Si llevas tiempo usando móviles aún recordarás cuando no eran smartphones. ¿Echas funciones de menos? Estas son las 5 que yo recuperaría.
El tiempo pasado no fue mejor si nos atenemos a la tecnología móvil ya que, como toda tecnología, ha ido evolucionando para que sea mejor cada año. Aunque esto no quiere decir que todo haya progresado, que en ciertos aspectos hemos ido hacia atrás. Como cuando sales del agua en la playa y pisas la arena a temperatura desierto del Sáhara.
Bromas aparte, los móviles de antes de la explosión smartphone también tenían su atractivo. Vale, no podías instalar aplicaciones, no tenían cámara, lo máximo en entretenimiento era a la mítica serpiente y las llamadas nos las cobraban tan caras como pedir un helado en el chiringuito. Muchos se quejan de WhatsApp, pero hubiéramos dado cualquier cosa por él en aquella época.
¿Se pueden echar cosas de menos de esos móviles que no tenían ni conexión de datos? Se puede. Y hoy me he propuesto bucear en mi experiencia para saber qué recuperaría. ¿Coincides?
La batería duraba semanas
Siendo justos, tampoco usábamos el móvil como ahora, su pantalla no tenía nada que ver y, obviamente, tampoco los componentes internos, pero despreocuparse de la carga es un lujo que ahora no nos podemos permitir. Un móvil de ahora que dure 5 días con una sola carga y que no abulte tanto como un ladrillo, eso pido. ¿Es tan difícil?
La alarma sonaba incluso cuando se agotaba la batería
Imagen de Eva-Katalin, iStock
Aunque parezca mentira, antes programabas la alarma y sabías que iba a sonar. Incluso aunque el móvil se quedase sin batería: siempre se reservaba la suficiente como para sonar cuando tocaba. Ahora… Bueno, lo mejor es no confiar en la alarma de un smartphone. A no ser que lo dejes cargando en la mesita o busques la excusa perfecta para llegar tarde al trabajo.
Los móviles eran más pequeños y ligeros
Al menos en la época dorada de Nokia, Motorola y compañía; con los 3210 u 8210, uno de mis preferidos. Podías llevarlos en el bolsillo sin incomodidades, eran manejables, si se caían al suelo había mayor riesgo de que se rompiese la baldosa al teléfono… Quizá hacían muchas menos cosas, pero tampoco ocupaban más espacio del necesario.
No sufrías tanto al perderlos
Había móviles caros, como el Nokia 8210 que he mencionado, pero lo normal era tener móviles que hoy se considerarían «económicos». De hecho, mi primer móvil me lo regaló la operadora, un Alcatel OneTouch Easy. El segundo me lo compré yo, pero no me costó ni 120 euros al coste actual: un flamante Nokia 3210. Obviamente, con estos precios había más valor sentimental que material. Aunque eso sí: la agenda de la SIM se perdía con el móvil, con el trauma que eso suponía para los que no anotábamos los números en papel.
No era tan dependiente del móvil
La supuesta adicción al móvil no existe: todo lo que hagamos con este dispositivo es fruto de nuestra personalidad y auto control. Pero hay que reconocerlo: los móviles de antes apenas te robaban la atención cuando estabas en compañía de los demás. Podía sonarte un SMS o quizá te llamasen de forma puntual, pero no sentías la necesidad de comprobar Twitter, Telegram y resto de redes sociales a cada momento. Hay veces que echo de menos la ausencia de tanta conexión, sí.
No me gustaría volver a los tiempos del «dumbphone», pero también tenían su encanto. Vivíamos algo más tranquilos, nos comunicábamos lo justo y tampoco teníamos mil opciones donde elegir: el catálogo de teléfonos disponible era bastante reducido. Incluso solían durar mucho más que ahora. Aunque yo no podría vivir sin instalar aplicaciones. Y sin la cámara. Y sin…