Se acerca la temporada navideña, una época en la que Google nos suele sorprender con sus nuevos Nexus, los teléfonos de referencia que marcarán el camino a seguir el camino de los fabricantes durante el año que está por llegar.

Los rumores que hemos llegado a casi asimilar como veraces nos indican  que acabarían llegando dos Nexus, uno de 5,2 pulgadas fabricado por LG y un segundo terminal, un phablet que se acercaría a las 6 pulgadas fabricados por Huawei, y que podría ser hermano gemelo del rumoreado Ascend Mate S que si todo sigue el ritmo de las filtraciones, conoceremos el 2 de Septiembre.

De estos modelos hemos recibido ya multitud de filtraciones, entre los que nos encontramos extraños diseños en los que no encontramos con lectores de huellas en la parte trasera, además de un sinfín de especificaciones. Por consenso, gran parte de las especificaciones coinciden en casi todas, salvo la utilización del SoC, donde dudamos entre dos modelos, ambos de Qualcomm.

Qualcomm, el elegido para los próximos Nexus

Algunas de las filtraciones han afirmado que el corazón de los nuevos terminales de Google sería el Snapdragon 620, chip que a pesar de que lo podamos catalogar como gama media, sus dos núcleos Cortex A72 dejan en ridículo a los Cortex A57 que incluye el Snapdragon 810, que a pesar de tener 4, los problemas de calor que derivan en menores frecuencias los dejan en mal lugar. Mientras, la última información habla de un Snapdragon 808, más conocido y habitual de estas fechas. 

Por otro lado, el Snapdragon 810 es uno de los mejores SoCs del mercado en fuerza bruta. A pesar de sus reducidas frecuencias, tiene un chip gráfico extremadamente potente, un módem LTE de gran calidad y gran soporte por detrás, añadidos que compensan su poca evolución en cuanto a CPU nos referimos.

Entre filtraciones, rumores y discusiones, podríamos decir casi al 100% que uno de estos chips darán vida a los nuevos terminales de la gran G, aunque podría haber una tercera alternativa, chips diseñados por los propios fabricantes. Probablemente, al decir esto más de uno pueda entrar en cólera, y no sería para menos, ya que parece ser que Qualcomm ofrece la mejor plataforma para todo lo que representa la marca Nexus, terminales equilibrados que sean fáciles de modificar y sirvan de referencia para los terminales del año que viene. Pero vamos a explorar qué consecuencias tendría esta decisión.

Buscando el terminal perfecto desde las entrañas

Históricamente, en cuanto a chips personalizados nos podemos encontrar a Samsung, fabricante del Nexus S que incluyó su primer chip de fabricación propia que ya había usado en su primer Galaxy S, mientras que por otro lado tenemos la Nexus 9, que a pesar de que el SoC Nvidia no haya sido fabricado ni desarrollado por HTC, el Tegra K1 que integra la última tablet de Google pertenece a una arquitectura personalizada.

El Tegra K1 sería uno de los motivos por los que los chips personalizados son buena idea. Además de su enorme potencia mononúcleo, el Tegra K1 de la Nexus 9 para la Nexus 9 incluye hardware dedicado al encriptado de datos, característica que trae por defecto Android Lollipop.

Este hecho nos demuestra lo que muchos pensamos acerca de los Nexus, son terminales de referencia, con los que Google dice a los fabricantes «así es la nueva versión de Android, estas son sus características únicas, y nuestro nuevo Nexus es el diseño en el que os deberíais basar».

Buscando un hardware que cumpla para los objetivos que Google tiene en mente con Android Marshmallow y lo que venga después, Google podría trabajar en conjunto con Huawei y LG, creando un chip que cumpla una serie de criterios para el sistema, de forma similar a los Snapdragon personalizados de Motorola.

La buena publicidad de la marca Nexus

La marca Nexus siempre nos ha generado cierta simpatía, al no ser dispositivos fabricados exclusivamente por Google, sino más bien de forma conjunta entre Google y un afortunado fabricante que colabore con ellos.

Sin saber exactamente en que se basa Google, podemos afirmar que unión de dos empresas tiene un efecto positivo para ambas. Google consigue una infraestructura para sus dispositivos efectiva mientras que la buena reputación de la marca Nexus otorga popularidad al fabricante colaborador.

Un buen punto de inflexión lo podemos ver en el Nexus 4. El primer Nexus fruto de la colaboración entre LG y Google sirvió para limpiar en gran medida la imagen de LG, que hasta entonces era conocida por fabricar teléfonos con un nefasto software. Este voto de confianza ha sido aprovechado por la compañía surcoreana, la cual cada día goza de mayor prestigio en Android.

Podríamos decir que la inclusión de chips personalizados en los Nexus serían una gran publicidad para sus fabricantes. No es lo mismo que Huawei diga que sus Kirin son la caña, a que la empresa que dirige el desarrollo de Android los elija para sus terminales estrella, esto último da mayor confianza, y toda buena publicidad suma muchos puntos.

De forma paralela, LG lleva tiempo queriendo entrar en el mercado de los chips móviles, por lo que dotar al posible Nexus 5 de su primer chip sería una gran oportunidad para entrar por todo lo alto en el negocio de los procesadores.

La reducción de costes siempre ayuda

Desde siempre, he sido un enamorado de la marca Nexus, pero reconozco que sus productos comenzaron a ser populares en 2012, con la llegada del Nexus 4 y la Nexus 7, dispositivos que llegaron con una devastadora relación calidad/precio. Un año más tarde, vimos como la historia se repetía, la nueva Nexus 7 y el segundo Nexus de LG volvían como grandes dispositivos, la clave en esta ocasión volvió a ser el mismo, dispositivos de gran rendimiento a un precio coherente.

Buscando sacar mejor tajada de sus Nexus, Google apostó al año siguiente por dispositivos que apuntaban a un mercado más premium. Como consecuencia, un gran número de personas que buscaban un terminal asequible acabaron decepcionándose con el resultado, y esto debe de haber hecho mella en los beneficios anuales obtenidos de la venta de dispositivos.

Cuando uno hace un dispositivo con gran relación calidad/precio, se arriesga a obtener un bajo margen de beneficios, que solo puede ser ampliado de dos formas:

  • Aumentando el precio final (rompiendo la relación)
  • Reduciendo costes

Por lo que si Google pretende recuperar su popularidad a la vez que obtienen beneficios, la clave reside en reducir costes. Reducción de costes suele estar asociado a una pérdida de calidad, pero esto no es más que una consecuencia de la reducción más extrema. Los chips que integran los teléfonos móviles tienen un gran coste por unidad, por lo que elegir un chip del mismo fabricante que hará tu teléfono implica acuerdos económicos que permiten lanzar un terminal que apenas pierda rendimiento a un precio de construcción inferior.

Chips propietarios: la vida no es un camino de rosas

Durante este artículo hemos comentado los motivos (positivos) por los que el uso de chips personalizados para los próximos Nexus sería una buena idea. Los motivos a favor parecen ser beneficiosos para todo el mundo (menos para Qualcomm), pero no significa que los próximos Nexus vayan a incluir SoCs de LG y Huawei.

En caso de que finalmente fuese a ser así, habrían también ciertos aspectos en contra. Puede que la poca experiencia de LG diseñando chips lastrara al nuevo Nexus 5 respecto a soluciones de Qualcomm menos potentes, pero más fiables, que la desconfianza de los usuarios hacia los  SoCs Kirin de Huawei acabase manchando la marca Nexus, o que la gran relación calidad precio acabase generando una demanda inesperada, creando problemas en la producción.

Por otro lado, desarrollar un chip es un proceso costoso y difícil de amortizar si no se cumple con un volumen de unidades vendidas, una decisión arriesgada que puede repercutir en el coste final del producto en caso de que no consiga un gran número de ventas. Y no solo hablamos del coste de producción, también el coste de crear software adaptado a esos chips menos comunes a expensas de dejar de lado una opción más conocida para todos los desarrolladores.

Con la llegada inminente de Android 6.0, nos encontramos cada día con más filtraciones, filtraciones que si bien nos tomamos en serio, pueden tratarse de muestras de ingeniería filtradas de forma intencionada por Google para jugar al despiste y sorprender al público. ¿Creéis que los chips personalizados por fabricantes serían una buena idea para los Nexus? ¿Qué problemas/ventajas adicionales tendríamos con un Nexus basado por ejemplo en una CPU Kirin?

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