Si le preguntamos a los compradores de móviles cuales son los aspectos que más valoran en uno seguro que obtenemos respuestas como «una buena cámara», «mucha memoria interna», «que vaya rápido, «que sea bonito» o incluso «que sea barato».
No obstante será raro que si hacemos esa pregunta fuera de un ámbito tecnófilo encontremos respuestas como «que se actualice a la última versión de Android». Esto suele ser un requerimiento de los usuarios más exigentes y más al día en el sector, pero no de la gente normal.
Es por eso que las marcas juegan con las actualizaciones manteniendo una equidistancia entre «os damos algunas para que no haya muchas quejas» y «no os las damos todas para poder vender más móviles».
La última en entrar en esta polémica ha sido Motorola, que habiendo anunciado que los Moto G4 y Moto G4 Plus tendrían Android 8.0 Oreo parece que ahora se ha echado atrás y ha cambiado de opinión (aunque rápidamente han rectificado indicando que sí que lo recibirán).
Los teóricos dos años de soporte de actualizaciones Android
Normalmente las marcas suelen actualizar algunos de sus modelos a la siguiente versión mayor del sistema, o al menos lo hace con los más importantes. Sin embargo en la mente del usuario medio están los dos años que Google estableció como lógicos para actualizar los terminales.
Fueron bastante las marcas que se sumaron a esa idea pero desde entonces se han dado muchos cambios. Por ejemplo Motorola pasó de ser una empresa independiente a ser parte de Google y ahora a ser parte de Lenovo.
Es normal que en las distintas empresas haya diferentes maneras de abordar la cuestión de las actualizaciones.
Los problemas técnicos existen
Otra cuestión a la hora de actualizar es que un fabricante quiera pero no pueda hacerlo. Esto es lo que le pasó a Energy Sistem con algunos de sus modelos. Cuando los vendió anunció que habría actualización mayor a los pocos meses pero el tiempo pasaba y no se lanzaba.
Finalmente tuvo que rectificar y declaró que no se produciría esa actualización por motivos técnicos. El fabricante de los procesadores que usaba no iba a actualizar los drivers y por lo tanto los móviles no podrían usar la nueva versión de Android.
En este caso sin embargo la empresa asumió su parte de responsabilidad, aunque la culpa fuera de otra empresa, y ofreció un sustancial descuento a los compradores de los móviles que se quedaron en la cuneta para cambiarlos por los nuevos modelos de la empresa, que sí tenían la versión nueva del sistema de serie.
Fijaos más en los hechos que en las declaraciones
Es por todo esto que nosotros os recomendamos que si sois unos de los pocos usuarios que valoran las actualizaciones os fijéis en las políticas de las empresas en los últimos años.
Son varios los compradores de un OnePlus 2 que se han visto abandonados al saber que su OnePlus 2 no se actualizará a Android 7.0 Nougat pese a que la empresa había dicho que lo haría.
También otros se molestaron con Motorola cuando creían que si querían Oreo en sus Moto G4 y G4 Plus iban a tener que actualizar las ROMs por modificaciones de la comunidad.
Si esto es algo clave para vosotros elegid marcas que hayáis visto que sí que cumplen esto. Google es la elección obvia y con los Nexus y Pixel ha dado al menos esos dos años. Es cierto que podría dar más, pero también lo es que quieren vender modelos nuevos y el sistema es un poderoso argumento de cambio de móvil para algunos.
Otra empresa que parece que lo está haciendo bien es Nokia. Ojo, de nuevo estamos ante muchas declaraciones, pero también ante algunos gestos ya comprobables. Habrá que estar atentos para ver si se convierte en lo que otrora fue Motorola dentro de Google, una forma de tener móviles baratos con versiones actualizadas de Android.
De cualquier forma nuestro consejo es que tampoco os ofusquéis buscando tener la última versión del sistema de Google. Es cierto que si una empresa dice algo debe comprometerse a llevar a cabo esa promesa pero en el caso de que no sea así, simplemente tenéis que elegir otra para vuestro próximo móvil.