Llegaba Android para todos y lo hacía con el HTC Dream. Con este móvil HTC empezaba a apostar por Android, un camino que, en parte gracias a él, fue el correcto, no como los caminos que tomaron otros fabricantes (Palm, Symbian, Windows Phone…).

Google fue el gran beneficiado del crecimiento de Android: consiguió una plataforma perfecta con la que experimentar y sobre todo con la mejorar sus servicios. Tanto es así que el «Android puro» que hoy en día conocemos no es más que un espejismo dado por un Android con los servicios que ofrece Google, como todo lo relacionado con Google Play.

En la actualidad, Google busca conseguir unos dispositivos «puros», con un Android adaptado a la perfección y un hardware que pueda controlar tanto como el sistema operativo. Los llamados Pixel, Google Pixel, nada de LG Pixel ni Huawei Pixel ni HTC Pixel, como pasaba con los Nexus.

No tiene fábricas, las tuvo en su día con Motorola y las vendió a Lenovo, pero tiene patentes. HTC tiene todo lo que le falta a Google (y más patentes); y no está para nada en sus mejores momentos. Tanto es así, que podríamos estar cerca de una venta con Google como comprador. Vamos a repasar cómo empezó todo, cómo hemos llegado hasta aquí y a dónde podríamos llegar.

Los caminos de HTC y Google

 

Año 2003, teníamos móviles como el Nokia 7600 que aparece sobre estas líneas. En Palo Alto, Andy Rubin, Rich Miner, Chris White y Nick Sears creaban Android Inc. con un objetivo: un sistema operativo para móviles basado en Linux. También aparecía Windows Mobile 2003, la tercera versión del sistema operativo Pocket PC de Microsoft, ahora con el nombre de Windows.

Sería en el año 2005 cuando Google, líder de las búsquedas en Internet pero no de mucho más, comprara Android Inc., donde ya había invertido. Youtube acababa de crearse, aún no pertenecía a Google. Pero eh, ¡teníamos iGoogle!

¿Qué era de HTC? No se mostraba mucho, diseñaba y fabricaba dispositivos que licenciaba a otras marcas como HP o Palm. Pese a ello, fue de los primeros fabricantes en crear móviles táctiles e inalámbricos en 1998. En 2002 creó el primer smartphone con software de Microsoft y en 2005 el primero con Windows Mobile y red 3G.

Open Handset Alliance, la primera unión

En 2007 se creaba la Open Handset Alliance, una alianza liderada por Google para expandir el uso de Android. Android era (y es) una plataforma de código libre que todos podían modificar al gusto, por lo que llamó la atención de muchas empresas interesadas.

Entre ellas, operadoras como T-Mobile, Sprint o Telefónica; empresas como eBay, fabricantes de chips como Broadcom, Intel, Nvidia o Qualcomm; y fabricantes de dispositivos. Fueron cinco fabricantes al inicio: LG, Sony, Motorola, Samsung y HTC.

La alianza fue creada para ayudarse y conseguir el éxito de Android. Así fue como en 2008 nació el fruto de las primeras colaboraciones, el T-Mobile G1. El primer móvil con Android gracias a HTC, Google, T-Mobile y Qualcomm.

Un año más tarde, en 2009, Android comenzó a rugir. HTC Hero, Magic, Tattoo, HTC DROID ERIS… Samsung Galaxy Spica, Samsung Behold 2, Samsung Moment… Motorola MILESTONE… Sony Ericsson Xperia X10… Acer Liquid…

Nexus: HTC como abanderado de Android y Google

Mi primer smartphone fue un HTC Hero y la verdad, por entonces era para dejarte la boca abierta. No fui el único que escogió a los taiwaneses, pues el fabricante taiwanés estaba en la cresta de la ola de los smartphones.

2010 y 2011 fueron muy buenos años para HTC, logrando en ese último año ser el fabricante con más dispositivos vendidos en Estados Unidos, por encima de Apple.

Y gran parte de este crecimiento fue culpa de Google, quien convirtió a HTC en el abanderado de Android. Mostró al mundo que eran capaces de crear un móvil perfecto para entonces, con lo mejor de hardware y software. Hablamos del HTC Google Nexus One, el primero de la familia Nexus.

Google confió en HTC y este no defraudó, dando buenos resultados. Pero en esta historia también existe un personaje antagonista. Muchos de hecho, pero solo uno llegó con la potencia de quitar a HTC de su trono en el que tan poco tiempo estuvo.

La caída de HTC de un trono que no existió

Ese trono solo era una ilusión. Google confió en HTC por ser el mejor fabricante de Android en aquel momento, pero Samsung y Apple eran quienes se disputaban el pastel a nivel mundial. Samsung, miembro de la OHA, apostó por Android pero puso toda la carne en un asador que acabaría quemando la comida: Bada.

Bada, el sistema operativo propio de Samsung con el Samsung Wave al frente, durante 2010 y 2011 terminó fracasando. Fue quizá el primer aviso de que Android iba a dominar el mercado, algo de lo que no todos aprendieron y se repitió la historia con Firefox OS y Ubuntu Phone. Aunque Samsung ahora va haciendo crecer Tizen…

Samsung Galaxy Note y Samsung Galaxy S II. Duros competidores para HTC.

El movimiento de Samsung al ver la respuesta del mercado a Bada fue rápido. Cerrar el chiringuito. Todos los esfuerzos del ya gigante coreano irían destinados a Android. Sería en Samsung en quien confiaría Google los Nexus de 2011 y 2012.

2012 fue el inicio de la «Googleficación» de Android con el reemplazo de Android Market por Google Play.

La apuesta total de Samsung hizo crecer Android a un ritmo aún mayor, algo que favoreció bastante a Google, que en 2012 ya dejaba entrever el futuro de la plataforma convirtiendo la tienda de aplicaciones, Android Market, en Google Play.

HTC, uno más de los grandes y ya

2012 fue el año en el que Samsung estableció su liderato sobre Android con el Samsung Galaxy S3. Google empezó a expandir su mano por Android y HTC pasó a segundo plano.

No un segundo plano malo, no desapareció ni se quedó sin pinchar ni cortar nada. Ya no era el líder en Android, los Android de referencia eran los Samsung para el público medio (y este fue el año de los Samsung Galaxy Ace). Eso sí, seguía dando guerra.

El grupo de fabricantes importantes que conocemos hoy en día se empezaron a destacar aquí. HTC lanzó el HTC One X, el mejor de su nueva gama HTC One, que abarcaba desde la gama alta hasta la gama baja. Fue la respuesta de los taiwaneses al golpe en la mesa que supuso el Samsung Galaxy S2 y que repetiría el Galaxy S3.

LG puso a la venta el LG Optimus G, germen de la gama LG G; y Sony sacó los Xperia S, P, J, V, E, T, TX, SL y U… No sabemos si quería sacar un dispositivo con cada letra del abecedario, pero su amplia gama abarcaba distintos precios; como los HTC One, tuvieron un gran éxito.

Llegaba el LG Nexus 4 y un año después en 2013, el LG Nexus 5. No se trataban de móviles caros, sino algo más accesibles, donde Google se enfocó bastante en que todos sus servicios estuvieran accesibles.

Los móviles baratos «de Google» que derrumbaron HTC

2013 fue un año con un dispositivo que cambió muchas cosas. Google se había hecho con Motorola en 2011 y dos años después lanzó el Motorola Moto G. Se trataba de un móvil de gama media-baja que era bueno, bonito y barato. Además, venía de la mano de Google y Motorola.

La mano de Google sobre Motorola tuvo un buen resultado, tanto con el Motorola Moto G como el Moto X. Pero el Moto G fue el más importante pues nos enseñó como queríamos que fuera la gama media. No gastarnos muchos y conseguir un móvil que funcionase bien.

Google vendió Motorola a Lenovo en 2014: los rumores indicaban que los fabricantes no estaban muy contentos con que Google tuviera a Motorola. Aún llegaron los Moto G de segunda generación para enterrar más al resto de fabricantes, estancados en una gama media demasiado cara y mala para lo que ofrecía Motorola.

HTC fue de los fabricantes que se estremecieron. Los HTC Desire, la gama baja y media, con el Moto G de por medio no pintaban nada. No solo eso, sino que tras haber sacado en 2013 con mucho éxito el HTC One M7, en 2014 solo le limitaron a una pequeña actualización con el One M8.

Renovarse o morir, pero HTC escogió morir

Llegaba 2014 y no solo teníamos el Motorola Moto G2 como un buen gama media, sino que empezó a surgir Xiaomi con sus Redmi y el Mi 4; salió a la venta el Oneplus One y Huawei cobraba fuerza con su Honor. La siguiente revolución de los móviles baratos llegaría desde China, pero los grandes fabricantes apenas reaccionaban. HTC empezaba a presentar pérdidas (y Samsung).

Samsung sería de nuevo el jugador más rápido en la partida y renovaría por completo sus gamas medias y bajas que tal mal resultado daban creando los Samsung Galaxy A. Sony y HTC siguieron a lo suyo y la gama Desire se volvía menos recomendable frente a la competencia.

En un momento en el que todo era renovarse o morir, HTC solo mostró continuidad.

2015 y época de nuevos gama alta. Aparece el Samsung Galaxy S6, un renacer para Samsung, gran competidor. ¿Qué tenía contra él? Una pequeña actualización del HTC One M8 que a su vez fue una pequeña actualización del One M7. Lógicamente, tras esto y la continuidad de la gama Desire, no podía acabar la cosa bien. Los periodos de pérdidas ya no se medían en meses, sino en trimestres.

Palos de ciego en HTC con el lastre de la gama baja

A finales de 2015 parece ser que en HTC empezó a preocupar la situación económica y empezaron a pensar una solución. La pena fue que esa solución era empezar a dar palos de ciego al mercado a ver si algo funcionaba. HTC One A9, HTC One X9, HTC One S9…

Un buen resultado en la gama alta pero atado a un yunque en medio del mar llamado Desire.

Llegó la hora de los gama alta de 2016 y HTC nos mostró el HTC 10, un dispositivo a la altura de sus rivales directos. ¿Se había salvado? Mientras que Sony renovó por completo sus gamas medias y bajas, como ya había hecho Samsung antes, HTC continuó en su intento de hacer un hueco a unos Desire que no lograban convencer del todo.

Google Pixel: Un móvil con Google, no con Android

Quizá 3 años antes, cuando Google tenía Motorola, era importante que los fabricantes no abandonaran Android. Había que mantenerles contentos, y Google no podía permitirse entonces hacerles competencia. Después creó buenos gama alta, los Motorola Nexus 6 y Huawei Nexus 6p, pero llegó el momento de dar el salto, de crear el móvil de Google.

Google podría haber continuado con Motorola lo que empezó con el Nexus 4 y 5, pero quería un móvil tope de gama.

A finales de 2014 Google se deshizo de los Google Play Edition. No tenía ya a Motorola, pero se quería centrar en crear móviles que fueran los referentes de Android y Google. Competía contra los grandes, pero con una excusa, la de los Nexus. En 2016 acabó esa excusa y, como un villano de unos dibujos animados, se quitó la máscara y descubrimos el plan.

Google quería crear su móvil y no hacer ninguna referencia a Android. Quería crear el móvil de Google con Google para servicios de Google. El Google Pixel. No quería que ninguna marca ocultara la imagen de Google, de ahí que perdiera la oportunidad de que Huawei fuera su fabricante. Pero encontró otro: HTC.

El final de la caída de HTC está en el inicio de su ascensión: Google

¿Qué haría HTC después? La nueva gama U, un nuevo palo de ciego que pareció funcionar para acabar sacando el HTC U11, su último móvil hasta la fecha. No más Desire, no más experimentos raros, un 2017 con cuatro dispositivos.

Y se acerca el final de 2017, llega la feria IFA de Berlín y nos encontramos a HTC en un pequeño espacio con un taburete y dos o tres móviles para mostrar. Una empresa llena de pérdidas, con un futuro incierto y lejos de los grandes y gigantes espacios que ocupaba años atrás, como en la imagen que encabeza este artículo. Hasta un fabricante de fundas tiene más espacio que él.

Todo parece indicar que Google volverá a confiar en la firma taiwanesa para fabricar los nuevos Google Pixel. ¿Es en eso en lo que se ha convertido? ¿En un fabricante que licencia sus productos a otras marcas?

¿Qué era de HTC? No se mostraba mucho, diseñaba y fabricaba dispositivos que licenciaba a otras marcas como a HP o Palm.

¿Alguien ve descabellado que Google se haga con la división móvil de HTC? Google está en medio de su plan de crear los mejores móviles posibles. Ha sido capaz de invertir millones en LG para que puedan fabricar pantallas OLED a la altura de Samsung. No sería descabellado que Google sacara unos millones más para tener la pieza que les falta.