Las cámaras con opción a capturar en 360 grados ofrecen toda la escena, pero no siempre vas a querer eso. ¿En qué situaciones pueden aprovecharse sus características? Veámoslo.
Las cámaras a las que me refiero ofrecen un atractivo especial por la forma en la que registran la escena y después permiten reproducirla. El aspecto principal está claro: no hay nada que escape de su radio de acción ya que capturan todo, de forma literal.; para después ver cualquier parte incluso aunque estuvieses mirando hacia otro lado.
Como suele ocurrir con los dispositivos novedosos una cámara de 360 grados pasa por distintas fases. La primera es la novedad: estarás durante unos días grabando y haciendo fotos hasta de lo más rutinario. La segunda fase es usar la cámara en las situaciones que realmente merezcan una captura en 360 grados. La tercera y última fase es olvidarte de la cámara y seguir sacando fotos de la manera habitual.
¿Significa esto que no vale la pena comprar una cámara 360 porque terminará olvidada junto al resto de trastos que compramos por impulso y después no utilizamos? Ni mucho menos, es perfecta para muchas situaciones. Aunque eso sí: abstente de comprarla por impulso y valora si realmente le sacarás provecho.
Una cámara 360 hace fotos y vídeo, pero es mucho más
Siendo una cámara nos va a permitir registrar todo tipo de recuerdos que perdurarán mientras no borremos los archivos. Pero este tipo de formato va más allá ya que, al registrar toda la escena, nunca habrá nada que quede escondido para la posteridad. Parece un detalle nimio, pero es más importante de lo que parece.
La principal ventaja es que nada escapa de su conjunto de cámaras
El formato esférico aún es muy experimental, pero lo usamos a diario en servicios como Google Street View. Capturando nuestro alrededor por completo obtendremos muchos más detalles que de otra manera quedarían olvidados. Eso incluye al que está por detrás de la cámara haciendo burla o al penúltimo de la carrera, ese al que las cámaras no hacen caso porque se centran en el ganador.
Registrar todo lo que nos rodea en el momento concreto, esta ha de ser la base para saber si le sacaremos partido a una cámara 360. Según mi experiencia las situaciones siguientes son donde más partido se le sacan a este tipo de dispositivos.
Reuniones familiares
Una boda, una comida en la que todos se sientan a la misma mesa, un bautizo… Las reuniones con mucha gente son la mejor situación para plantar en el centro una cámara con captura esférica. Nadie quedará fuera de plano y todos tendrán su porción de recuerdo sin necesidad de registrar cientos de fotos y de vídeos. Y nada escapará de la grabación, tampoco cuando a la abuela le dé por hacer un chiste.
Paisajes e interior de edificios con elementos en primer plano
Como una cámara con captura en 360 grados registra todo el entorno alrededor de ella misma va genial para hacer fotos y vídeos de paisajes y monumentos con varios elementos en primer plano. Un bosque, por ejemplo. O un edificio por dentro que, preferiblemente, tenga buena iluminación (las cámaras más asequibles pierden mucha calidad con media y baja luz). Enseñar los recuerdos de las vacaciones y tener la posibilidad de mirar en derredor aporta un punto de vista espectacular.
Emisiones en grupo
Imagina que grabas un podcast o un video blog con tus amigos y quieres que todos tengan su espacio sin necesidad de mezclar varias tomas grabadas por separado. Pones la cámara 360 en el centro y emites con la posibilidad de que el espectador mueva su visión al gusto. Los últimos modelos de cámara son compatibles con el streaming de vídeo en Facebook o YouTube. También puedes registrar en diferido el vídeo esférico y subirlo a esas mismas plataformas.
Emitir en directo un concierto o un podcast es posible con una cámara 360
Ahora bien: ¿para qué no está indicada una cámara con captura en 360 grados? Para el retrato, por ejemplo. Al ser una fotografía pensada para recoger el máximo de espacio posible la sensación que transmite un primer plano concreto no es la mejor. Tampoco tiene demasiado sentido ya que la idea es que el espectador pueda moverse a placer y no que le dirijan el foco hacia un punto concreto de la escena.
Llevo unos meses con la Samsung Gear 360 del 2017 y antes tuve la LG 360 Cam del año pasado, y con ambas aprecié las mismas sensaciones: curiosas al principio, pero luego el uso se aleja debido a que las circunstancias para usarlas suelen ser concretas. Las fotos de retrato suelen ser habituales, por lo que sacar la cámara 360 y disparar no siempre apetece. Por más que luego los resultados sean más versátiles. Tampoco la calidad de los resultados está a la altura de una cámara normal.
¿Has probado alguna cámara de este tipo? ¿La utilizas habitualmente?