Facebook se ha convertido en un gigante con mayúsculas: que si una red social inmensa, que si su propio chat muy utilizado, que si aplicaciones famosas como Instagram o WhatsApp, que si realidad virtual con Oculus… y su nueva aventura va de compras, porque Marketplace es un Wallapop puro y duro de la compañía estadounidense.
Estamos hablando de Facebook Marketplace, una nueva sección de Facebook en la que podemos vender nuestras cosas, además de comprar lo de otros usuarios. Sí, sólo por la descripción parece un Wallapop más, y no os vamos a engañar, lo es. Sin embargo, Facebook está apuntando en otra dirección con Marketplace.
Un añadido perfecto para la Messenger Platform
Facebook está tratando de montar su propio ecosistema de aplicaciones y servicios
Para empezar, Facebook está tratando de montar su propio ecosistema de aplicaciones y servicios. Aunque uno de sus mayores fuertes sea la propiedad de WhatsApp, el lanzamiento de Messenger Platform fue toda una declaración de intenciones sobre qué quiere hacer Facebook: una plataforma común desde la que los desarrolladores y empresas pueden llegar a los usuarios.
En otras palabras, Facebook quiere que no salgamos nunca de sus servicios para todas las necesidades que tengamos. Marketplace no deja de ser un intento de que los usuarios de Facebook pasen de plataformas como Wallapop o eBay para hacer compras entre particulares, que se quede todo en casa, incluyendo la economía colaborativa.
Además, Marketplace aprovecha todas las bondades que le sirve en bandeja la red social: comunicaciones a través de Messenger y posibilidad de ver el perfil de Facebook de la persona a la que compramos -o que nos compra-. Con estos pequeños detalles dejamos de hablar con un desconocido, y no es la primera plataforma que utiliza Facebook como indicador de confianza, Blablacar ya valora que aportemos nuestro perfil de Facebook.
Su propio intento de entrar en la economía colaborativa
También es cierto, como muchos han apuntado ante este lanzamiento, que a Facebook siempre se le ha resistido esta clase de aventuras. Ya intentaron crear una plataforma de comercio electrónico en 2007 que terminó abandonada hasta 2014, año en el que decidieron darle muerte de una vez.
Lo cierto es que, con aquel Marketplace creado en 2007, Facebook no apostó demasiado: esperaba que el propio peso del nombre les diese el empujón necesario, algo que no ha ocurrido. Esta vez la compañía parece haber aprendido la lección, dando una buena dosis de protagonismo a Marketplace desde el primer día: integración con Facebook y un lugar privilegiado en la aplicación oficial.
Estamos hablando de un mercado que tiene 16 millones de clientes sólo en España, y que suele comprar 3 veces al mes a través de Internet. Es un mercado jugoso del que Facebook no quiere quedarse fuera, como cualquier otra empresa con ambiciones de ganar dinero.
El objetivo final no es competir con Wallapop
Facebook quiere ser el WeChat o el Line occidental
Todos los medios, incluyendo al que estáis leyendo, ha considerado este lanzamiento como una respuesta a gigantes como eBay o Craiglist, además de serlo a potencias en expansión como la conocida Wallapop. Sin embargo, y aunque son rivales de Facebook en este ámbito, el objetivo final de Facebook no está en estos servicios, el rival más cercano a lo que quieren se encuentra en la región más poblada del mundo.
Plataformas como Line o WeChat parecen simples aplicaciones de mensajería desde aquí, pero allí son mucho más que eso. Line en Japón o WeChat en China son plataformas de pago, lugares donde pedir un taxi, sitios para comprar productos físicos e incluso aplicaciones de toda clase. Facebook quiere ser todo eso para nosotros, los occidentales, y Marketplace es un paso más en esa dirección.
Nunca hemos confiado en que Facebook tenga nuestros datos, al revuelo que se ha montado con WhatsApp me remito, y mucho menos confiamos en que la compañía de Mark Zuckerberg llegue a tener los datos de nuestra tarjeta de crédito. Facebook ha dejado muy claro que Marketplace no pide datos bancarios en ningún momento, deja que los usuarios decidan cómo se producirá el pago, pero esto es un paso encaminado a ganarse la confianza de los usuarios.
Facebook quiere ser el WeChat o el Line occidental, aunque se le está haciendo muy cuesta arriba. La pregunta del millón es si lo conseguirá, o si se quedará en el intento y el mercado asiático seguirá siendo diferente.