La ciudad tiene más de 6.000 años de antigüedad, pero Shenzhen jamás tuvo tanta relevancia en el mundo como hoy. Situada en la costa del sur de China -en la provincia de Catón-, muy cerca de Hong Kong, ha pasado de ser una aldea pesquera a un enorme complejo industrial donde se fabrican cerca de la mitad de smartphones del mundo. Una ciudad que cobija a más de 6.000 fabricantes de dispositivos electrónicos, entre ellos Huawei o ZTE. Lenovo y Samsung también tienen una importante presencia, y todos los iPhone del mundo se fabrican en la planta que Foxconn tiene en el barrio de Longhua.
Hasta 1979 era una aldea de pescadores cuyo mayor mérito había sido ser ocupada por los británicos durante la Primera Guerra del Opio a mediados del siglo XIX. A finales de los 70 China era un país principalmente rural y sumido en la pobreza.
Para tratar de mejorar la economía, el gobierno de Pekín tomó una serie de decisiones, entre ellas la designación de una serie de áreas económicas especiales -excepciones fiscales y buenas condiciones para la exportación-. Fueron cuatro zonas, cada una de ellas al lado de una zona ya desarrollada económicamente. Shenzhen -a algo más de 20 kilómetros de la por entonces británica Hong Kong- fue la primera de ellas.
El crecimiento de Shenzhen
En aquel momento, la ciudad contaba con 300.000 habitantes. Hoy la población total de Shenzhen es un misterio. Algunas estimaciones se sitúan entorno a los 10 millones, aunque otros consideran que se acerca más a los 15. Era demostrar que China tenía capacidad para crear trabajos y, además, introducir tecnología avanzada del extranjero.
El número exacto de habitantes de Shenzhen es un misterio
El resultado seguramente haya roto las más optimistas previsiones, con un crecimiento inaudito en la historia de la humanidad. El puerto de Shenzhen es el tercero más grande activo del mundo -alrededor de la ciudad también ha crecido un importante tejido industrial textil y de fabricación de muebles-, sólo por detrás del de Pekín y Singapur tras superar a Hong Kong en 2013.
¿Cómo es Shenzhen?
Jalís de la Serna -periodista de La Sexta que recientemente realizó un reportaje sobre la ciudad para Enviado Especial- nos explica que “es una ciudad muy joven, donde poca gente es de allí. La mayoría son trabajadores que llegan de zonas rurales del interior del país para enviar dinero a sus familias”. Apunta también que la ciudad cuenta con zonas diferenciadas, unas más “caóticas” y que pueden recordar a Pekín, con restaurantes a precios asequibles, mientras que en el centro financiero podemos encontrar tiendas y coches de lujo “equivalentes a la Quinta Avenida de Nueva York”.
Los trabajadores viven en pisos dentro de las propias fábricas
De hecho, las propias fábricas son como pequeñas ciudades en sí mismas. “Los trabajadores viven en pisos o habitaciones compartidas dentro del propio recinto. Esto les permite ahorrarse el coste del alojamiento y del transporte. Además, también cuentan con cantinas que les ofrecen una alimentación básica a sus empleados.
Evidentemente, estos apartamentos están lejos de ser de lujo, sin embargo De la Serna desmiente la imagen preconcebida de hacinamiento y malas condiciones, y describe el alojamiento como “bastante aceptables”, al menos lo que él pudo ver -una fábrica de Doogee-, aunque evidentemente esto puede variar de fábrica a fábrica.
¿Cómo son las fábricas?
De la misma forma, De la Serna califica de buenas las condiciones en la que los trabajadores fabrican nuestros teléfonos y gadgets. “Tienen unas buenas sillas y protecciones para los ojos y ante posibles sustancias tóxicas”. Aunque, de nuevo, esto puede variar de planta a planta.
Las condiciones de las fábricas son bastante aceptables
Acceder a la fábrica de Foxconn es algo casi imposible, una de las más grandes del mundo y donde nacen todos los iPhone del mundo. Entre 2010 y 2011 Foxconn se vio envuelta en una polémica por el suicidio de 14 de sus trabajadores y cuatro intentos más.
800€ por turnos de 14 horas
Un trabajador de una planta de Shenzhen tiene un sueldo base equivalente a unos 450€ realizando turnos de entre nueve y diez horas. Tiene la opción de elevar esta cifra hasta los 800€ haciendo horas extras -turnos de unas 14 horas-. “Mientras estuve allí no vi ningún caso en el que se obligara a un trabajador a hacer más horas de las que le tocaban”, explica De la Serna.
Muchos trabajadores vienen de las zonas rurales del país
Aunque el sueldo puede parecer no muy alto, a un trabajador chino le permite vivir e incluso ahorrar o enviar dinero a su familia, teniendo en cuenta que no deben pagar alojamiento, ni transporte, ni alimentación.
El ecosistema: todo proveedor a una llamada de teléfono
Una gran parte del éxito de Shenzhen que ha llevado a que se le conozca como el Silicon Valley chino es el ecosistema que ha creado. Si fabricas allí tienes a cualquier proveedor cerca: Qualcomm, MediaTek, Samsung, Intel… toda la “supply chain” está presente en la ciudad china.
En Shenzhen tienes a todos los proveedores cerca
“Si tienes un problema con un pedido de pantallas, en China tienes el proveedor a unos kilómetros y te pueden mandar un ingeniero o pueden cambiarte el pedido, sin embargo si lo traes hasta España todo puede ser más complicado, y si lo quieres devolver tienes mucho papeleo, te lo pueden parar en las aduanas…” nos explicaba Ravin Dhalani, cofundador y Director de Producto de bq hace unos meses.
¿Quieres tu propia marca de smartphones? Llama a Shenzhen
En el documental de Wired Shenzhen: The Silicon Valley of Hardware -y disponible en YouTube– podemos ver el caso de una empresa suiza de robótica que podía desarrollar en tres meses un robot que en Europa tardaría nueve. Pero no sólo eso: al calor de este ecosistema han nacido empresas que te permiten tener tu propia marca: son las ‘design houses’.
Estas empresas cuentan con una serie de modelos que te permiten personalizar con tu logo, unos pedidos de entre 10.000 y 50.000 unidades de teléfonos equipados con Android -con un valor de entre 20€ a los 150€ por unidad– que puedes tener en Europa en 30 o 40 días.
El envío de un cargamento a Europa cuesta unos 200€
Así, nos podemos encontrar el Gionee Elife S 5.5 vendido como Blu Vivo IV o como Kazam Tornado y en Indonesia podemos encontrar el Coolpad F1 vendido como el Himax Polymer. El envío de carga desde Shenzhen está en mínimos históricos, y por unos 200€ puedes tener el contenedor en el viejo continente, si bien es verdad que a eso hay que sumar impuestos y distintas tasas a pagar en el destino, lo que puede situar el coste entre 1.000€ y 2.000€.
¿Quién puede competir con Shenzhen?
La hegemonía de Shenzhen comenzó a principios de siglo, con el boom de los MP3. Más tarde ha ido evolucionando, adaptándose a la producción de MP4, DVDs, eBooks, tablets y smartphones. Actualmente existen pocas zonas en el mundo que sean capaces de competir con este núcleo industrial chino.
Aunque los costes se han incrementado y fabricar en China ya no es tan rentable como solía serlo en otros sectores como el textil, sin embargo, todavía no es así en el ámbito tecnológico. “La mano de obra cualificada también es asequible en Shenzhen, donde un ingeniero puede cobrar entre 1.000€ y 2.000€”, explica De la Serna. “Es posible que otras zonas del mundo puedan tratar de competir en cuanto a fabricación. No soy adivino, pero es muy posible que en Shenzhen sean capaces de adaptar sus fábricas para seguir siendo competitivos”.