La publicidad es uno de los grandes negocios de Internet: esos anuncios que nos resultan tan molestos a veces, y que muchos bloquean por sus propios medios, mueven millones de euros a lo largo de la red. Los anunciantes pagan buenas cantidades con tal de aparecer en las pantallas de los internautas, y estas marcas no paran de buscar nuevas maneras de llegar a la gente -y vender sus productos, en definitiva-.
Los dispositivos móviles han abierto una vía a la publicidad enorme, porque estamos hablando de un dispositivo que llevamos siempre encima, y que supone una gran puerta de acceso a Internet. Y, con la búsqueda de nuevos modos de mostrar publicidad, han llegado nuevos modos de llevarnos los anuncios.
Anuncios personalizados: el presente de la publicidad
Seguro que habéis estado interesados en un producto, en un servicio, o sólo lo habéis buscado por curiosidad. Y seguro que, unos días después de ello, de repente la publicidad se ha vuelto loca con enseñarte anuncios relacionados. Por ejemplo, habéis pensado en comprar un nuevo móvil, y a la mañana siguiente la publicidad nos bombardea con nuevos dispositivos que comprar.
Si es algo en lo que estás interesado, el anuncio tiene más probabilidades de funcionar
Esto ocurre, generalmente, porque las llamadas cookies siguen nuestra navegación, y se encargan de mostrarnos publicidad personalizada en base a las páginas web que visitamos. Quien te muestra el anuncio está interesado en que entres, y que termines pagando: si es algo en lo que estás interesado, el anuncio tiene más probabilidades de funcionar contigo, mientras que nunca vas a pulsar en algo que no te interesa. Algo que interesa a anunciantes, y a redes de publicidad.
Siguiendo con el ejemplo de antes, si has buscado móviles nuevos en Google, la cookie de AdWords -el servicio de publicidad de Google- lo registra y te muestra anuncios de AdWords relacionados. Si has buscado unos auriculares en Amazon, la publicidad de Amazon hará lo mismo, incluso enviándote emails con posibles recomendaciones. Si has estado buscando información sobre conciertos, y el grupo que te gusta toca cerca próximamente, exacto: la publicidad estará ahí para bombardear.
Este es el motivo por el que las cookies preocupan a muchos usuarios, por lo que existen herramientas que se dedican a bloquear este seguimiento, y por los que los servicios de publicidad deben dejarnos «desactivar» las recomendaciones personalizadas, las cuales se generan a partir de un ID que tiene cada usuario. El problema viene cuando nos planteamos si los anunciantes van más allá, hasta el punto de espiarnos por completo.
¿Los anuncios nos espían?
Zoe Kleinman, reportero en tecnología de la BBC, se ha hecho esta pregunta. Android, iOS y Windows Phone cuentan con funciones que nos escuchan constantemente, para detectar cuándo les llamamos. Llámalo ‘OK Google’, llámalo ‘Oye Siri’, llámalo ‘Hey Cortana’: responden cuando utilizamos los comandos de voz gracias a procesadores de bajo consumo, pero lo importante es que están escuchando.
El sueño húmedo de un anunciante, sin lugar a dudas, es saber lo que queremos en todo momento, para aparecer con la publicidad adecuada cuando corresponda. ¿Que queremos un móvil? Pues publicidad de móviles. ¿Que necesitas un cuchillo porque se ha roto el tuyo? Mira cuántos cuchillos te ofrecemos. Y esos teléfonos móviles que siempre escuchan son perfectos para saber qué necesitamos, por lo menos en la mente de cualquier publicista. Como comprenderéis, esto supondría una violación de nuestra privacidad brutal, y muchos ya se han preguntado si los anunciantes nos espían a través de esas funciones de nuestro teléfono.
Además, se trata de algo muy posible, en realidad, teniendo en cuenta que el reconocimiento de voz ha evolucionado una barbaridad en los últimos años: de comprender unas pocas palabras a ser capaz de seguirnos con párrafos enteros. Se puede crear una aplicación que, accediendo a nuestro micrófono, siga todo lo que digamos, y extraiga palabras clave que enviar a los anunciantes, para que estos nos pongan anuncios relacionados.
Una posibilidad real, aunque improbable
Para empezar, tanto Google como Facebook afirman no utilizar datos del micrófono para mostrar publicidad. En la política de privacidad de Google se puede ver cómo los datos recopilados de nuestra voz, los relacionados con el uso de OK Google, sólo se utilizan para mejorar los propios servicios de Google, en ningún caso se ceden a los anunciantes. Facebook también indica que no permite que las marcas utilicen datos del micrófono para mostrar publicidad.
Mientras las grandes redes de publicidad parecen negarse a emplear estas prácticas, sigue existiendo la posibilidad de que redes más pequeñas, o incluso las propias marcas que quieran anunciarse, las utilicen. Cosa también improbable, porque conlleva efectos muy percibibles por parte de los usuarios, no se podría hacer sin que nos demos cuenta: acceso al micrófono, comunicación constante por Internet, acabar con nuestra batería en un santiamén…
Los datos recogidos con el uso de ‘OK Google’ sólo se utilizan para mejorar los propios servicios de Google
En resumen: existen los medios para espiarnos a ese nivel, pero sigue siendo algo demasiado improbable. Muchas veces el encontrarnos publicidad tan relacionada a lo que pensamos se debe a sistemas no tan intrusivos que ya conocemos, o al simple capricho de una casualidad con la que nos hemos topado. Mientras, los anunciantes usarán otros modos de llegar a nosotros.