Telegram llega a la versión 4.4 y viene con novedades bajo el brazo. Una de ellas es novedosa a la vez que un tanto polémica.
Telegram es algo más que una simple aplicación de mensajería instantánea, eso es un hecho que ha quedado bastante claro con el tiempo. Lo que nació como una alternativa a WhatsApp ha ido evolucionando en el tiempo.
En un sector tan saturado de opciones como es el de la mensajería instantánea, dónde encontramos un claro dominante llamado WhatsApp, tienes dos opciones. Ser una más entre tantas o trabajar para tener un sello personal y único.
Nuestra protagonista decidió apostar por la segunda opción y gracias a ello disfrutamos de los bots, canales, grupos, supergrupos, almacenamiento en la nube y ahora… un reproductor de música.
Lo que Telegram nos ha presentado…
Junto a la nueva versión 4.4 de Telegram, una de las novedades que destaca es la de incorporar un reproductor dentro de la propia aplicación. Para demostrar sus virtudes han habilitado un canal, @cctracks, en el que encontramos música libre de derechos de autor.
El funcionamiento del reproductor es sencillo, ya que sólo deberemos realizar lo siguiente:
- Dentro de un canal, o en nuestra propia nube subimos los archivos que deseamos tener disponibles.
- Luego sólo debemos pulsar sobre el que deseemos escuchar y se reproducirá como en un reproductor tradicional.
Junto a las opciones básicas de reproducción, contamos con los botones de reproducción aleatoria y en bucle. Contamos con la visualización de la portada y datos como el título o compositor.
En caso de pertenecer a un canal de podcast, sólo necesitamos seleccionar el que deseemos escuchar. No es necesario descargarlo y luego reproducirlo en una aplicación aparte. No hay necesidad de salir de Telegram.
… lo que muchos están pensando
No es culpa de la tecnología, sino de como se usa. Con este pensamiento quiero empezar a hablar sobre la «polémica» que acompaña a esta nueva función de Telegram.
Dentro de la libertad que Telegram nos ofrece, tenemos todo el derecho a hacernos nuestro «Servicio de streaming casero«. Sólo tenemos que subir nuestra música a la nube y disfrutar de ella.
Al hablar de nuestra música, hacemos referencia a la adquirida por nosotros legalmente. En esta situación no existe ningún problema y está todo dentro de la «normalidad».
El problema viene cuando tenemos dos elementos en Telegram que si se combinan, crean una mezcla de dudosa legalidad. Por un lado tenemos los canales de Telegram, por otro tenemos el nuevo reproductor.
Ahí es cuando entra el «mal» uso de la tecnología, ya que existen canales en los que se distribuye contenido de manera poco legal. Que unido al nuevo reproductor abre unas posibilidades que no gustará a todos.
¿Quién es responsable?
Nosotros tenemos disponibles unas herramientas, no sólo en nuestro dispositivo, sino en general. El buen o mal uso de ellas es responsabilidad única y exclusivamente de cada uno.
Que se haya incluido un reproductor de música en Telegram no es el origen del problema. Siempre existirá una alternativa y el problema seguiría existiendo. Lo que debemos reflexionar es si estamos usando la tecnología disponible adecuadamente.
Puedes tener tu propio podcast o crear tus composiciones y gracias a las nuevas opciones de Telegram, tenemos la oportunidad de darnos a conocer. Igual que tenemos otras opciones para ello y es totalmente lícito.
Telegram como plataforma multimedia
Dejando a un lado la «polémica» está claro que la apuesta de ser más que una aplicación de mensajería instantánea sigue su camino. No sólo con la reciente opción de reproducir el contenido es en lo que destaca Telegram.
La posibilidad de compartir fotografías o videos sin compresión, la sencillez para adjuntar archivos de más de 1GB o el ser multiplataforma, son detalles que dan un sello de identidad. Además de ofrecer una gran experiencia a los usuarios.