Las aplicaciones preinstaladas en los dispositivos móviles parecen ser poco queridas entre los usuarios, pero lo cierto es que a la larga es algo que no suele importar demasiado. El Bloatware no es tan maligno como creemos.
El Bloatware siempre estuvo ahí, pero es ahora cuando nos importa
Si nos preguntasen cual sería el mayor drama de utilizar un móvil, seguramente responderíamos con de forma tajante. Lo que más nos preocupa es o quedarnos sin batería o quedarnos sin memoria.
Respecto a la batería, parece que vamos evolucionando. Los consumos de nuestros móviles son cada vez más reducidos y las baterías mayores. ¿Pero qué ocurre con los almacenamientos?
Naturalmente también han evolucionado, pero en una gran parte de móviles seguimos teniendo un problema, y es que gran parte del almacenamiento viene ocupado por el sistema y las aplicaciones preinstaladas. Las aplicaciones preinstaladas llevan con nosotros desde los primeros móviles, e incluso desde antes, con los ordenadores.
Esto conlleva que nos acabemos sintiendo confusos al comprar un nuevo móvil. En la caja ponía que el móvil tenía 16 GB, pero nada más lo enciendo tengo solo 10. Mi primo se ha comprado otro móvil de 16GB pero el tiene 12. ¿Por qué el tiene más que yo?
Todos usamos esas aplicaciones, nos guste o no
Como ya hemos dicho, parte del almacenamiento principal de serie viene ocupado por el sistema operativo y las aplicaciones por defecto. Por el primero no nos podemos quejar, ya que para que el móvil funcione como tal necesita un sistema operativo, pero por las aplicaciones instaladas por defecto existe mucha polémica.
Las aplicaciones instaladas por defecto ocupan espacio. Realmente ocupan mucho espacio en el que podríamos guardar música, fotos, e incluso aplicaciones que nos interesen más para nuestro día a día. ¿Por qué el fabricante incluye tantísimas aplicaciones que no sirven para nada? Pues efectivamente, porque no están haciendo el teléfono para ti.
No eres el centro del mundo, y los fabricantes deben cumplir con todos los perfiles de usuario
Depende de con quien estemos hablando, nos daremos cuenta de que para algunas personas las aplicaciones que estemos utilizando serán Bloatware o no. Del mismo modo que algunas aplicaciones por defecto que dicha persona utilice dependerán de nuestro propio criterio para saber si son Bloatware o no.
¿Dónde está la medida realmente?
Volvemos a meter a mi primo en la ecuación. A él le encanta que Facebook venga instalado por defecto en su móvil, ya que el chico no entiende muy bien como va eso de descargar aplicaciones en Google Play, mientras que por otro lado el ve absurdo que el móvil integre un calendario, ya que le parece una aplicación absurda, a pesar de que para mí sea vital en el día a día.
Esta situación nos sirve para comprender que en ocasiones, el valor de las aplicaciones preinstaladas es superior a la pérdida de espacio. ¿Quién decide qué es Bloatware y qué no? ¿A quién designamos como juez definitivo del Bloatware?
Para muchos es más importante que Facebook esté ahí antes que el teléfono
Google es el exponente más bestia
Si lo analizamos fríamente, todos utilizamos aplicaciones que para otras personas son completamente prescindibles, y eso es un hecho. No obstante, existen aplicaciones que son consideradas más inútiles que otras, muchas pasan sin pena ni gloria en nuestro móvil, ocupando simplemente espacio.
¿A quién apuntamos? Efectivamente, a Google.
Para que un móvil incluya Google Play, el fabricante debe incluir todas las aplicaciones designadas por Google, y no hay nada que podamos hacer nada por evitarlo. En general, gran parte de las aplicaciones de Google destacan por su calidad, ¿pero realmente todas son útiles?
Como ya mencionamos, la medida que tienen los fabricantes a la hora de elegir las aplicaciones predeterminadas es crear un dispositivo que funcione para la mayor parte de tipos de usuarios sin necesidad de pasar por la tienda de aplicaciones, pero a la hora de introducir las aplicaciones de Google, no hay sentido común que valga.
A Google le da absolutamente igual si una aplicación es útil o no. Para ellos no importa.
Al final al usuario final le da igual…
Puede parecernos fatal que Google quiera vendernos Google Plus, que una cuarta parte del almacenamiento sea malgastada en aplicaciones que nunca abriremos o que estés en contra de que Facebook reduzca el rendimiento de nuestro móvil. Puede parecerte un abuso del fabricante o pensar en que es una conspiración en que nos gastemos más dinero. Al final el mundo sigue rodando.
El Snake de los Nokia, el Pinball y Solitario de Windows. El Bloatware siempre estuvo ahí
A la hora de la realidad, el usuario medio de un smartphone busca comodidades, y tener la mayoría de aplicaciones que necesitamos en nuestro día a día sin necesidad de buscar aplicaciones ni tener que descargarlas en un momento clave que no tenemos Internet tiene un mayor peso.
Los fabricantes son conscientes del valor añadido, y siguen creando nuevas aplicaciones y siguen puliendo sus propuestas nativas. Por otro lado, también tenemos que reconocer que muchos fabricantes están aprendiendo a medir, y por ejemplo algunos como Samsung dejan que sus aplicaciones menos importantes no vengan preinstaladas, pero se puedan descargar a través de las Galaxy Apps.
…pero debería importarle
Pero aunque seamos pocos los que seamos pocos los que estamos en contra de las aplicaciones preinstaladas, por mucho que la mayoría de usuarios acaben prefiriendo el valor añadido, seguimos insistiendo en el derecho a utilizar nuestro almacenamiento como nos venga en gana.
Entendemos que las aplicaciones instaladas por defecto puedan no ser desinstaladas, y es que esta medida es más importante de lo que parece, ya que evita que podamos desinstalar ninguna aplicación por accidente.
¿Qué pasaría si borras por accidente la aplicación por teléfono?
Entendiendo eso, sería interesante si Google y los fabricantes pudiesen alcanzar un punto intermedio en futuras versiones de Android. Definir que aplicaciones son vitales para el uso de un smartphone y tener una aplicación que no se pueda desinstalar, asegurándonos que no tengamos que tener por ejemplo tres navegadores.