He vuelto a uno de mis más queridos teléfonos, el OnePlus X. Aún siendo un móvil de 2015, tiene mucho que decir y demuestra que la obsolescencia no afecta a todos.
Hace un año y medio, me fui a Holanda a trabajar. Y destiné mi primer sueldo a algo que ya tenía claro que quería comprarme desde hace tiempo: el OnePlus X. El primer (y último) móvil de gama media-premium de la firma china y que murió prematuramente tras un soporte dudoso y lleno de medias verdades. Tras un tiempo, lo intercambié con un chico muy majo por un Nexus 5X, su rival directo en dicho rango de precios. Y tras varios meses con este teléfono, he decidido volver a mis orígenes. ¿Por qué? Ahora lo veréis.
Aunque debo reconocer una cosa. Al tratarse de un dispositivo «antiguo» y con estas características, tengo una serie de problemas que compartiré con vosotros y que darán una nueva perspectiva al hecho de volver a un dispositivo antiguo, alejado de las nuevas tendencias actuales. Por no decir que pierdo añadidos del Nexus bastante importantes, como el lector de huellas. Sin más dilación, os cuento mi experiencia.
El OnePlus X, o el dilema de la eterna actualización
Una de las cosas que hicieron que bajara a OnePlus del pedestal en el que lo tenía fue el cachondeo que hubo con el tema de las actualizaciones del OnePlus X. Este teléfono salió con Android Lollipop con OxygenOS; y se le prometió Android Marshmallow (con el que ha muerto) durante un año entero. No fue hasta el final práctico de su vida en el que por fin se actualizó a Android M, pero con muchos bugs por el camino. Y no es que se diga que el hardware del OnePlus X sea bajo, porque para el tiempo que tiene, no está nada mal:
- Pantalla de 5″ AMOLED FullHD (1920×1080), 441ppi “2.5D”
- Procesador Snapdragon 801 a 2,3GHz
- GPU Adreno 330
- 3GB de memoria RAM LPDDR3
- 16GB de memoria interna ampliables con microSD
- Cámara trasera ISOCELL Samsung de 13MP, f/2.2, cámara delantera de 8MP
- Batería de 2525mAh
- 140 x 69 x 6.9 mm, 138g
- 4G/LTE, WiFi 802.11b/g/n, microUSB 2.0, Bluetooth, GPS, radio FM y DualSIM
- Android 5.1 Lollipop con Oxygen OS, actualizable a Android Marshmallow.
Es un hardware que, si bien tiene 3 años (que se dice pronto), es más que suficiente tanto para las tareas del día a día como para algunas exigencias mayores. Un procesador de flagships de 2014, pero con una batería y una RAM decentes, aderezadas con una pantalla AMOLED excelente. Sí, el teléfono no está nada mal. Pero sus compradores ya teníamos claro que no vería Android N, por lo menos de forma oficial. Por lo que el mundo del desarrollo de ROMs es mi mejor amiga actualmente.
Además, si bien me arrepentí bastante de tener un terminal de cristal y metal por el tema de los arañazos y las marcas, no puedo negar que el diseño de este terminal es exquisito, mires por donde lo mires. Y más habiendo salido de un Nexus 5X, el cuál no alardea especialmente por su acabado en policarbonato. Necesitaba volver a tener ese acabado tan premium en mis manos, mientras observo esa pantalla AMOLED tan fascinante. Si debo sacrificar ciertas cosas por estas, me compensa.
Más que suficiente, pero con dificultades
Los puntos que más me duele perder del Nexus 5X sin duda son sus actualizaciones y su cámara. Además de tener tanto la última versión de Android Nougat de forma nativa, tenía Android O 8.0 asegurado. Además, debido a mi trabajo en El Androide Libre, la cámara se ha convertido en algo primordial, y la del OnePlus X está en un nivel claramente inferior. Aunque con una diferencia clara. Pierdo la grabación 4K (bastante innecesaria) a cambio de poder grabar a una nada desdeñable resolución de 1080 a 120 frames por segundo.
Aunque pierdo en algunas cosas vitales, podemos decir que las que gano son algo equivalentes
Hay otro detalle a tener en cuenta. Estos dos dispositivos tienen algo en común: están desactualizados. El soporte del Nexus 5X acaba este septiembre y morirá en Android 8.0; mientras que el OnePlus X está ya finiquitado. Además, los dos tienen un hardware algo similar, aunque ligeramente superior en el Nexus. Quizás lo que más me alegra quitarme de encima sean tanto sus escasos 2GB de RAM y sus insuficientes 2700 mAh de batería. En el caso del OnePlus X, gano en este apartado, teniendo un giga de más y una pantalla AMOLED que ayuda a mejorar su también escasa batería de 2525 mAh. Y sí, os lo habréis imaginado. Hago más horas de pantalla con el OnePlus que con el Nexus. Irónico.
Pero no todo es el paraíso. Debido a ser un dispositivo algo más antiguo que el Nexus, algunas carencias chocan directamente con las necesidades de hoy en día. Por ejemplo, la ya mencionada ausencia del lector de huellas. El no tenerlo me supondrá la molestia de usar el doble toque para despertar la pantalla. Y además, ya pasado un tiempo, la batería del OnePlus se habrá degradado sobremanera. Por lo que no haré la misma autonomía que en sus tiempos más mozos. Repasemos un segundo el hardware que da vida a este Nexus 5X:
- Pantalla de 5’2 pulgadas LCD IPS con tecnología Corning Gorilla Glass 3
- Procesador Qualcomm Snapdragon 808 Hexa-core formado por un Quad-core a 1,44GHz y un dual-core a 1,82GHz
- Procesador gráfico: Adreno 418
- Memoria RAM de 2GB
- Almacenamiento interno de 16/32GB no ampliables
- Cámara de 12.3 MP, f/2.0, laser autofocus, doble flash LED
- Cámara frontal de 5MP, f/2.0 y HDR
- Batería de 2.700 mAh
- Conectividad WiFi 802.11 a/b/g/n/ac, doble banda (5GHz), LTE, Wi-Fi Direct, Bluetooth 4.2, GLONASS, NFC (no radio FM)
- Conector USB-C versión 1.0
- Sensor de huellas (Nexus Imprint)
Por lo demás, tendré más o menos el mismo rendimiento y las mismas facilidades para las tareas del día a día que con el Nexus; mientras que el procesador Snapdragon 808 del Nexus es superior al 801 del OnePlus, los dos han demostrado tener una funcionalidad más que sobrada para un usuario básico o medio de Android. Por lo que no tendré en absoluto problemas en este sentido.
La prueba de que la obsolescencia no afecta a todos
Estamos cayendo en la tendencia de renunciar a un dispositivo con apenas un año de antigüedad debido a diversos factores. Estos podrían suponer las actualizaciones, el soporte o el «envejecimiento» del hardware, siendo aún más que suficiente. Este OnePlus X es, para mí, la prueba fehaciente de que la llamada obsolescencia programada no afecta a todos, y más si resuelves las carencias que poseas de manera ingeniosa. Pese a tener un soporte desactualizado, puedo resolverlo con una ROM personalizada. Por poner un ejemplo.
El OnePlus X sigue siendo un dispositivo muy válido hoy en día. Me parece el equivalente chino al Nexus 5. Un dispositivo que data de hace 2 años y que la comunidad sigue adorando y dándole cariño. Hay gente incluso a día de hoy que lo sigue usando como móvil personal, y cuyo único recambio ha sido una batería nueva (lógico). No descarto que si mi amor por el OnePlus X se acrecienta, acabe cambiándole la batería para lograr la autonomía que poseía antaño. Porque no sólo este OnePlus X es muy usable hoy en día: para un usuario básico, sigue siendo genial. E incluso para usuarios más avanzados como yo.
Quizás mi mayor inconveniente sea aguantar el aspecto desmejorado que tiene mi OnePlus X. Al ser un dispositivo de cristal y metal, ya imaginaréis que tanto los bordes de acero anodizado como la parte trasera de cristal están repletas de marcas y arañazos, quitándole el glamour originario del que disfrutó tiempo otrora. Pero realmente, es que me da exactamente igual. No sólo estará protegido por una funda, sino que le pondré una skin de Dbrand, por lo que será algo secundario.
Su pantalla excelente, su más que sobrado rendimiento y su estilo único me hace querer este dispositivo incluso pasados 2 años de su lanzamiento. Recuerdo el día que lo abrí ilusionado, maravillándome ante su limpieza y esplendor. Y hasta que sea un dispositivo inusable y tenga que comprarme otro, lo seguiré usando. Porque el mercado no me obligará a cambiar de teléfono así como así. Y quiero hacer mención especial al chico autor de este cambio, que me ha puesto todas las facilidades del mundo y ha hecho que sea un gustazo tratar con él. Gracias.