En un mundo donde existen miles de móviles diferentes, en el que apenas hay margen para diferenciarse y donde se equipan los dispositivos con millones de apps, resulta lógico que existan similitudes entre todas estas propuestas. Inspiración, aire o directamente copia, ocurre demasiado a menudo. Y no siempre en la dirección que esperamos.
Que los más pequeños se inspiren en los grandes es más o menos normal: disponen de un mayor equipo destinado a la investigación y desarrollo además de un mayor número de recursos. Aunque también ocurre al revés: hay empresas grandes que terminan desarrollando propuestas calcadas de las pequeñas. Ambas conductas son igual de reprochables, aunque la segunda suele ser más flagrante.
La interfaz en las aplicaciones, gran motivo para la inspiración
No tendríamos aplicaciones móviles en pantallas táctiles si los fabricantes no se hubieran inspirado entre sí: las acciones más comunes partieron de una idea concreta. El pellizco para el zoom, la aparición de menús desplazando desde el borde de la pantalla, el mantener pulsado para desplegar opciones… Estos gestos son universales, pero a alguien se les tuvo que ocurrir. Igual que la propia apariencia de las aplicaciones.
La interfaz de usuario o UI ocupa una de las partes más importantes en el desarrollo de una aplicación. Y es así por motivos obvios: por más que una app incorpore funciones extraordinarias, éstas no resultarán aprovechables si quien la utiliza no sabe cómo acceder a ellas. La interfaz ha de ser intuitiva, con una navegación cuidada, tiene que ofrecer acceso fácil a las opciones y, no lo olvidemos, deben ser bonitas a la vista.
Cuanto más sencilla sea la interfaz menor aprendizaje necesita. Y más números tendrá para inspirar a otras
¿Qué ocurre cuando existen muchas aplicaciones con funciones similares? Que suelen adoptar una manera parecida de acceder a ellas. Todos nos acostumbramos rápido a una forma única de actuar, por lo que resulta cómodo enfrentarnos a una nueva aplicación sabiendo cómo usarla incluso a pesar de ser nueva para nosotros. Aunque la cosa cambia si se introduce un elemento que no existe en ninguna otra aplicación.
Cuando se sobrepasa la inspiración
Han habido muchos casos, también dentro del ámbito que tratamos aquí: desarrolladores grandes inspirándose en competidores mucho más pequeños. Por ejemplo, aquí nos encontramos con un juego de baloncesto escondido en Facebook Messenger. Quizá no lo sabíais (yo me incluyo), pero ese pequeño huevo de Pascua es calcado al que incluyó Peach, una red social que se puso muy de moda hace unos meses. Escondido, diseño similar, puntuación que se comparte… Nada más que decir.
King amasó una fortuna con su Candy Crush Saga y todas las variantes, pero lo que no muchos saben es que el juego que inició la saga es una copia de otro menos conocido, CandySwype. King no sólo copió iconos, imágenes y estilo de puzzle (esto último no era del todo original), también se inspiró abiertamente en el nombre. Albert Ransom, el desarrollador de CandySwype, no obtuvo ningún tipo de compensación, al menos que sepamos.
Un caso algo diferente, pero igual de surrealista, es el de Nissan con su app NissanConnect EV, indicada para conectar con sus coches eléctricos utilizando el smartphone. ¿Cuánto dinero puede tener la empresa nipona para desarrollar aplicaciones? Pues uno de los programadores decidió añadir código de Stack Overflow, una conocida web de ayuda a programadores. ¿Resultado? En la app de Nissan salió un mensaje de alerta haciendo referencia a Stack.
Camera Zoom FX y el modo de incógnito calcado al de Cameringo
El motivo por el que iniciamos este artículo fue un correo enviado por el desarrollador de Cameringo, una excelente aplicación de cámara con funciones profesionales y un modo muy curioso de disparo: Incógnito. Según nos cuenta Fernando Sánchez, el modo incógnito de Cameringo inspiró un modo del mismo nombre de la conocida app Camera Zoom FX.
Como bien explica Fernando en su correo, y también hemos aclarado anteriormente, existen muchísimas posibilidades de que distintas apps orientadas a un mismo uso acaben realizando las funciones de manera muy similar. Incluso la interfaz puede ser parecida porque, en esencia, hace lo mismo en todas las aplicaciones. Lo extraño llega cuando, sin haber mucho modos similares como el Incógnito, otra app popular lo implementa exactamente igual.
El modo Incógnito de Camera Zoom FX es igual al de Cameringo, icono incluido
Según se puede comprobar en las capturas, Camera Zoom FX implementa el citado modo de la misma manera: ofreciendo una falsa entrada de wiki en la que se ve la explicación de una ciudad (Madrid en lugar de Barcelona, la original de Cameringo). La ventanita con el visor se sitúa en la misma zona, nos encontramos con idénticas opciones en forma de gatillo, mismo funcionamiento de disparo y, encima, también se abandona el modo de la misma manera: un triángulo gris en la esquina superior izquierda de la pantalla.
Nos hemos puesto en contacto con los desarrolladores de Camera Zoom FX y éstos nos han comentado que ambos modos no son exactamente lo mismo ya que Camera Zoom soporta captura en horizontal. Añaden que están trabajando en una revisión del modo con una interfaz distinta y la posibilidad de elegir una foto para hacer de falso fondo. Cameringo introdujo el modo incógnito en 2014, con la versión 2.0 de la app (actualmente se encuentra en la 2.7.88). Camera Zoom FX lo añadió hace unas semanas en la versión 6.1.1 (va por la 6.1.4).
El mundo de la tecnología cada vez más congestionado
Es muy complicado ser original con la cantidad de competencia que existe tratando de desarrollar aplicaciones nuevas, pero siempre se puede innovar con una idea que aporte aire fresco. Al fin y al cabo, ése debería ser el motivo para desarrollar nuevas apps, igual que suele ser la razón para crear nuevos dispositivos, juegos y cualquier otro elemento creativo.
Es muy difícil huir de la inspiración, pero, al menos, no debería ser tan complicado atribuir el origen de dicha inspiración; sobre todo cuando se trata de aplicaciones mucho más grandes. Como bien nos comenta Fernando, de Cameringo, no estaría mal, como mínimo, algo de reconocimiento.