Hay varios detalles que no se cuestionan en la calidad de un smartphone, sobre todo a nivel de hardware. Por ejemplo: todos coincidimos en que un procesador más reciente y con mayor potencia es mejor que uno situado en una gama más baja; y tener 4 GB de memoria RAM DDR4 es mejor que tener 3 GB DDR3. Vamos, que muchos datos son incuestionables mientras que otros se muestran más subjetivos; y los acabados son uno de estos últimos: ¿cuáles son los mejores materiales premium?
El material más caro podría ser el más «premium», pero nadie iría por la calle con un smartphone de oro (quizá algún rapero o millonario ruso). También influye el tacto: el cuero es suave y agradable, pero no es del agrado de todo el mundo (hay que mencionar al LG G4 es una buena muestra). Si miramos a nivel de construcción, el metal ofrece solidez y mayor sensación de calidad; por más que la combinación con cristal templado esté dentro de las consideradas como «selectas».
Cada persona tiene unas preferencias, también en los acabados de un móvil. ¿Mejor o peor? Depende
Como en todo, hay opiniones y experiencias de todo tipo, por lo que justo hablaremos bajo ese punto de vista, el de la experiencia: ¿mejor la cara trasera de metal o se debería apostar por el cristal templado?
¿Trasera de metal o de cristal templado? Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes
Más allá de los gustos personales de cada uno, que abordaré más tarde, resulta lógico que cada acabado posea unas particularidades propias del material. Diferente tacto, distintas propiedades físicas, tampoco se comportan de idéntica manera ante un golpe imprevisto… Pero sí hay algo que les une: bien utilizados, y dentro de un diseño que aporte equilibrio al aspecto externo, son materiales premium ante los que no existe mucha discusión.
Cada fabricante ha ido utilizando estos elementos para las gamas más altas de su catálogo según la tendencia del mercado. En los más importantes podemos encontrar modelos con la trasera tanto de metal como de cristal templado; fruto de las modas que también afectan a la telefonía móvil.
Cristal templado: cuando ambas caras del teléfono son similares
Una vez nos alejamos de los distintos tipos de plástico para la construcción y acabados de un teléfono, la tendencia es tildar a esos materiales como de categoría o premium (los anglicismos nos pueden). Apple fue el primer fabricante en utilizar cristal templado Gorilla Glass para la pantalla de su teléfono y, también, el primero en trasladar el cristal templado a la parte posterior (todos tenemos en mente el iPhone 4). Muchos otros móviles vinieron después, pero siempre con estas características:
- La fragilidad en un teléfono con dos caras de cristal templado es más alta. Por más que el material sea Corning Gorilla Glass o Dragontrail, la resistencia a los golpes siempre será menor que en un acabado de metal o plástico. Sobre todo cuando las dimensiones del móvil aumentan.
- A pesar de que es más frágil ante los golpes, el cristal templado es más resistente a los arañazos. Ojo: que sea más resistente no significa que no se arañe.
- El cristal templado permite que la cara trasera posea una gama de colores más variada y que ésta permanezca con mayor viveza y brillo. Algunos colores de la gama S6 y S7 son la prueba (ese verde «quema retinas» del Samsung Galaxy S6 Edge…).
- Los móviles con este acabado son de una pieza, no poseen opción a cambiar la batería y son muy difíciles de reparar (retirar una cara de cristal implica usar ventosas y pistola de calor, con el riesgo de astillado).
- Se resbalan como una pastilla de jabón. Es cierto que al metal pulido también le ocurre, pero con el cristal templado el defecto se acentúa (con una mínima pendiente, uno de estos móviles podría caerse de la mesa).
- El cristal templado es frío, pero no tanto como el metal. No interfiere con las antenas internas del smartphone y ayuda a la disipación del calor (algo menos que el metal).
El metal como acabado de categoría no suele discutirse
Ya hicimos un repaso a todo lo que implica el acabado en metal para un móvil, por lo que detallaremos algunas de las ventajas e inconvenientes de su utilización frente al cristal.
- Resiste mejor a los golpes, aunque no tanto a los arañazos (siempre dependerá del acabado y de la dureza del metal empleado o su aleación).
- El metal conduce mejor la temperatura, por lo que disipa bien el calor. También conduce mejor la electricidad, lo cual es un problema para las antenas (recordemos de nuevo al iPhone 4).
- Puede recibir distintos acabados: pulido, cepillado, pintado, cromado…
- Los móviles con trasera de metal suelen ser más pesados. Por contra, la sensación de solidez es algo mejor que en el cristal templado (aunque se equiparan bastante).
- El aluminio es el metal más utilizado para la cara trasera de un smartphone. También nos podemos encontrar con el magnesio y con el acero inoxidable; aunque éstos suelen usarse en mayor medida para otro tipo de acabados, como el contorno (como ocurre en algunos móviles con la cara trasera en cristal templado).
Si hay que decantarse por uno, seguramente éste sea el metal
Hablando desde lo personal, y tras decenas de smartphones probados y analizados, debería tener una opinión formada para afirmar si uno u otro es mejor. ¿Cuerpo de aluminio como el del LG G5 o mejor apostar por el cristal templado como el Xiaomi Mi5? Difícil elección: ambos acabados ofrecen la mejor sensación de calidad, son robustos, aportan un toque de distinción al diseño y, gracias a que éste queda en consonancia con el exterior de los modelos, dicho diseño no suele desmerecer los acabados. Pero…
Personalmente me decanto por el metal. Ofrece un mejor tacto, me da más seguridad, lo siento más sólido y prefiero dejar el riesgo de fractura sólo a la cara delantera del teléfono. Si ya hay posibilidades de que se astille la pantalla al menor golpe, ¿para qué sufrir un doble riesgo?
Si el cristal templado de la pantalla puede romperse, ¿para qué arriesgarse añadiendo otra cara de cristal?
El cristal templado, sobre todo en los últimos modelos (como Corning Gorilla Glass 3 y 4), recibe un especial énfasis contra los golpes, pero sin que aleje por completo el riesgo. He visto pantallas romperse por un golpe minúsculo: dependiendo de cómo sea la estructura y el ángulo del impacto, la pantalla se puede astillar incluso cayendo desde 20 centímetros. Y cambiarla es todo un gasto; sobre todo si, encima, tienen que cambiarse dos cristales (el coste de de un cristal trasero no sería nunca tan caro como el del cristal que engloba la pantalla y el panel digitalizador).
El metal se puede deformar y arañar, pero no se va a romper si el móvil se cae al suelo. Además, este acabado no suele resbalarse tanto ni sobre una mesa ni en la mano, añadiendo cierta seguridad. Siempre irá en función de gustos, pero el metal es más seguro que el cristal templado.
La cara trasera de un teléfono ha de ofrecer agarre, sobre todo si es de tamaño grande
Remato este artículo de opinión sobre los materiales premium tratando de volver a los orígenes. La calidad del metal y del cristal templados puede ser más o menos discutible, pero no facilitan precisamente el agarre.
¿Qué tal un acabado para la cara trasera con el tacto «gomoso» del Nexus 5? Quizá el policarbonato o la silicona del LG V10 no tengan tanto glamour, pero cumplen perfectamente su misión: no resbalarse de la mano. Ojalá el metal y el cristal pudieran decir lo mismo…