Las mejores ROMs que he probado no son las más populares
Cómo una experiencia me ha abierto los ojos con las ROMs de Android y me ha hecho ver que las más conocidas no son siempre las mejores.
19 septiembre, 2017 16:43Mi OnePlus X me ha demostrado que las ROMs Android suelen diferir unas de otras y que lo desconocido a veces manda. Mi experiencia en este mundo me trae una nueva sorpresa.
Hace ya un tiempo que volví a mi viejo OnePlus X como teléfono personal, tras un cambio por un Nexus 5X. Y en el mismo post que hice explicándolo mencioné el hecho de que, al ser un móvil desactualizado, el mundo de las ROMs Android iban a ser mi mejor bien. Justo coincidió con la vuelta (otra vez) de la famosa familia de ROMs Paranoid Android, por lo que me lancé a ella de cabeza. Y me llevé una sorpresa.
Paranoid me dejó claro que no siempre las ROMs más conocidas suelen ser las mejores. De hecho, tras un tiempo muy extenso, me he ido a una que no es que sea famosa en el mundo del desarrollo del OnePlus X. Y es una absoluta maravilla, con un rendimiento y funcionamiento infinitamente superior a su hermana de «alta gama». Por ello, quiero relatar mi experiencia para aquellos iniciados en el mundo de las ROMs, y haceros ver que lo «clásico» no siempre gana.
Paranoid Android y LineageOS, mis primeras paradas
Hay que decirlo: llevo usando las ROMs customizadas desde que empecé en Android, por lo que tengo un amplio conocimiento de estas. Cuando asumí la realidad de que no iba a poder quedarme en la stock de Marshmallow de OnePlus, ya que era un puñado de bugs, empecé a mirar las opciones que tenía a mano. Y las dos primeras fueron obvias: LineageOS y Paranoid Android. Y la segunda de forma más especial.
Mientras esperaba a la salida de una build más estable de Paranoid, no dudé en instalarle LineageOS a mi querido OnePlus X. Es una ROM en la que llevo confiando desde los tiempos de Cyanogen, por lo que caí directamente en ella. Primer problema: el sobrecalentamiento era brutal. Hasta el punto de que llevar mi móvil era incómodo y engorroso. Y ya no hablemos de la batería. Si llegaba a las 2 horas de pantalla, tenía mucha suerte.
Sumad el que la escasa batería de 2550 mAh de mi OnePlus ya está degradada y de las fugas de Lineage y tendréis una autonomía penosa. Sí, el rendimiento era genial (un 801 aún da guerra) pero no dejaba de ser una parada temporal hasta la llegada oficial de Paranoid Android. Y cuando esta llegó a mi Android, no podía estar más contento, ya que no tuve ocasión de probar sus anteriores trabajos. Y procedí a instalarla.
Genial… pero muy verde
Creo que Paranoid Android ha sido la ROM que más tiempo he usado nunca. Eso dice lo contento que estaba con esta custom ROM. Su posibilidad de poner temas, compatibilidad con Substratum y sus muchas otras ventajas me encantaron, e hicieron de ella mi ROM personal (algo que me alivió). Pero no todo iba a ser de color de rosa, y empezaron a haber diversos fallos. Seguía teniendo sobrecalentamiento, y más.
El doble tap en la pantalla no funcionaba, y eso es especialmente fastidioso no teniendo lector de huellas. Además, la batería mejoraba, pero no demasiado. No hacía más de 2 horas y 20 minutos nunca. No sé por qué, la verdad. Y había bugs bastante molestos. Por ejemplo, cuando iba a cargar el móvil por la noche, me lo encontraba al día siguiente muy caliente, con la pantalla apagada y sin responder. Después del micro infarto, un reinicio normal lo sacaba de su sopor.
A si que me decidí a buscar otra. En un grupo de Telegram que tengo me recomendaron una que ni de lejos me sonaba: JDC Team. Una ROM AOSP clásica que se ve que tenía buen soporte y actualizaciones vía OTA. Dubitativo y bastante escéptico, me decidí a instalarla, aunque era reacio ya que había ventajas de Paranoid que echaría mucho de menos. Y fue con los primeros días de uso cuando la realidad me dio un puñetazo en la cara.
JDC Team, TE QUIERO
Una palabra define mi impresión sobre la ROM JDC Team: maravillado. Un rendimiento espectacular, un funcionamiento sin precedentes, unas funciones que no tienen nada que envidiar de Paranoid y una estabilidad y optimización increíbles. El sobrecalentamiento se ha ido, y ahora no bajo de las 3 horas y media de pantalla como mínimo. De hecho, hace muy poco hice una increíble cifra de 5 horas. Y hablamos de estar metiéndole una buena sesión a mi OnePlus X.
Y la cosa sigue así. Ahora que está totalmente configurado, me congratula saber que no he percibido ningún fallo en la ROM, por lo menos que me moleste realmente. Además, tengo actualizaciones vía OTA, por lo que no tendré que descargarme nada de la página oficial. La lección que guardo de esta experiencia es que no lo que prevalece tiene que ser lo mejor. Tanto LineageOS como Paranoid Android son de las ROMs más usadas y más famosas de la comunidad. Y JDC es apenas conocida, por lo menos más allá y en base a mis investigaciones.
Y este patrón se ha ido repitiendo en el tiempo, pero en tiempos bastante lejanos. En mi viejo Moto E lo comprobé también: una ROM cocinada y muy desconocida fue la que llevé hasta el día de su muerte. Probando las más «grandes» no tuve una experiencia ni tan siquiera mejor, por lo que se puede aprender mucho si investigamos más allá de las ROMs más usadas y clásicas.
Mira todas las posibilidades
Aquí tenéis un «androconsejo» para los que queráis iniciaros en el mundo de las ROMs personalizadas: explorad todas las posibilidades. No te vayas a la más usada obligatoriamente, mira cuál es la que se adapta mejor a tus necesidades. Ve probando, y cuando tengas la tuya, no dudes en darle un uso intensivo. Es increíble cómo la comunidad puede llegar a eclipsar a auténticos desarrolladores más refutados en este apartado tan amplio.
Y también es increíble el hecho de que haya sido la propia comunidad la que se haya encargado de mantener con vida nuestros dispositivos. Las empresas se niegan a actualizar en pos de la obsolescencia programada, siendo capaces y de sobra en muchas ocasiones de soportar las versiones de Android venideras. Por ello las ROMs de Android son tan necesarias. Porque si no van a actualizarnos los móviles, tendremos que ser nosotros. ¿No?