Android es para muchos su sistema operativo móvil favorito, y no es para menos. A lo largo de los años ha ido evolucionando a una gran velocidad, ganando nuevas funcionalidades cada día y consolidándose como un sistema operativo de gran consistencia.
Con el paso del tiempo, ha pasado de ser un sistema operativo exclusivo para móviles para llegar a tablets, televisión, relojes e incluso coches. La ambición de Google no para ahí, puesto que día a día trabajan por convertir a Android en un sistema operativo líder.
Aún queda una última barrera por romper o conquistar, y es la de los ordenadores personales. Ese mercado es más difícil de conquistar, debido al dominio histórico de Microsoft en la plataforma, pero esto no quiere decir que sea imposible.
Android y Chrome, acercándose poco a poco
Desde hace unos años, Google ya tiene un sistema operativo para ordenadores llamado Chrome OS. Este sistema destaca por ofrecer un entorno básico preparado exclusivamente para ejecutar Chrome, permitiéndonos navegar por internet y usar aplicaciones web.
Desafortunadamente, al ser un sistema menos completo que los que ofrece la competencia, por lo que las numerosas críticas han causado que salvo nichos muy concretos, no sea lo que podríamos considerar como un éxito.
Del mismo modo, a la hora de acercar a Android como sistema operativo de escritorio tiene serias carencias que hacen que no puedan repetir el éxito del mismo modo. Android no está preparado para dar el gran paso.
A Google le interesa entrar en este mercado, quiere que la gente considere Android como un sistema en el que poder trabajar. De hecho, productos como la Nexus 9 y el Pixel C nos parecen demasiado buenos para lo que ofrece Android, pero limitados para rivalizar con el PC.
Parece ser que con Android N – la siguiente versión que veremos el próximo año – habrá un cambio radical para aprovechar el potencial de las tablets y ordenadores portátiles. Existen dudas sobre como podría abordar Google esta evolución, aunque lo único seguro es que Chrome OS será un factor clave en esta transformación.
Android podría absorber Chrome OS
Esta es la opción más evidente de todas. Se lleva rumoreando desde hace años que Google podría abandonar el proyecto de Chrome OS para integrarlo en Android.
Esta transformación no sería muy complicada, debido a que la gran base de Chrome OS (Linux y Chrome) ya se encuentra disponible de forma nativa en Android. De este modo, Android ganaría todas las funcionalidades de Chrome OS, manteniendo la gran popularidad de Android y todo su ecosistema. Por otro lado, Chrome OS sería capaz de aportar una interfaz de escritorio, un punto clave para que Android pueda conquistar a los ordenadores.
Este movimiento por otro lado tendría una serie de inconvenientes. Uno de los problemas principales de Android en la actualidad es su fragmentación, la cual nos impide tener la última versión de un sistema operativo durante mucho tiempo.
¿Quien compraría un ordenador que dentro de tres años no podrá ser actualizado cuando existen ordenadores que teniendo más de diez años disfrutan de la última versión de Windows? Sinceramente, muy pocas personas.
Google podría tomar lo mejor de cada uno en un nuevo sistema
Borrón y cuenta nueva podría ser un movimiento bastante interesante por otro lado. Google tiene en la actualidad dos sistemas operativos, los cuales están basados en Linux, que tienen sus virtudes y sus propios defectos, por lo que crear un tercer sistema que herede las ventajas de los dos anteriores podría ser una gran apuesta.
Uno de los primeros puntos en los que brilla Chrome es su capacidad para estar siempre actualizado. En este aspecto, es infinitamente superior a Android, y de otro modo, es también lo que Android necesita para evolucionar como ecosistema del futuro.
De Android, podría heredar todo el desarrollo que llevan años realizando. Este nuevo sistema podría heredar el framework y la máquina virtual de Android, de tal manera de que sea compatible, pero no dependiente de los errores del pasado, siendo una especie de modo de compatibilidad.
Este sistema no estaría diseñado para teléfonos móviles, sino para tablets y ordenadores, creando un ente independiente que no lastrase al mercado actual, pero relegando poco a poco tanto a Android como a Chrome OS.
La clave para esta creación sería la de comenzar a construir el sistema operativo con un hardware muy concreto en el que los fabricantes de cada componente se comprometiesen a dejar todo el hardware en manos de Google, tal y como hace Microsoft con Windows. Aunque realmente es una opción poco viable debido a la importancia de Android.
Chromecast, la llave para el PC del futuro
Android debe de evolucionar para encontrarse a la altura de los sistemas operativos de escritorio, tanto a nivel de software como a nivel de hardware. En el aspecto del hardware, Google ya ha dado un primer paso con el Pixel C, un dispositivo que promete ser la clave de Google para llegar a los ordenadores portátiles. ¿Pero y a los ordenadores de sobremesa?
En los ordenadores de sobremesa, existen millones de configuraciones de hardware distintas, e iniciar una batalla en preparar su sistema para ello sería una locura, más aún siendo un camino al que el futuro no está dirigiéndose. Para mirar al PC, la referencia actual del momento es el Lumia 950 de Microsoft. Este teléfono tiene la particularidad de convertirse en un ordenador de sobremesa al conectarse a una pantalla, siendo el camino que deberían seguir tanto Google como Apple.
Microsoft ha comenzado la carrera con ventaja, al tener un software ya preparado para el futuro, pero Google también cuenta con una ventaja clave con la que debería contar, y su nombre es el Chromecast.
Chromecast es un dispositivo que nos permite emitir contenido de nuestro teléfono móvil en la pantalla de forma inalámbrica, y a pesar de que hasta la fecha ha servido únicamente para enviar música y vídeos a la televisión, tiene un gran potencial para formar parte del PC del futuro.
La base sería la misma que nos encontramos en el Lumia 950 de Microsoft, donde el smartphone es el centro de todo, y al conectarlo a un monitor, el sistema se adapta a la gran pantalla. La diferencia radicaría en que con Android no tendríamos que conectar ningún cable, siendo el Chromecast el responsable de comunicar a nuestro móvil de forma inalámbrica con el monitor.
Más allá de pasar simplemente la imagen y reproducirla en grande, las aplicaciones enviadas se adaptarían a la nueva pantalla y mostrarían opciones más completas que en pequeño no aparecen.
La convergencia entre el móvil y el escritorio es la innovación que todo gran fabricante debería perseguir. En esta carrera Microsoft lleva toda la ventaja, mientras que Apple está comenzando a trabajar en ello con productos como el iPad Pro. Incluso Ubuntu lleva delantera a Google y Android en esta carrera, aunque lo más seguro es que esa ventaja sea temporal.
Android Marshmallow no ha sido una versión revolucionaria (aunque sí muy funcional). Por ello esperamos que Google se ponga las pilas el próximo año, puesto que llegar tarde a esta cita le podría quitar cuota de mercado en un sector antiguo pero con mucho futuro.