La tecnología es una tendencia imparable. Todos quieren usarla y demostrar que la utilizan; provocando situaciones de vergüenza ajena. Seleccionamos 5.
Seguro que más de una vez te has llevado las manos a la cabeza como en el típico meme de «facepalm». La tecnología es molona, atractiva, ha conseguido llegar a cualquier parte sin que importe el dominio que tenga la persona de ella. Y claro, se crean situaciones de «tierra trágame«. ¿Cuáles recuerdas tú? Yo he seleccionado las cinco siguientes. Siempre con mucho humor, debo recalcarlo.
Escribir la Constitución con Emoji
Ésta es la noticia que desencadena el artículo: el Gobierno de España ha propuesto traducir la Constitución a «lenguaje» Emoji. ¿Qué será lo próximo? ¿Traducir la letra del himno también a Emoji? Ah, no, aquí no hay problema.
No sé tú, pero a mí me da bastante pereza todo el tema de los Emoji. Tuvieron su momento cuando lo único gráfico que había era escribir emoticonos con símbolos, pero hemos llegado a un punto donde todo el tema Emoji es de vergüenza ajena. Cojines, tazas, símbolos que se convierten casi en una cuestión de Estado… Incluso se ha hecho campaña por conseguir un Emoji de paella.
Los que van con el altavoz del móvil en el metro
No puedo con ellos, es superior a mí. Ya no es sólo de vergüenza ajena, que también, sino de una falta de respeto que raya la pena de cárcel. ¿Tanto cuesta ponerse unos auriculares? En serio, que los hay bien chulos. Y no hace falta gastarse 300 euros en unos Beats…
Si el altavoz trasero del móvil pega más escándalo que el paciente de un cirujano ahorrando en anestesia, los altavoces Bluetooth ya son el summum. Encima, estos altavoces han ido subiendo en potencia y en autonomía, por lo que tampoco puedes desear que se les agote la batería tras la décima repetición del tema de moda…
Los selfies y su parafernalia
Sé que mola sacarse una autofoto de vez en cuando. Y, como estamos en los tiempos de las redes sociales, entiendo que atraiga compartirla en Instagram para que suban los corazones como si los regalaran. Pero ¿es necesario estar haciéndose selfies a cada minuto? ¿Estás haciendo una serie documental con el cambio de la cara y quieres el máximo de fotos posible para montar un «time lapse»?
Espera, que lo peor no son los selfies, la verdadera vergüenza ajena es ver cómo se ponen «morritos» antes de sacar la foto. Es alucinante, siempre la misma pose. Y los paloselfies… Reconozco que tienen su utilidad para alguna toma, pero salir de casa con el garrote y el móvil enganchado para estar continuamente echando selfies con «morritos»…
Programas de televisión que emiten vídeos de YouTube
¿Quieres hacer un programa de televisión y no tienes presupuesto para guionistas? No hay problema: vas a YouTube, buscas los vídeos que más se estén visualizando y hala: ya tienes unas cuantas horas de programa. ¡Gratis y sin tener que mencionar a los autores! Lo más curioso es que al revés es imposible, que te cierran la cuenta.
Esto es extensible al resto de aplicaciones y servicios móviles. Ahora es noticia que un futbolista haya escrito un tweet, incluso aunque sea una chorrada (de hecho mejor si es una idiotez). Se comentan fotos de Instagram como si las hubiera sacado el National Geographic, cuando hay que localizar una noticia se coloca una imagen de Google Maps… En serio, de vergüenza ajena.
Los amigos que no saben de tecnología te piden consejo y luego no te hacen caso
Remato con este punto porque he tenido más de un momento «tierra trágame». Si estás leyendo este artículo seguro que eres como yo, de esos «expertos» en tecnología que a las primeras de cambio está solucionando desde el programa del microondas al formateo del PC. Claro, también tienes que dar consejos.
- «¿Qué móvil me compro?». Hombre, yo diría que este smartphone te irá muy bien. ¿Resultado? Al día siguiente le ves con un móvil diferente del que recomendaste, más malo, más caro y seguro que le costó una permanencia.
- «¿Qué aplicaciones me recomiendas?». Tú le dices alguna chula, juegos y le recalcas «No instales ningún gestor de RAM y batería, que no sirve para nada». Al día siguiente tiene instalado Clean Master.
- «¿Me recomiendas una tarifa?». Tú le dices una OMV en la que pueda ahorrar unos euros cada mes sin que le falten datos. Pero no, se hará una convergente con «a tope de todo» para al mes siguiente decir: «¡Me están cobrando 130 euros y sólo quería WhatsApp!».
La tecnología ha revolucionado nuestra manera de vivir y de pensar. Soluciona muchas complicaciones diarias y consigue que el mundo siga girando sin que perdamos el máximo nivel de confort. Pero hay muchos que deberían mantenerse lo más alejado posible de la tecnología, ¿no te parece? Echémosle humor, que es lo único que nos salva.