La tecnología móvil es un mundo convulso al que se le podría dedicar un «culebrón». Tensiones entre compañías, herencias que pasan de unas manos a otras, romances que acaban en escarceos de empresa, bombazos que te dejan con intriga de cara a la próxima temporada… Aquí sí hay polémica y no la que había en Falcon Crest.
Centrémonos en los sistemas operativos. Menudo drama saldría de la caída de BlackBerry, por ejemplo. O de la lucha encarnizada entre Android e iOS; con unos personajes principales que harían temblar a la mismísima Angela Channing. Y qué decir de Windows Phone Windows 10 para Móviles…
Como amante de la tecnología móvil, he pasado por la mayoría de sistemas operativos para smartphones. Esto incluye Windows Mobile, Symbian, Maemo, BlackBerry (7 y 10), iOS, Windows Phone… Y Windows 10 para móviles. Dado que he seguido su trayectoria, me apetecía contarla de primera mano contrastándola con Android. ¿Qué te parece?
Windows Phone se lanza para competir contra Android y iOS
Apple cambió el rumbo de la telefonía móvil en enero de 2007 apostando por pantallas grandes, sistema táctil capacitivo, sin puntero, con tienda de aplicaciones e integrando todo esto en un cuerpo delgado, ligero (para la época) y atractivo. Android tuvo que adaptarse antes de su presentación, ya conocemos la historia.
El auge de los smartphones era imparable allá por 2010. Microsoft presentó Windows Phone 7 por primera vez en el Mobile World Congress de ese año. Y lanzó la versión 7 del sistema, junto con los primeros móviles, en octubre de 2010. Yo fui uno de los que apostó por él: compré el HTC Trophy, uno de los 10 que se lanzaron en la primera hornada (de HTC, LG, Samsung y Dell).
En el 2010 triunfaban móviles como el Samsung Galaxy S, el HTC Desire, el Nexus One, Motorola Milestone, iPhone 4… Enfrentarse con Windows Mobile 6.5 a dos sistemas perfectamente establecidos a pesar de su corta edad era un suicidio para Microsoft, de ahí que se atrevieran con Windows Phone 7. Los habían menospreciado, la risa de Steve Ballmer quedó para la historia.
Microsoft reaccionó tarde y la respuesta no fue la más adecuada. A pesar de que tenía sobrada experiencia en sistemas operativos móviles, y que conocían el funcionamiento de la competencia, Windows Phone partió en inferioridad de condiciones. Un estilo particular con una interfaz diferenciada, pero justo en prestaciones y personalización.
Windows Phone 7 habría sido una buena apuesta de lanzarse dos años antes
Microsoft no tuvo demasiado tiempo para desarrollar Windows Phone una vez la empresa asimiló que iOS y Android le comían el terreno. Con dos pesos pesados establecidos, debía crear un sistema que fuese único en su concepción y brindase a los usuarios todo lo que no encontraban en la competencia. No lo logró.
Los primeros errores marcaron su destino
Recuerdo el unboxing del HTC Trophy, el que fue mi primer Windows Phone y también uno de los que inició el sistema en su versión 7. Un móvil agradable, compacto, que por el exterior no se diferenciaba en exceso de cualquier otro smartphone de ese año. En cuestión de software la cosa cambiaba.
Windows en móviles nunca fue un mal sistema. Los requerimientos mínimos nada elevados son una ventaja para el usuario dado que la interacción es suave y fluida (con trampas, que está plagado de animaciones de transición). La sencillez de la interfaz no entorpece el uso ni de quienes no entienden de tecnología. Y a nivel puro de smartphone nunca ha sido significativamente diferente del resto. Pero…
Windows en móviles nunca fue mal sistema, pero siempre cayó en las comparaciones con la competencia
Ya decía que Microsoft no innovó en el desarrollo de su nuevo sistema. Su scroll horizontal y el diseño «Metro» destacaban, pero quedaba por detrás en otros aspectos básicos. Sin personalización, segundo plano limitado, con carencia de aplicaciones populares nativas… Hasta se reiniciaba varias veces para aplicar una actualización o para cambiar la SIM.
Microsoft no supo cautivar a los desarrolladores ni tampoco a los usuarios; tampoco pudo extender el atractivo del escritorio a los móviles (incluso al revés); no logró acuerdos con empresas clave, como Google y sus aplicaciones; o que muchas apps de cabecera hiciesen versiones para Windows Phone. El descontento fue acumulándose.
Como remate, los fabricantes abandonaron el sistema. Las ventas eran menores en comparación con Android, así que HTC y Samsung, principales «partners», perdieron interés en Windows Phone. Y Microsoft optaron por otra estrategia: comprar Nokia.
La compra de Nokia
Antes de que Microsoft adquiriese Nokia el fabricante finlandés ya había apostado por Windows Phone. Igual que la propia Microsoft, y también como BlackBerry, Nokia desestimó la importancia de Android y iOS para reaccionar tarde y mal. Lanzó algún móvil popular táctil y con Symbian (el Nokia 5800 XpressMusic fue de los más vendidos), pero estaba claro que así no iba a ninguna parte.
Nokia debía apostar por Android, pero acabó decidiéndose por Windows Phone
En Nokia tuvieron que valorar bien las opciones. ¿Ir a Android y construir sus smartphones con un sistema que empezaba a masificarse o apostar por otro donde tuviesen margen para erigirse de nuevo como marca distinguida? Todos sabemos el desenlace: se decantaron por Windows Phone. Las malas lenguas dicen que Stephen Elop ejerció de «troyano».
También me compré el primer Windows Phone de los finlandeses: el Nokia Lumia 800. Aparte del cachondeo que suscitó lo de «Lumia», el inicio de la gama era más que aceptable. Buen móvil, buena construcción, funcionamiento correcto… Y la sensación de que cada vez era más patente la pérdida de terreno con respecto a Android y iOS.
El Nokia Lumia 800 compartía mesa con un Samsung Galaxy SII (mi móvil principal) y con un iPhone 4S (el móvil de mi mujer). Como suele ocurrir, las comparaciones pasan a ser odiosas. Y fueron ellas las que me centraron sobre Android para mi día a día. Microsoft y Nokia debían ofrecer mucho más para ser una alternativa recomendable por encima del resto.
Lo mismo pensaron en Microsoft porque compraron la división de Nokia en móviles. Septiembre de 2013 y salta la noticia. La intención estaba clara: superar a la competencia a base de controlar el software y el hardware. Estaba en camino una gama muy completa de smartphones, aunque también un varapalo para los usuarios: habría una nueva versión que rompería con el sistema.
Windows Phone y el cúmulo de errores
Microsoft no sólo cometió errores en el lanzamiento de la versión 7 de su sistema, tuvo un fallo garrafal con la versión 8 de Windows Phone: todos sus usuarios se quedaron sin actualizar. O lo que es lo mismo: en el momento del lanzamiento, septiembre de 2012, todos los móviles vendidos quedaron antiguos. Incluido el Nokia Lumia 800, con menos de un año de antigüedad.
Con el paso de Windows Phone 7 a 8 todos los móviles vendidos quedaron obsoletos
Poco importó que prometiesen una versión actualizada para los damnificados: quienes habíamos apostado por el sistema nos sentimos estafados. La excusa fue un nuevo kernel (de Windows CE a Windows NT) con el que equiparar móvil y escritorio. El resultado fue que perdió gran parte de su público por el camino.
También a mí me perdió: un sistema operativo no puede abandonar a los usuarios que apoyaron su lanzamiento. Microsoft tendría que haber apoyado a más fabricantes, debió mantener una evolución más agresiva del sistema, ofrecer una forma de expandir la experiencia de escritorio sin necesidad de comprar hardware aparte para usar Continuum…
El paso de Windows Phone 8 a Windows para Móviles ha sido menos traumático, pero llegó tarde. La mayor parte de usuarios perdió la esperanza en el sistema. Y recuperar el terreno a estas alturas resulta imposible, sólo hay que ver la caída en ventas (datos de Gartner).
Otro de los errores que le hizo perder la batalla contra Android fue el de vender su sistema a los fabricantes. La gratuidad de Android es golosa para las marcas. Además, tienen la opción de personalizar el sistema para adaptarlo a su marca, algo que Microsoft no permite. ¿Fabricar con Android a 0 euros por móvil o integrar Windows Phone por un coste medio de 25 euros por unidad? La respuesta está clara.
Las opciones de hacerse un hueco se acabaron
No es que Windows para Móviles tenga los días contados, pero sí que está condenado a no obtener la porción de usuarios que necesita para convertirse en alternativa de consumo. Microsoft piensa dirigir sus esfuerzos al público empresarial. Y el entorno ofrecido por Continuum le es favorable.
Windows Phone podría haber aprovechado su lanzamiento para convertirse en una seria alternativa a Android. Y Windows 10 para Móviles podría ser una digna actualización con la que usuarios de Windows 10 compaginasen escritorio y smartphone. Seguro que Apple y Google no habrían perdido la oportunidad.
Nunca sabremos si Android hubiese sufrido de ser Windows Phone una seria alternativa lanzada a tiempo. Aunque lo que sí sabemos es que Microsoft está más interesada en ofrecer software a Android que en potenciar su propio sistema. Qué ironía.