Los avances en las baterías no han ido hasta ahora al ritmo al que lo hacían el resto de componentes de dispositivos móviles, lo que llevó a que las baterías empezaran a convertirse en un quebradero de cabeza al diseñar móviles y al elegir uno. El principal problema de las baterías es su autonomía, pero no es el único.
No menos importante: los ciclos de carga también toman protagonismo. A pesar de que las baterías de litio supusieron una mejora inmensa con respecto a las de Ni-Mh, se va degradando su capacidad para retener energía con cada ciclo de carga.
La autonomía, el factor clave
La mejora en la autonomía se presenta clave en toda esta evolución.
Y durante el último año algunas investigaciones han hecho que veamos algunas baterías que permitían doblar su capacidad gracias a investigadores del MIT. ¿Acabaremos viendo doblada la autonomía? A corto plazo parece difícil, pero esperamos poder llegar a verlo.
Avances en las baterías: la carga rápida
Ya que no se conseguían aumentar las autonomías de las baterías, al menos había que intentar reducir los tiempos de carga de las mismas.
Por eso, Qualcomm, con su Quick Charge 3.0 marcaba una mejora más en la lucha por mejorar la carga rápida, permitiendo en 35 minutos cargar el 80% de la batería.
Los fabricantes de dispositivos también han notado la necesidad de reducir los tiempos de carga al tener los estos problemas de autonomía, por lo que cada vez es más común ver cómo sus nuevos móviles, al menos la gama alta, presume de carga rápida.
Reduciendo los costes del litio
Al ser de sobra conocido ya el litio como componente de nuestras baterías, su tecnología ha madurado permitiendo así año tras año reducir los costes, permitiendo así no incrementar los precios de los dispositivos móviles al incrementar la capacidad de las baterías.
A pesar de que podamos empezar a experimentar problemas de materia prima, gracias a los procesos de reciclaje, podríamos seguir reduciendo los costes en los próximos años, manteniendo así la tendencia.
Evitando baterías inflamables
A principios de este año, algunas compañías como Microvast lanzaron su tecnología de batería no inflamable para baterías de ion-litio. De esta forma, se mejora la seguridad de las baterías por medio de una aproximación de múltiple nivel que abarca tanto los materiales como el nivel del sistema, permitiendo tomar medidas de protección activas y pasivas, entre las que se incluyen mejoras al sistema de protección, separador y electrolito de la batería.
Esperemos poder evitar situaciones como lo que ha ocurrido con el Note 7, para desgracia de Samsung.
¿Carga rápida en 35 minutos? ¡Dejémoslo en 5!
Si hace un momento hablábamos de Qualcomm y su sistema de carga rápida, rápido vamos a intentar superarlo, ya que Stephen Voller (creador de la startup responsable de Zap & Go) ha creado una batería de grafeno que se puede cargar en tan sólo 5 minutos.
La batería, presentada en el pasado MWC, consiste en un supercondensador de alto rendimiento fabricado con grafeno gracias a científicos de la Universidad de Oxford. Funciona como un powerbank y permite, gracias a las propiedades de sus materiales, absorber la electricidad a mayor velocidad.
¿Llega la hora del grafeno?
Acabamos de nombrar el grafeno, pero ¿en qué consiste? Básicamente se trata de un cristal de carbono en el que los átomos están dispuestos en un plano de forma hexagonal.
Esto permite ser uno de los materiales más finos, flexibles, fuertes y con mayor conductividad que existen. A pesar de contar con más de 80 años desde que definieron su estructura, no fue hasta 2004 cuando pudo ser aislado por primera vez, convirtiéndolo en un material tan delgado que se podía considerar un material de sólo dos dimensiones.
Y ha sido este año, con el MWC, cuando por primera vez hemos visto sus posibilidades y lo que ya se ha conseguido. Bajo la bandera del proyecto Graphene Flagship, que cuenta con 1000 millones de euros, han conseguido ver las realidades comerciales que presenta hoy día, permitiendo así no sólo pensar en una sustancial mejora de la autonomía, sino dejar atrás las limitaciones que podíamos tener del litio por su condición como material.
También en el avance de dispositivos flexibles podría suponer una revolución, pudiendo conseguir eliminar la rigidez en parte de la circuitería e incluso las baterías, tal como lo percibíamos hasta ahora.
Esto, entre otras cosas, lleva al grafeno a ser posiblemente el considerado material del futuro, sobre todo cuando se consigan reducir sus costes hasta un precio comercial asequible.
Rozando el infinito en los ciclos de carga
Autonomía, carga rápida, flexibilidad… ¿Nos dejamos algo? Sí, la durabilidad. A menudo es común ver cómo nuestras baterías con el paso del tiempo van reduciendo su capacidad de carga, viéndose mermadas.
Para mejorar este aspecto, en la universidad de Irvine, California, han investigado nuevos componentes para las baterías de litio, gracias a unos nanocables de oro y a unos geles, permitiendo así conseguir más de 200.000 ciclos de carga con recuperación total de la batería.
A pesar de que podamos considerar posiblemente los avances en las baterías como los peores parados en el mundo de la telefonía, quizá ahora mismo estamos ante el punto de inflexión que podría revolucionar las baterías, o no. ¿Será el grafeno el elemento que lo cambie todo?