Nos hemos acostumbrado a consultar el correo desde el pico de una montaña y a enviar snaps desde un retrete público. Para ello hace falta una red que nos dé acceso móvil a Internet. Aunque su popularización masiva ha sido algo propio de los últimos dos lustros, las primeras conexiones a Internet móviles datan de los años 90, con la llegada del protocolo GSM.
Su uso en dispositivos móviles se empezó a extender de la mano de determinados terminales Nokia y de BlackBerry primero, pero hasta la llegada de iOS primero y luego Android no se popularizarían y cambiarían no solo la forma en la que nos comunicamos, sino que también pondrían patas arriba sectores económicos tradicionales (y si no, preguntad a algún taxista).
Pero ¿y si el Internet móvil no se hubiera inventado? Por una razón u otra, la posibilidad de conectarte a Internet sin ningún tipo de cables es imposible. Adivinar como se habría desarrollado la historia cambiando un evento siempre es complicado (o imposible), ya que podría haber dado pie a hechos imposibles de predecir, pero si que podemos echar un vistazo a algunos escenarios muy plausibles
La crisis económica habría sido todavía más dura
La llegada de los smartphones abrió un mercado que hasta entonces no había existido: el de las aplicaciones para móviles
El boom del smartphone coincidió con la uno de los peores periodos económicos que recuerda occidente desde la Segunda Guerra Mundial. Prácticamente todos los sectores económicos notaron un duro golpe, sin embargo, entre 2007 y 2015 se vendieron 5.520,11 millones de smartphones. Además, esto propició la aparición de un mercado nuevo a partir del ecosistema de aplicaciones. Sin todo esto, es fácil imaginar que sin el auge de este mercado, mucha más gente se hubiera quedado sin trabajo -quizá no tanto en Europa, pero sí en EEUU y Asia-.
Es cierto que medir el impacto es complicado, y más cuando hay muchos sectores que han sufrido precisamente debido a la irrupción del móvil inteligente, pero eliminar de la ecuación uno de los mercados que más consumo han generado probablemente tuviera consecuencias muy duras.
Las start-ups no serían las empresas de moda
Buena parte de la innovación que ha aparecido en todo el mundo durante los últimos años proviene de start-ups, empresas que en muchos casos nacen de la nada
Una start up no tiene que ser necesariamente una empresa tecnológica, lo que define a este tipo de empresas es su forma de actuar, habitualmente basado en la escalabilidad, y aunque normalmente se apoyan en la tecnología, esto no es un requisito indispensable. El ecosistema de aplicaciones ha sido un caldo de cultivo ideal para la aparición de este tipo de empresas.
Hoy levantas una piedra y te encuentras tres start ups. Así han nacido algunas de las empresas de las que más se ha hablado en los últimos años, como Uber, Wallapop o la misma Facebook. Este modelo de negocio requiere una gran innovación para poder crecer. De no ser por la aparición de los smartphones, es muy posible que muchos emprendedores no hubieran apostado por este modelo y mucha de la innovación vista en los últimos años se habría perdido, o quizá canalizado por otro camino.
Los gigantes tecnológicos no habrían crecido tanto
Es muy difícil pensar en la repercusión que tendrían hoy en día empresas como Google, Apple o Facebook de no ser por el mercado de los móviles y, por lo tanto, el mercado del Internet móvil
Google, Apple o Facebook son hoy algunas de las empresas más grandes del mundo. No dependen del Internet móvil para su funcionamiento, pero parece muy complicado que hubieran alcanzado las cifras a las que han llegado hoy sin ir de la mano de los smartphones. Quizá el caso de Apple es el más evidente, ya que su gran éxito en los últimos años es precisamente la venta de smartphones y servicios asociados. En el caso de Google, está algo más diversificado, pero no cabe duda de que una parte muy importante de su negocio viene potenciado por el éxito de Android, igual que Facebook ha sabido aprovechar el crecimiento del tráfico móvil y los nuevos hábitos de los usuarios.
El tener Internet en el teléfono cambió los hábitos de los usuarios. Algunas empresas no se supieron adaptar y quedaron en un segundo plano, como Microsoft, que perdió el trono de sistema operativo más usado del mundo. De no haber cambiado el escenario, posiblemente Windows seguiría siendo el rey y seguiríamos usando MSN Messenger, sin un cambio en el juego que hubiera permitido la entrada o el crecimiento de nuevos jugadores.
No habrían habido escándalos como Prism sin Internet móvil
Tener un dispositivo permanentemente conectado a la red en nuestro bolsillo nos ha traído multitud de ventajas, pero también inconvenientes. El smartphone se ha convertido en una ventana a nuestras vidas que lo hacen muy jugoso a delincuentes informáticos o gobiernos que quieren saber más de la cuenta.
Aunque la seguridad y la privacidad habrían sido una importante preocupación sin la existencia de smartphones, las redes móviles convierten el mundo en la pesadilla de Orwell. Pudiendo, por ejemplo, activarse de forma remota la cámara o el micrófono para espiar a alguien. En un mundo sin smartphones un escándalo como Prism o el del iPhone de San Bernardino no habrían tenido sentido.
Y para más dudas, preguntad a Jennifer Lawrence.
Finlandia no estaría metida en un problema
Durante décadas, Finlandia ha sido uno de los países más prósperos del mundo. Sin embargo, la aparición de los smartphones le ha creado un problema serio que le llevó a una seria recesión a partir de 2013 que ha llevado a algunos analistas a llamar al país «el enfermo de Europa» (continente que parece tener muchos enfermos). Lo cierto es que en 2015 logró frenar la caída, pero su situación sigue siendo complicada.
La fortaleza de la economía finlandesa se basaba en dos grandes pilares: la industria tecnológica y la del papel. Nokia llegó a suponer el 4% del PIB cuando era el mayor fabricante de teléfonos del mundo, división que hoy ha, básicamente, desaparecido como tal. Y aunque Nokia sigue siendo una bestia en la fabricación de material de telecomunicaciones, el retorno económico no es el mismo. La industria del papel, el otro pilar, también ha sufrido un duro descenso en la demanda debido a la sustitución del papel impreso por dispositivos digitales. De ahí que se acuñara la expresión «Jobs took our jobs» ([Steve] Jobs nos quitó el trabajo).
Un día a día atascado en 2007
Pero posiblemente, en lo que más notaríamos es en pequeños detalles del día a día, empezando por una menor inmediatez de las comunicaciones, tanto las personales como profesionales, ya que seguiríamos dependiendo de llegar a casa o la oficina para consultar el correo o las redes sociales. Vivimos en el mundo de las notificaciones constantes, y eso, tal vez, sería una mejora.
Es difícil imaginar hacia dónde habría evolucionado la electrónica de consumo sin los smartphones, pero es muy posible que hubieran absorbido igualmente la cámara compacta y el MP3. Quizá, incluso contarían con mejores cámaras al tener que desarrollar menos elementos. Y sí, con toda seguridad no estaríamos todo el día pendientes del enchufe más cercano, pero tendríamos más problemas al ir hasta sitios que no conocemos.
Hoy, el smartphone es el principal dispositivo que tenemos conectado a la red, pero en los próximos años se sumarán los coches, mientras que las ciudades pasarán a depender de la conexión a Internet de forma más extensa para, por ejemplo, el funcionamiento del transporte urbano. A medida que pase el tiempo, el efecto mariposa hará de las suyas, y, muy posiblemente, dentro de 10 años este artículo tendría el triple de extensión.