Hoy vamos a hablar de la última tendencia en el mundo de los móviles. Se trata del leasing, o alquiler de móviles. Básicamente es la sustitución del pago estándar por pago a plazos sin intereses. ¿Y quién te concede este crédito? Pues el fabricante al que le compres el móvil. Y como no podía ser de otra manera, las dos empresas que van a inaugurar este tipo de pago son Apple y Samsung. Las más grandes, con más dinero y con los terminales más caros.
En una época de crisis y con el auge de las nuevas tecnologías, los usuarios somos cada vez más proclives a dejarnos llevar por este tipo de iniciativas. Ya no existe el miedo a probar cosas nuevas y si además podemos pagar cómodamente a plazos pues mejor. Pues no a todo el mundo le apetece desembolsar 800€ de golpe, si nos lo plantean como 30€ al mes suena más agradable.
Leasing de smartphones, paga mes a mes para tener siempre lo último
Hasta ahora, habían sido las operadoras con sus tarifas asociadas quienes se encargaban de financiar nuestro dispositivo. Sin embargo los propios fabricantes móviles han pensado que ellos mismos pueden hacerse cargo, y así parece que se aventurarán. El pacto es el siguiente: Tu pagas 30€ al mes y tienes siempre el último modelo disponible. Cuando salga el nuevo vienen a recoger el tuyo y te lo cambian. Una tarifa plana para tener siempre lo último de lo último. Puedes pagar más para cambiar cada año o algo menos para cambiar cada dos años.
Me perdonaréis, pero yo no acabo de verlo. Este es uno de esos artículos de opinión donde los bloggers de tecnología debatimos sobre una decisión de los grandes fabricantes. Jugaremos a ser analistas por un momento, yo os mostraré aquí mi posición y vosotros en los comentarios daréis vuestro punto de vista. A ver si entre todos logramos aclarar las ventajas e inconvenientes del leasing de smartphones.
El compañero Alex Barredo en Hipertextual hace un repaso a los beneficios del leasing. Para contraponer opiniones hemos decidido incidir en los aspectos negativos, una crítica en la que los principales perjudicados no son las empresas sino los usuarios (qué sorpresa).
El primer punto que se debate es acerca de la capacidad crediticia de los grandes fabricantes. Ellos tienen tanto dinero que pueden permitirse prestártelo sin más. Pueden adelantarte el dinero ya que saben que este volverá mes a mes. El riesgo para ellos es casi nulo. Sin embargo esto nos recuerda que los peligros del crédito no están en la solvencia de quién ofrece, sino de quién paga.
Las operadoras son las principales afectadas por esta medida. Como intermediarias también tienen que obtener beneficios, pero el fabricante puede ofrecer un alquiler sin intereses. Hasta la fecha fabricantes y operadoras habían sido aliadas, pero cada vez menos. Ahora mismo gigantes como Movistar o Vodafone están más preocupadas por ofrecer una buena cobertura y tarifas agresivas y no tanto en obtener la exclusiva de ciertos móviles. Con el paso de los años la necesidad de un intermediario ha disminuido. El leasing es un paso más en esta dirección.
Esta separación entre fabricantes y operadoras no es necesariamente negativa, sin embargo creemos que esconde algo más. Hemos visto como Apple, Samsung o Google se han fijado también en ofrecer planes de voz y datos, un campo que sí recae directamente sobre las operadoras. El movimiento de leasing podría ser un anticipo a que los usuarios se acostumbren a comprar los móviles directamente con el fabricante, para luego de paso ofrecerles en la misma mensualidad los planes de datos.
Alquiler móviles no tiene mucho misterio. Alquilamos música, canales de pago… incluso nuestra casa. Es una práctica habitual, ya que pagar de golpe algo está al alcance de pocos. La crisis además ha traído un problema de confianza, las empresas o bancos ya no confían en nosotros para adelantarnos dinero. En cambio, ¿por qué ninguna empresa tiene reparos en alquilarnos algo? Porque hay una diferencia vital: en el caso del crédito compramos el producto, en el caso del alquiler el producto sigue siendo de la empresa. Si esta estrategia del leasing se acaba convirtiendo en créditos a interés cero para comprar un móvil, entonces otro gallo cantaría.
Sin intermediarios, todo queda en manos de la empresa
Un móvil lo utilizamos cada día, no es algo puntual, por tanto creemos que debería ser de nuestra propiedad y responsabilidad. Como una casa, un coche o incluso nuestra canción favorita. Al sistema capitalista en el que vivimos le interesa el alquiler ya que fomenta la importancia de las empresas. Cuanta menos propiedad tengamos menos poder de decisión. El caso de los móviles no es distinto.
Esta falta de propiedad en manos de los usuarios tiene un impacto directo en el mercado de segundamano. Con el auge de estos mercadillos muchos usuarios prefieren directamente comprar productos antiguos. Con el leasing los fabricantes podrían competir de tu a tu con los revendedores, ofreciendo además la confianza extra por ser una empresa y no simplemente un desconocido. Por otro lado, estos móviles rehabilitados podrían venderse en mercados secundarios.
Intentar convencerles que necesitan un gama alta de segunda mano es más interesante que no crear dispositivos de gama baja a medida para mercados emergentes. Crear un gama media equilibrado es más difícil que un gama alta viejo ya que los componentes bajan muy rápido de precio con el tiempo. Por tanto tenemos dos opciones: 1) Venderles un Galaxy rehabilitado para que se acostumbren a un gama alta y quieran tener el nuevo cuanto antes, además de necesitar invertir menos en esos lugares para conseguir lo mismo o 2) Vender dispositivos nuevos con precios y especificaciones acordes con la capacidad económica del lugar.
El resultado en manos del consumidor no es muy distinto, pero estás creando una escala de mercados que repercute directamente en el cariño que tienes hacia ellos. El fabricante está en su derecho de segmentar pero no nos extrañemos entonces cuando la división entre países ricos y pobres no haga más que aumentar. En el aspecto positivo, el vender teléfonos rehabilitados favorece que se creen menos residuos.
Al final las grandes empresas solo buscan su propio beneficio (obvio), pero somos los consumidores los que tenemos que luchar por nuestros derechos e intentar que todos los protagonistas peleen en igualdad de condiciones. El fanatismo lo único que provoca son oligarquías. El leasing de móviles es el mejor ejemplo, pues solo aquellos fabricantes con suficiente cash pueden permitírselo. Si este modelo se implanta los usuarios nos acostumbraremos y le pediremos a todos los fabricantes que hagan lo mismo. Y muchas startups se aventurarán a ofrecernos el alquiler de móviles cuando financieramente no están preparadas.
Me acuerdo de una entrevista de TheVerge a Sundar Pichai, permitidme el punto fanboy. Decía que la misión de Google era llevar la tecnología al máximo número de personas y facilitarles la vida. Está claro que entre un coche de lujo y un utilitario hay mucha diferencia, pero el objetivo es trasladar de manera efectiva a las personas de un sitio a otro. ¿Cuál es el objetivo de los móviles? «Convertirse en el centro de control de nuestra actividad digital».
Se argumenta que el leasing de móviles provocará la desaparición progresiva de la gama media. Probablemente sea cierto, pero la clave es que la gama media no existe. Es una vieja historia como la de la clase media. Aquí solo tenemos dos categorías: aquellas que reciben la mejor optimización de los recursos disponibles y aquellas que tienen el resto. El mundo polarizado tiende a los extremos de móviles de 800€ y gama baja, pero todos aspiramos a tener algo mejor. Nos gusta la iniciativa Android One porque no intenta engañar a nadie, se definen claramente como gama de entrada. Lo que muchos llaman media no es otra cosa que la mejor gama alta de los fabricantes menos potentes.
«No es lo mismo pagar 200€ más que 3€ más al mes». Muchos caerán esta trampa y apostarán directamente por la gama alta. Lo que no deja de ser una estrategia comercial, una manera más de engañar a los consumidores más impulsivos. No nos engañemos, cuando compramos no somos racionales. Pocos usuarios se ponen a pensar en sus necesidades, la mayoría de veces nos dejamos llevar por la sensación que nos transmite, por la confianza que genera el fabricante. El leasing potencia esta alianza mes a mes con el fabricante, ya no se trata de cambiarlo todo cuando nos cansamos del móvil. Con el alquiler nos acomodamos en la idea que siempre tendremos lo más actualizado, lo último, lo mejor.
El dinero de las grandes empresas genera confianza hacia ellos
La mentira del crédito consiste en hacernos creer que 30€ al mes es mejor que 400€ de golpe. Sin intereses dicen, más flexibilidad… sí, pero a cambio de qué. Debemos ver la economía personal como algo a largo plazo. Tu dinero no es solo lo que tienes en el bolsillo, es la capacidad para generarlo con sudor y paciencia.
Pagar un móvil de gama alta no debería ser fruto del capricho, sino de una reflexión tranquila como consumidor. El leasing de smartphones es la n-sima estratagema de las grandes corporaciones para generar más dinero, convenciéndonos en tener siempre lo último en productos que no da tiempo a caducarse. La obsolescencia potenciada. Desde aquí nuestro pequeño granito de arena para poner un poco de calma. El mundo de la tecnología va muy rápido, pero precisamente son los calmados quiénes invierten mejor su dinero.