Vivimos en la era de los smartphones sin marcos, y eso implica que desaparezcan los botones de navegación físicos o hápticos. Dile hola a los botones en pantalla, están para quedarse.
Cada vez vemos a más fabricantes optar por las pantallas sin marcos. Paneles con unos bordes casi inexistentes a lo Xiaomi Mi MIX, el precursor de la moda que dio la sorpresa a todos los amantes del mundillo Android. Incluso Samsung, que históricamente siempre había mantenido (y mantiene en algunas gamas) su famoso botón físico de inicio, lo ha deshechado pasando a la botonera en pantalla. Estamos destinados a prescindir totalmente de los botones físicos y hápticos, y por muchas más razones que la simple moda de las pantallas enormes.
Más comodidad, reparación más fácil en el caso de rotura de la pantalla… Además, los componentes físicos suelen desgastarse o romperse con el tiempo. Esto supone menor coste para los fabricantes, y más ventajas para los usuarios. Y hoy, analizaremos ese fenómeno que supone la estandarización de las botoneras en pantalla. Que a mi parecer, me parecen infinitamente superiores.
Hay que maximizar el espacio
Siempre he preferido los botones en pantalla. Incluso cuando tuve el OnePlus X, era rara la vez que usaba la botonera háptica que también traía el teléfono. Ahora, con mi Nexus 5X me reafirmo en lo que digo: es infinitamente más cómodo tener los botones a una mano y que sean reconocibles más que tenerlos abajo ocupando espacio innecesariamente. No sólo son más fiables a mi parecer, sino que sirve para crear diseños como los del Essential Phone, el Galaxy S8 o el Xiaomi Mi MIX. Y podríamos seguir con la lista: Huawei Mate 9, LG G6, etc.
Eliminando los botones hápticos o físicos, tenemos más espacio para el panel de la pantalla
Si bien es cierto que igualmente los botones en pantalla ocupan un espacio y reducen el total que se puede usar, muchas apps de pantalla completa son capaces de esconder esta barra de navegación y aprovechar ese reducido hueco que ocupan. Las otras botoneras ni se pueden esconder, ni se pueden disimular. Además, si no aprovechamos ese espacio para la botonera, existen bastantes aplicaciones más.
El logo de la marca, un altavoz frontal, sensores, micrófonos, etc. Si no vas a usar ese espacio para los botones, úsalo para meter componentes o incluso úsalo para lo más lógico: métele más pantalla. Así nos ahorraremos situaciones como la del logo de HTC en sus antiguos teléfonos, hasta el punto de que muchos usuarios la odiaban sobremanera.
¿Y si se rompe la pantalla?
Muchos estaréis pensando: «Bueno, sí. Los botones en pantalla molan, pero si se rompe la pantalla, adiós.» Bueno, quizás tengáis razón, aunque hay unos cuantos detalles. Si se rompe la pantalla totalmente, da igual qué botonera tengas: tu móvil será difícilmente usable. Y por otra parte, no es lo mismo que se rompa la pantalla que un botón físico o háptico. En el segundo caso, suele ser bastante más engorroso reparar el teléfono, además de haber un detalle diferencial. Si se te rompe sólo esa botonera, ya no podrás usar tu teléfono si no es con apps externas.
Imaginad que tenéis un Samsung Galaxy con botonera física y… se os rompe el botón central, o los botones hápticos. Ahora pensad en si se os rompe, por ejemplo, la pantalla de un Nexus 5X. No creo que haga falta explicar el por qué el Nexus es más fácil de reparar, y menos costoso. Ya no es cuestión de sólo reparar el botón: es repararlo, o cambiarlo y para ello levantar todo el panel y hacer mil historias. Si se te rompe la pantalla, cambias el panel y ya está. Menos coste para el usuario, y menos coste para el fabricante.
Más personalización, es la guerra
Al tener botones hápticos o físicos, no podréis customizarlos más allá de cambiar sus funciones mediante software. Serán iguales siempre. Soy una persona que no para de cambiar la personalización de su teléfono: cambio los fondos de pantalla, los temas y demás cada poco tiempo, por lo que tener siempre los mismos y aburridos botones me parece algo tedioso. Con los botones en pantalla, puedes ponerlos prácticamente a tu gusto, casi como quieras, creando combinaciones de estéticas geniales y únicas.
Además, hay una cosa que puede parecer muy nimio pero realmente es algo que me toca un poco la moral, y en la que gana claramente la botonera fuera de pantalla. Cuando tienes una botonera en pantalla, suele pasar que las apps no aplican Material Design en ellas, por lo que se queda una barra negra a mi parecer bastante desconcertante. Sería ideal que se esforzaran un poco más en este sentido y que tuviéramos una barra de navegación verde en WhatsApp, una azul en Facebook, etc. Pero eso no es más que un detalle que sólo quería aclarar.
Pantallas cada vez más grandes
Como ya hemos comentado muchas veces, el tamaño de las pantallas está aumentando considerablemente. Antes, 4 pulgadas eran una barbaridad en ciernes. Ya estamos rozando el punto en el que las 6 pulgadas podrían alzarse con el estándar. Los phablets gustan, y nos gusta que nuestra pantalla sea un disfrute al usarla. No por nada, es el componente que más vamos a usar de nuestro teléfono con diferencia, obviamente.
Cada vez nos gustan más los móviles grandes, y las pantallas sin marcos
Esto implica que se esté produciendo una guerra por quién consigue el mayor «ratio» de pantalla posible, alcanzando cuotas similares a las del Galaxy S8 o las del LG G6. Y claro, en algún lado tendrás que poner los 3 botones básicos en los que se basa toda la navegación de Android. Estamos destinados a que los botones hápticos y físicos corran la misma suerte que corrieron las tapas traseras: que desaparezcan. Y esto, no es malo. Porque aunque se base en una cuestión meramente de gustos, saldremos beneficiados a largo plazo. ¿Por qué?
Por el hecho de que cuando todos estos conceptos se estandaricen, lo que ahora se está reservando sólo a las gamas más altas (pantallas curvas o sin marcos) acabará trasladándose a las gamas más bajas de Android. ¿Te imaginas un teléfono con el diseño de un Xiaomi Mi MIX accesible? (y sí, no estoy contando al Doogee MIX). Yo por lo menos suelto el dinero rápido.
El hardware avanza sin control, queridos lectores. Si miramos al pasado y nos fijábamos en aquello que era normal, nos daremos cuenta de que casi no tiene nada que ver con lo de ahora. Muchas veces pienso en la cara de alguien de 2001 si pudiera haber visto un simple Nexus 6P. El progreso manda, y como las pantallas, el hardware crece y los cánones tecnológicos se instauran. No podemos hacer más que ver cómo evolucionan las cosas. Sólo debemos encontrar el teléfono que más nos guste e ir a por él. Con eso, no tendremos problemas en tener el Android más acorde a nosotros… y a nuestro bolsillo.