La economía compartida está protagonizando algunas de las mayores aventuras tecnológicas de los últimos años: Uber ha revolucionado la forma de movernos en una ciudad, Airbnb nos ha demostrado que no sólo existen los hoteles cuando queremos dormir lejos de casa y BlaBlaCar nos deja olvidar los autobuses y compartir trayecto con otras personas. Está claro que las nuevas tecnologías y la economía compartida forman una pareja idónea, ¿pero todo lo que hemos visto hasta ahora es sólo la punta del iceberg?
Hoy, en uno de los paneles del Android Innovation Day, ha surgido el tema de la economía colaborativa o compartida al hablar sobre el futuro del ecosistema móvil en Europa, lugar del que provienen el 40% de las aplicaciones y juegos más utilizados por los usuarios de todo el mundo. Esa economía compartida que tanto se lleva ahora sería capaz de ir más allá en el futuro, creando toda una serie de nuevos servicios.
La economía colaborativa es el futuro
En palabras de Bill Ray, analista senior en VisionMobile, la economía colaborativa se está encontrando con muchos problemas por ser tan disruptivas, por haber irrumpido de forma tan súbita en el mercado y por la falta de legislación que regule su actividad. A pesar de esto, este analista especializado en investigación cree que esta economía compartida es una buena parte del futuro del ecosistema móvil.
Para solucionar este problema, Alejandro Perales, presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC), apuesta por una regulación flexible que de un mayor protagonismo a los ciudadanos: un marco legal que se adecúe a las nuevas tecnologías y que de entrada a los consumidores, que los propios usuarios puedan participar en esta regulación.
Sin embargo, otra de las ponentes discrepa, porque Catriona Meehan, directora de relaciones gubernamentales de la Application Developers Alliance, afirma que no sería necesario cambiar las legislaciones actuales, se podrían adaptar con pequeños cambios a esta economía colaborativa.
El gran desafío no es la innovación, es encajarla
Catriona Meehan ha comentado que el problema no es la innovación, el problema viene al encajar esas ideas tan disruptivas en el marco actual. Algo que las nuevas tecnologías han propiciado según Bill Ray: las nuevas generaciones no se encuentran con ningún legado que seguir, así que crean nuevas ideas con los avances existentes como base.
Una línea que sigue Benoit Tabaka, mánager de política en Google EMEA también presente en la charla: hablar de competir es innovar, e innovar es lo importante en este asunto.
Bill Ray también ha comentado, al hablar de innovación, que los desarrolladores actuales son mucho más jóvenes que antes, y mucho más inexperimentados que generaciones de desarrolladores pasadas. Esto no es malo, él mismo ha comentado que se trata de una situación apasionante, y el mejor ejemplo nos lo encontramos en estas nuevas ideas disruptivas.
La economía colaborativa ha llegado para quedarse, apoyada en el auge de las nuevas tecnologías. No sabemos cómo evolucionará, ni a qué ritmo lo hará, y tampoco sabemos a ciencia cierta si el marco legal evolucionará a la misma velocidad que el marco tecnológico, pero sabemos que ahí está una parte del futuro.