A veces los tiempos pasados son los mejores. Los experimentos en Android nos han dado varios diseños a lo largo de los años nada desdeñables, condenados a desaparecer. ¿Os imagináis un Xperia Play con el hardware de hoy?

Cuando algo es nuevo, los experimentos surgen. Se innova, se prueban cosas, y las ideas ebullen como si del fuego se tratase, y aunque muchos fallan, otros aciertan. O bueno, puede que no acierten del todo, pero sí que puede darse algún resultado curioso. Como muchos sabréis, el hardware interno de nuestros móviles ha ido aumentando con el paso del tiempo. No es lo mismo para nada un Xperia Z que un XZ Premium, el cuál ya se puede comprar en nuestro país.

¿Recordáis algún móvil en cuestión que os haya encandilado vuestro corazoncito en años pasados? ¿Tenéis algún Android que ahora tengáis guardado en un cajón pero os encantaba? Pues hoy repasaremos algunos diseños de Androids pasados que sería brutal que tuvieran el hardware actual y pudieran hacer frente a todo lo que les depararían estos tiempos actuales. ¡Vamos allá!

Motorola Flipout

Empezamos con el perfecto ejemplo de lo que sería una idea bastante curiosa y no muy bien llevada a cabo. Fue allá por el 2012 que Motorola, en plena ebullición del sistema Android en la telefonía, sorprendió al mundo (no sabemos si para bien) con el Motorola Flipout. Un dispositivo cuyo mejor atractivo era que tenía un teclado físico que se ocultaba girando la pantalla sobre sí misma. Sí, no es lo más bonito del mundo, y teniendo en cuenta que nació en los inicios de Android, pues podemos asumir que a día de hoy este «bicho» sería inusable.

Aquí tenemos un repaso a sus especificaciones:

  • Pantalla TFT de 2’8 pulgadas con inclusión de teclado físico.
  • 256 megas de RAM, 512 megas de memoria interna.
  • Procesador TI OMAP3410 700MHz
  • Versión de Android: la ya difunta 2.1 Froyo.
  • Soporte para tarjetas micro-SD de hasta 32 gigabytes.
  • Cámara trasera de 3.15 MP.
  • WiFi, Bluetooth 2.1, micro-USB 2.0…
  • Batería de unos 1170 mAh.

Como podéis apreciar, este dispositivo sería completamente inútil a día de hoy. Pero pensemos un segundo en las posibilidades que tiene un diseño tan… curioso. Pongámosle un tamaño de pantalla mayor, en el rango de las 4 pulgadas y pico. Así tendríamos una excusa perfecta para darle a los amantes de las pantallas pequeñas más posibilidades. Y luego, pongámoslo un procesador lo suficientemente solvente para las tareas diarias, por ejemplo, un Qualcomm Snapdragon 626. Por supuesto una memoria interna y una RAM de este siglo: unos 3/16 o 3/32 no estaría nada mal. Sería ideal para aquellos que quieren un dispositivo diferente que podría dar juego en el mercado. ¿No creéis?

Xperia S

Ay, Sony. Aún recuerdo cuando tus diseños en las gamas más intermedias eran diferentes y atrayentes, y no repetías el mismo diseño una y otra vez en todos tus dispositivos. Siempre me encantó esta gama de Xperias: las que se conocen comunmente como «los de la barrita», puesto que tenían una barra de plástico que se iluminaba. Además, aunque siempre he sido amante de los dispositivos anchitos, eran los únicos Android que cumplían con el hardware y su estrechez me resultaba atractiva. El ejemplo era uno de sus principales exponentes: el Xperia S.

Los diseños de Xperia eran antaño diferentes y atrevidos. Ahora son repetitivos y continuistas.

¿Qué tal un repaso por sus especificaciones?

  • Pantalla con resolución HD de 4.3 pulgadas, y barra con luz LED.
  • Memoria RAM de 1GB, con una memoria interna de 16/32gb. No iba mal provisto para la época.
  • Procesador Qualcomm MSM8260 dual-core 1.5GHz, GPU Adreno 220
  • Versión de Android: Android 2.3 Gingerbread actualizable a Android 4.0 Ice Cream Sandwich.
  • Cámara delantera con vídeo 720p y cámara trasera de 12 MP, 4000×3000 pixels, autofocus, flash LED, geo-tagging, foco táctil, detección de rostro y sonrisa, fotos panorámicas 3D, estabilizador de imagen y vídeo 1080p a 30 fps.
  • Wi-Fi, Bluetooth, NFC, micro-USB 2.0, GPS, Radio FM…
  • Batería de 1750 mAh.

En vez de 1 giga de RAM, 4 gigas. Una versión de 64 gigas de memoria interna, un aumento de pantalla a las 4’7 pulgadas… ¿Por qué haría de este zagal un gama alta? Porque sería el equivalente rediseñado del Xperia X Compact, uno de los pocos dispositivos actuales con menos de 5 pulgadas de pantalla. No es que me gusten las pantallas pequeñas, pero creo que es un desperdicio perder estos tamaños de pantalla. Quizás un Qualcomm Snapdragon 820 con la GPU Adreno 530… Y una batería de 3000 mAh (dependiendo del tamaño resultante.) Un Android diferente, con un claro mensaje: hemos vuelto a nuestras raíces.

Puede que en el grupo de Telegram de El Androide Libre tengas más información de los gustos de cada uno en lo que a nuestro Android se refiere. ¿No?

Motorola Atrix

Con la presentación del Samsung Galaxy S8, más tarde vino un accesorio junto con este llamado Samsung DeX Station. Consiste en una base en la que puedes colocar tu S8 y convertir el monitor conectado a este en un ordenador, compatible incluso con algunos programas de Microsoft. Aunque sí que es verdad que Android ha desbancado casi por completo a los ordenadores, hay algunos resquicios de intentar fusionar estos dos mundos. Este es el caso del Motorola Atrix, un móvil muy emblemático.

Como siempre, demosle un buen «peinado» a las especificaciones de este dispositivo tan interesante:

  • Pantalla de 4 pulgadas, resolución qHD (540 x 960 pixeles).
  • Procesador Nvidia Tegra 2, dos núcleos Cortex A9 a 1GHz.
  • GPU ULP GeForce.
  • 1GB de memoria RAM.
  • 16GB de almacenamiento interno.
  • Soporte de tarjetas microSD hasta 32GB.
  • Cámara principal de 5MP, cámara frontal VGA.
  • Medidas: 117.8 x 63.5 x 11 mm.
  • Peso: 135 gramos.
  • Batería de 1930 mAh.
  • Lector de huellas dactilares.
  • Android 2.2 actualizable a 2.3 bajo la capa MotoBlur.

¿En qué consiste este Motorola Atrix? En un móvil que se transformaba en un ordenador. Sí, así de duro. Se anclaba en una base pegada a un portátil y este reflejaba una interfaz dedicada al tamaño de pantalla en la que podías navegar, ver vídeos de YouTube, y más. Era una idea un tanto llevada a lo bruto, pero no iba mal encaminada. Y además, sin pensarla demasiado: el Atrix, siendo un gama alta, era un móvil. Incluso para aquel tiempo, el hardware de cualquier portátil era infinitamente superior al Tegra 2 y el giga de RAM del Atrix, por lo que no merecía la pena.

Esta idea podría suponer un salto cualitativo en este aspecto. Una estrategia comercial correcta y el hardware idóneo podrían ser algo puntero en nuestra industria. Imaginaos por un segundo al Atrix con un diseño más de 2017 pero con el hardware más puntero posible, como el Snapdragon 835, 4 gigas de RAM (como mínimo) y una GPU Adreno 540. Y con un precio justo y comedido (no como el pastón que supone el S8 más el DeX) podría ser todo un éxito en ventas.

Xperia Play

El segundo Xperia de la lista y el último de esta, el Xperia Play me toca un poco la fibra. Todos sabemos que si una idea para un móvil Android no prospera y muere, no se vuelve a intentar. Y como ya expliqué en otro post en el que hablé de este pequeñín, yo soy una persona muy fan de los videojuegos. Que el Xperia Play matase a la idea de fusionar Android con los videojuegos, me dolió, puesto que se podría haber creado algo grande.

Veamos un poco sus especificaciones:

  • Pantalla de 4 pulgadas con una resolución de  480 x 854 píxeles.
  • Procesador Snapdragon MSM8255 a 1 GHz con la GPU Adreno 205. ¿En serio?
  • RAM: 400 mbs.
  • Batería de 1500 mAh.
  • Wi-Fi, 3G, Bluetooth… Y un gamepad táctil y físico para jugar con juegos certificados de Sony.

Quitando de enmedio el debate sobre si al hardware de este Android la idea le venía grande, podría ser más que interesante un híbrido entre mando (o consola) y un móvil. ¿Por qué? El principal fallo del Xperia Play, como habréis podido comprobar, era su escasa potencia para la tarea que se le encomendó. Podríamos incluirle un hardware «de prueba» lo suficientemente potente como para ver si la idea realmente es potable y en el caso que sí, ponerle lo último de lo último. ¿Como qué?

Pongámosle un procesador solvente, pero que no inflara el precio. Tenemos opciones como el ya consagrado Qualcomm Snapdragon 820 o incluso podríamos irnos a generaciones algo anteriores, como el 808. No incluyo el 810 por sus problemas de sobrecalentamiento. La GPU Adreno 530 como base, y una cuantiosa batería para sobrellevar el brutal rendimiento que ejecutaría durante un largo periódo de tiempo, unos 3600 mAh.

Es una auténtica pena. De haber sido viable este concepto, podría haberse convertido en una moda y que los desarrolladores y las empresas se hubieran puesto de acuerdo y haber sacado auténticas máquinas capaces de todo. ¿Os imagináis jugar al Assassin’s Creed II en vuestro móvil? ¿O a un The Legend Of Zelda? En fin…

Siempre nos quedará soñar.