Ayer fue el día en el que Google presentó sus nuevos dispositivos. En esta cita no esperábamos mucho más que los dos rumoreados Nexus y un nuevo Chromecast, pero al final hubo un invitado imprevisto, el Google Pixel C, dispositivo que llamó nuestra atención por una serie de pequeños detalles.
Este dispositivo se trata de una tablet convertible en ordenador portátil al más puro estilo Surface, apuntando directamente a los usuarios que apuestan por la productividad. El primer dato que nos llama la atención es que esta nueva tablet es un dispositivo 100% Google, sin ningún colaborador externo. No es una Nexus, pero como si lo fuera, ya que Google sigue desarrollando el software, mientras que del hardware se encarga otro departamento de la gran G.
Google Pixel C: No es un Nexus, pero como si lo fuese
Este departamento no es otro que el equipo que hasta hace poco se dedicaba a la fabricación de los Chromebook Pixel, los ordenadores con Chrome OS de mayor gama que nos podemos encontrar. ¿Podría Google poner sus esfuerzos en convertir a Android en un sistema operativo de escritorio que sustituya a Chrome OS?
Chrome OS es un sistema operativo pensado para acceder directamente a Internet. El concepto en si está bien, pero el problema principal que tiene Chrome OS es que los requisitos de este sistema son tremendamente bajos debido al lento crecimiento que experimenta la web. En los últimos movimientos de Google nos hemos fijado en el interés que están adquiriendo en la venta de hardware, y en ese aspecto Android es infinitamente más lucrativo que ChromeOS.
Esto no significa que Google piense en acabar con Chrome OS, ya que el sistema está funcionando tremendamente bien en sus principales mercados, sino en corregir el error de desarrollar dispositivos de gama alta para un segmento en el que no existen tantos beneficios. Del mismo modo, invirtiendo en si mismos como fabricante, eliminan la dependencia que tienen de terceras compañías para crear sus propios productos, como sucede con la marca Nexus.
¿Está Android a la altura del Pixel C?
Android es un entorno mucho más prometedor para el equipo Pixel. Con la llegada de Marshmallow, Android es un sistema operativo cada vez más maduro, por lo que un producto de gama alta orientado a la productividad tiene más sentido. El Google Pixel C parece un equipo bastante prometedor, pero tenemos ciertas dudas sobre si Android estará a la altura de este dispositivo.
Android siempre ha estado un paso por detrás de Apple respecto a tablets, pero con Material Design parecen haberse puesto las pilas. Cada vez existen más aplicaciones en Android que aprovechan la interfaz para tablets, pero vistas las pretensiones del Pixel C, esto nos sabe a poco.
El Google Pixel C no es solo un tablet, sino que llega al mercado con un teclado diseñado para transformarlo en ordenador portátil, por lo que la lucha ya no es únicamente contra el iPad, sino frente a productos como el Microsoft Surface, el cual incluye Windows 10, la última versión del sistema operativo de Microsoft, por lo que la versión de Android actual se encuentra por debajo de sus competencia en cuanto a catálogo de aplicaciones.
Aún así, Google ha recorrido bastante camino en este apartado con Android for Work y Android for Classroom, e incluso la propia suite de Microsoft Office para Android refuerza el catálogo de herramientas para la productividad.
Android para portátiles todavía no está listo, pero ese debe ser su futuro
Un punto destacable donde el tablet de Microsoft brilla es en la convergencia de su sistema operativo. Cuando utilizamos la tablet de Microsoft como tablet, disponemos de una interfaz para tablets, mientras que cuando conectamos su teclado su interfaz se convierte automáticamente en la de un equipo de sobremesa.
En este sentido, Android no se encuentra sola, ya que la interfaz de escritorio de IOS para el iPad pro aún se encuentra muy verde. El problema que tiene Google en esta ocasión se encuentra en que el Pixel C no tiene ningún modo de escritorio, mientras que Apple ya está dispone de un producto disponible al público. Por otro lado, la solución podría ser menos complicada de lo que parece. Gracias a la naturaleza abierta de Android existen equipos de desarrollo como el de Remix OS, una versión alternativa de Android diseñada para trabajar como sistema de escritorio, desde la que pueden aprender mucho, o incluso más fácil aún, ficharlos directamente.
El Google Pixel C no parece estar destinado a ser el superventas que Google querría tener, pero parece que será la plataforma desde la cual puedan afinar todas sus carencias de software. Si Google hace los deberes, es posible que en el próximo Google I/O podamos encontrarnos una nueva versión de Android enfocada a estas tablets con dotes de ordenador.