En plena review con el Nokia 5 he tenido una constatación: los nuevos Nokia con Android son lo más parecido que recuerdo a móviles como el Nexus 5. Y esto es bueno.
Estamos en la recta final del lanzamiento de los nuevos Nokia con Android en Europa, España incluida. El resurgir en smartphones de la marca finlandesa mantiene muchos matices, pero resulta indudable que la vuelta le ha sentado muy bien a la imagen de la marca. No solo a ella, también a Android en general.
Llevo observando la expectación en torno al retorno de Nokia desde mucho antes de que se presentase HMD Global. Probé sus últimos smartphones, ya con Android, en el anterior MWC 2017 y lo tuve claro: Nokia volvía por la puerta grande a pesar de que el hardware se mantenía lejos de lo «deseable». Ahora tengo un Nokia 5 en casa.
Quería probar los nuevos modelos lejos de los agobios del Mobile World Congress y de la vista clavada de los responsables de Nokia al dejar el smartphone en manos de la prensa. Lo tengo junto a otros modelos que están en revisión. Y puedo decirlo: reviven el espíritu de los viejos Nexus.
El Nokia 5 es un Nexus 5 con un cuerpo de aluminio
Hay que salvar las distancias entre el procesador que tenía el Nexus 5 en su época (un gama alta, el Snapdragon 800) con el SoC que trae el Nokia 5 (un Snapdragon 430, gama media/baja), pero las sensaciones son bastante similares. El móvil de HMD Global viene con Android stock y hasta con Pixel launcher. Sin extras innecesarios, como comenta la empresa en la nota que me han entregado junto al móvil.
Los Nokia con Android vienen con Android y nada más, para lo bueno y para lo malo
La sensación de tener Android 7.1.1 Nougat es muy buena por un aspecto principal: carecer de personalizaciones facilita la fluidez del smartphone. Porque esta es la principal pega: el Qualcomm Snapdragon 430 da lo que da. Alguna ralentización, demoras en la apertura de la cámara… El Nokia 5 es un móvil de gama media/baja con un procesador acorde.
Más allá de las lógicas pegas por las prestaciones algo justas que vienen marcadas por el precio, tener un Nokia 5 en la mano aporta la sensación de sostener un móvil cuidado con mimo. Muy buena construcción y materiales que pertenecen a una gama superior. Sorprende para bien, es una de sus principales facetas.
Si mantuviese mi Nexus 5 y pudiese enfrentarlo cara a cara con este Nokia 5 estoy convencido de que no apreciaría excesivos cambios a nivel de software. Bueno, el Nexus no está actualizado, y es justo en este punto donde vuelve a equipararse su compañero: Nokia promete mantener sus móviles actualizados. Lo he constatado: nada más arrancarlo ya pedía instalar los parches de seguridad de julio, una señal del compromiso del fabricante.
Google tendría que pedirle a Nokia que hiciese un Pixel
Ahora mismo HMD Global es de las empresas internacionales que más en serio se está tomando Android. Han hecho de este sistema el camino para resurgir. Y mantienen una versión actualizada poniendo hincapié en que la experiencia de usuario sea lo más pura posible. Puedo dar fe de que es así.
¿Un Google Pixel diseñado y construido por HMD Global? No lo veo tan descabellado. Nokia imprime un estilo característico al diseño, el Nokia 5 que tengo en la mesa es una buena prueba. Teniendo en cuenta que la evolución del Google Pixel 2017 promete ser notable, estoy convencido de que Nokia podría dotarle de nuevo carácter a una hipotética próxima versión. Google haría bien encomendándoles la misión.
Los Nexus no volverán y los Google Pixel van a mantenerse demasiado lejos de la mayor parte de manos. Quienes busquen ese espíritu tienen en Nokia a una marca en la que fijarse. Los precios tampoco serán un problema.