Los móviles chinos nos prometen una infinidad de cosas en la hoja técnica, ¿pero por qué nunca, o casi nunca, cumplen lo que nos prometían en primer lugar?
Cada vez nos encontramos con más variedad en el mundo de los smartphones, y mucha culpa de ello lo tiene el mercado chino: los móviles chinos se han ido haciendo populares con el tiempo, dándonos una hoja de especificaciones a la altura por un precio mucho menor, si lo comparamos a la clásica competencia a la que estamos acostumbrados.
Sin embargo, cuando llegan a nuestras manos y les comenzamos a dar uso, nos damos cuenta de que algo falla con estos dispositivos. Algo les falta, a pesar de que esa hoja de especificaciones técnicas está a la altura sin dudarlo. ¿Por qué los móviles chinos nunca terminan siendo lo que prometen, en otras palabras?
¿Dónde está el problema de los móviles chinos?
Hemos hablado mucho del fantasma de los móviles chinos, esa sensación de que muchos no consiguen estar a la altura de las expectativas, que pierden si los comparamos con los smartphones tradicionales. La hoja técnica de los móviles chinos suele estar a la altura de las expectativas, incluso innovan en el sentido de ser los primeros en incorporar características, antes que las marcas mejor establecidas en el mercado.
Sabemos que la hoja técnica está a la altura, y no debería ser una sorpresa para nadie saber que la inmensa mayoría de smartphones se fabrica en China. Tu Nokia, tu Samsung, tu LG, tu iPhone, tu bq, tu Sony… hay pocas excepciones a esta regla. Sabemos que los chinos saben hacer smartphones, por lo menos cuando están a las órdenes de compañías que exportan su producción a la Gran Muralla, y además también han conseguido abaratar el precio de muchos componentes para conseguir precios más competitivos.
Los fabricantes chinos saben hacer smartphones, ¿qué falla a la hora de la verdad? Han conseguido abaratar el precio de muchos componentes pero tienen muchas actividades pendientes
Los chinos saben meter una hoja técnica competente en un smartphone, y también saben cómo fabricar smartphones. Hemos simplificado mucho el proceso de construir un smartphone, suponemos que saben diseñarlo y seguir otros pasos, pero centrémonos en otros pasos igual de importantes en este proceso: el software, el servicio post-venta y el control de calidad.
¿El software es la asignatura pendiente de las marcas chinas?
Por una parte, Android se ha convertido en una plataforma perfecta para los fabricantes chinos: cualquiera puede integrarlo al ser código abierto, e instalar las aplicaciones de Google es pan comido aunque no tengan el certificado de Google (que esa es otra, el recibir smartphones que no puedan tener Google Play).
Sin embargo, esa integración deja muchas veces que desear, incluyendo capas de personalización malas con avaricia, o con la optimización brillando por su ausencia. Tampoco podemos esperar mucha atención en forma de actualizaciones, acompañando a esta pobre integración entre sistema operativo y componentes.
Servicio técnico y distribución: dos de los mayores retos de los fabricantes chinos
Además, algo que se aprende después de comprar mucho en China es que termina siendo cuestión de suerte el conseguir algo bueno o malo. Los controles de calidad parecen brillar por su ausencia, siendo habitual el recibir teléfonos con algunos fallos. Un porcentaje de fallos muy menor al que nos encontramos en los smartphones de marcas más reconocidas, por no olvidarnos del servicio técnico que son capaces de ofrecer en todo el mundo, algo que está muy lejos del alcance de las marcas chinas.
Y hablando del tema del servicio técnico, otra de las cosas en las que flaquean los móviles chinos son en la distribución. Dejando a lado unos pocos ejemplos de internacionalización, tenemos que usar la importación, los envíos lentos y las famosas aduanas para conseguir estos smartphones procedentes de China, un método que echa hacia atrás a muchos usuarios.
Lo barato tiene un precio oculto
Estas especificaciones tan altas y precios de derribo tenían que tener un precio, un precio que está claro después de analizar pros y contras: un servicio post-venta deficiente, un control de calidad mejorable, peor calidad en el apartado del sistema operativo, y una distribución complicada para los usuarios que no estén en el continente asiático.
Hay móviles chinos que consiguen una buena experiencia en todos los sentidos, y marcas que consiguen escapar de este fantasma de los smartphones chinos. Por desgracia, estas marcas suponen la excepción, y hasta que todo el mercado chino consiga ponerse a la altura en esas asignaturas pendientes, ese fantasma de los móviles chinos seguirá entre nosotros.
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