días se reduce a unas casi 4h de pantalla y por la noche ya se me queja.
Unas 9h de uso. Casi 40h encendido. Sin modo avión ni trucos varios. No es una mala autonomía, de hecho satisfará a todos aquellos que lo compren. Eso sí, no esperéis pijadas varias como batería extraíble, ni carga inalámbrica ni carga rápida. Si no eres capaz de meterla (el cable) el Moto G no es para ti y si no tienes muuuucha paciencia, tampoco.
Vivimos al límite y el Moto G es un gordinflón que se ha alimentado para acompañarnos. Si eres de los que te vas a la cama con los lunnis no tendrás problemas, si eres de los que no paras por casa… bueno, hoy en día hay cargadores en cada esquina.
Motorola Moto G 2015: El estilo sobre la Sustancia
Motorola ha hecho un buen trabajo. El nuevo Moto G es grande y pesado, pero equilibrado y compacto en mano. Presume ser resistente al agua, pero tenemos que asegurarnos que no entren gotas. No es débil por tener un Snapdragon 410, simplemente no necesita más para ser fluido. Tiene una pantalla HD pero porque FullHD es para la gama alta. El GPS funciona bien. No tiene NFC ni DualSIM, pero eso nadie lo necesita.
El estilo sobre la sustancia. El Moto G es un gordinflón carismático y personalizable, un terminal que convence a la mirada mientras no le demos más vueltas. Quién lo compre, tendrá un buen dispositivo. ¿Podría ser mejor? Sí, pero este ya está bien. Motorola es líder del mercado y puede aprovechar su tirón comercial para seguir siendo de facto en la mejor opción en calidad/precio.
El anterior modelo no tenía LTE, ni resistencia al agua, peor batería y peor cámara. Costaba 179€ y vendían como churros. ¿Quién en su sano juicio puede decir que por 199€ no está bien? Solo la competencia. El mundo de la tecnología es un caos donde solo los más fuertes sobreviven. De momento los modelos delgados, con procesador más potente Snap615, 2GB de RAM y pantalla FullHD son ligeramente más caros. Y con peor cámara. Motorola podría haber apostado por ello, pero habría subido el rango de precio y la experiencia ofrecida habría sido la misma. Cambian los números, se mantienen las sensaciones.
Diréis, ¿pero y el MeizuMi phone PX15? Vamos. ¿De qué debería estar preocupada Motorola? A nivel de rendimiento son equivalentes por mucho que digan los números y el Moto G se enorgullece de ser la opción segura. La que no falla, y eso es clave cuando tienes que recomendarle un móvil barato a tu persona querida-sin-pajolera-idea.
¿Merece la pena apostar por el modelo de 2GB y 16GB? Sinceramente no. Aquellos que realmente valoran esta diferencia les aconsejo que se rasquen el bolsillo y se compren un móvil decente de gama alta. Los hay por 300€. Y juegan en otra liga. Espero que el año que viene el gordinflón se ponga a dieta pero aumente su capacidad.
El Moto G es un móvil de gama media, baja o nula. ¿Qué mas da? ¿Acaso hemos definido formalmente esa clasificación? El Moto G es un móvil barato y se quedará anticuado en unos cuantos años. Y en ese sentido, da igual qué números pongan. Por eso es importante fijarse en los gestos; la calidad de la cámara o la resistencia al agua, porque son características que envejecen mucho mejor.
Los verdaderos puntos negativos del Moto G son su peso, la falta de NFC, los 4,53GB, la no inclusión de Type-C, que no venga con MotoMaker en todos los países o no ser dualSIM. Todo lo demás solo le interesará precisamente a aquellos que no son usuarios potenciales.
Muchas batallas se ganan antes de disparar el primer tiro. El Moto G no busca comparaciones, él tiene un diseño propio y reconocible y una cantidad de accesorios y fundas para todos los gustos incluidas varias tipo libro por un precio contenido. Estamos ante una marca con carisma que mientras cuide con actualizaciones a su retoño este seguirá vendiéndose en todas las tiendas como churros. Y si no funciona siempre puede rebajarlo a 179€ y empezar el cuento de nuevo.
Al Motorola Moto G 2015 le podemos llamar de todo. Puede tener un futuro sombrío por apostar por una tecnología conservadora. Puede que su calidad/precio sea mejorable. Pero es un Androide peleón con carisma propia, características útiles como la resistencia y la cámara, un diseño reconocible y todo aquel que lo compre tendrá un compañero de batallas infatigable. Muchos esperamos a la gama alta, muchos querrán aspirar a algo más como el Moto X Play, pero para la mayoría que quiera simplemente un móvil, hoy el Motorola Moto G sigue siendo la mejor opción.