Además de temas como la privacidad o la seguridad en la red, existe un tema del que tenemos un debate igual de candente: la neutralidad en la red. Esta igualdad en la red de redes lleva siendo un tema de actualidad varios meses, y no lo es sin razón, porque es importante para asegurar que tenemos un Internet justo para todos, aunque sea un gran desconocido.
¿Qué es la neutralidad de la red?
Nuestros compañeros en Omicrono lo describen bastante bien: la neutralidad de la red es el principio por el que disponemos de una web libre y abierta. Lo consideramos como un principio básico de la red de redes, y esta especie de «norma» establece que todos en Internet jugamos en el mismo nivel, y tenemos libertad para hacer lo que nos plazca. Desde las enormes compañías que dedican recursos inimaginables a su expansión en Internet, hasta los propios usuarios, pasando por el local de la esquina que tiene una página de Facebook.
Esto quiere decir que, cumpliendo con la neutralidad de la red, todos deben tener las mismas oportunidades. Por ejemplo, evitar la ascensión de un servicio online poniéndole trabas sería el ejemplo perfecto de vulnerar la neutralidad de la red. Y la norma también funciona al contrario, alguien que pone su contenido en la web no debe bloquear su acceso a un navegador, un proveedor o un sistema operativo en concreto.
‘Neutralidad de la red: ¿qué es y por qué está en peligro?’ en Omicrono
La teoría es preciosa, pero como seguro que os habéis dado cuenta, diferentes empresas se la saltan como quieren en muchas ocasiones. Y a las operadoras les encanta hacerlo con sus propios intereses, para qué nos vamos a engañar, aunque existan organismos que tratan de mantenerla intacta.
¿Cómo vulneran las operadoras la neutralidad de la red?
En Omicrono, para explicar esto, han utilizado un ejemplo que sacamos a la luz recientemente: el interés de una operadora -Three- en bloquear los anuncios a nivel de red. Siendo más concretos, Three ha comenzado a integrar herramientas anti-anuncios en su infraestructura con el objetivo de bloquear anuncios en los dispositivos de los clientes, sólo con estar conectados como siempre hacen.
Aunque parezca muy bonito dejar de ver anuncios, estamos vulnerando esa «neutralidad» que debería tener Internet dando paso a un contenido y dejando a un lado el resto, por mucho que sea un incordio para un sector de los usuarios. La elección de bloquear o no bloquear debe quedar en el usuario, no puede ser decisión unilateral de la operadora. Además, si la operadora empieza a bloquear anuncios, ¿quién te asegura que no empiecen a bloquear otros contenidos que no le interesan con la misma excusa?
Las operadoras no sólo vulneran la neutralidad de la red bloqueando contenido; otra forma de hacerlo es crear «carriles rápidos» para algunos servicios, dando una ventaja a los servicios seleccionados sobre la competencia. Por ejemplo, en España nos encontramos un ejemplo perfecto con Movistar, quienes no hacen un acuerdo de peering con Netflix afirmando que Netflix debería pagarles a ellos por firmar ese acuerdo, mientras venden a los usuarios su propio servicio de streaming de vídeo, Yomvi. Como resultado, los clientes de Movistar se encuentran con una Netflix que funciona mal, mientras que el servicio de la propia Movistar funciona sin problemas.
Y llegaron las tarifas con megas «ilimitados para x»
Aunque el máximo exponente en esta tendencia no son los carriles rápidos, más populares en EEUU que en Europa: la tendencia en todo el mundo está siendo ofrecer conexiones a servicios sin afectar a nuestro consumo de datos. Por ejemplo, nuestra tarifa de datos puede ofrecernos 1GB de datos a cualquier cosa presente en Internet, pero a la vez hacer que ciertos servicios no afecten a ese límite de megas.
Por ejemplo, en España tenemos la tarifa ‘Colibrí’ de Orange, la cual permite conexiones a Facebook y Twitter sin gastar datos de la tarifa de 1GB. Otros países, y sus operadoras locales, cuentan con tarifas similares en las que el uso de servicios como Twitter o WhatsApp no impacta al bono de datos, siendo «ilimitados» en un principio.
Hemos contactado con Orange España sin obtener respuesta; este artículo será actualizado en caso de recibir una.
¿Por qué debería importarme, no es mejor para mi?
En principio, muchos diréis algo en las líneas de «coño datos gratis para usar esto, así puedo usarlo mucho sin bajar la velocidad». Sin embargo, hay que ver lo que hay detrás: la compañía está pagando a la operadora para tener prioridad sobre el resto de servicios, está dificultando la libre competencia o incluso haciéndola imposible.
Servicios como WhatsApp, Twitter o Facebook empezaron como el resto de servicios: no los utilizaba nadie, y con el paso del tiempo han conseguido desbancar a la competencia y convertirse en los reyes. Si en su momento hubieran existido estas tarifas que benefician a los grandes y perjudican a los pequeños, ¿estas compañías estarían donde se encuentran ahora mismo?
Las tarifas con «datos ilimitados para algunas cosas» o «carriles rápidos para otras cosas», aunque pueda no parecerlo, son una trampa en la que quieren que caigamos operadoras y gigantes para evitar a la competencia de forma desleal. Es un monstruo que estamos a tiempo de parar, y que cambiará el mercado si no lo evitamos.