La tendencia es clara, el mercado de la telefonía móvil ha crecido de forma exponencial en los últimos 10 años, siendo Android y iOS los principales protagonistas de la historia.
Durante los últimos años, muchos han percibido que el crecimiento en características comienza a decaer. Los fabricantes se sienten cada vez más presionados a superar a sus rivales en una carrera continua por ser el mejor. Una carrera tan larga que igual nos está haciendo perder el norte.
La innovación: El Trending Topic de las presentaciones
Quienes sigáis la actualidad tecnológica os habréis dado cuenta. El año suele estar lleno de lanzamientos que tienen su ciclo. Primero llegan los rumores, filtraciones, más rumores y por fin llega la fecha de presentación.
En la presentación vemos como un alto cargo de la compañía nos vende lo maravilloso que es su nuevo móvil. A veces pasan ingenieros que nos explican sus bondades, y otras personas famosas que cuentan lo encantados que estar.
El escenario es un lugar en el que todo vale. Ya sea compararse con los rivales de forma directa, o exagerar tus propias bondades. A nivel personal existe una palabra que causa todo tipo de sensaciones. Se llama innovación.
Los grandes directivos se jactan de que su nuevo móvil innova, y en la mayoría de ocasiones es cierto. En el sentido más sencillo de la palabra no les falta razón, ya que innovar es hacer algo nuevo (y algo tan sencillo como cambiar la ubicación del altavoz es innovar).
Todo esto crea un conflicto, y es que las propias empresas están dando por su contexto que innovación es que algo te vaya a cambiar la vida. Y después los usuarios nos enfadamos porque esa innovación nos sabe a poco. Y comienzan los rumores de un nuevo móvil, genial.
Pantallas grandes y sus compromisos, no siempre son tan buenas
El año pasado fue la realidad virtual, y este es el año de las pantallas «sin marcos». Al final; por una causa u otra; todos los años acaba llegando algo al mercado que vuelve obsoleto todo lo anterior.
Y bueno, esto realmente es una buena noticia. Significa que estamos evolucionando hacia algo mejor. El problema es que aunque los límites estén para superarlos, no es algo que se deba forzar.
Sobre las pantallas sin marcos tengo un problema personal. Es algo que ya desde la época del Galaxy S2 se rumoreaba con renders muy locos. Lo cierto es que deseaba que llegase el momento en el que los móviles fuesen todo pantalla. Seis años después, y con un punto de vista más alto, no acabo de estar del todo de acuerdo sobre si merece la pena.
Aunque Sharp lleva años con este tipo de tecnología, fue el Xiaomi Mi Mix quien dio el pistoletazo con un móvil impresionante. En las fotografías luce precioso, pero cuando pasan los meses te das cuenta de que este móvil llegó con muchos compromisos. La muestra de ello la vemos en el Mi Mix 2, con menor pantalla y más marcos.
Otro móvil que tiene pinta de que pagará mucho el precio de la «innovación» es el iPhone X. A pesar que según varios analistas el reconocimiento facial de Apple esté un par de años por encima de Android, el prescindir del lector de huellas y su velocidad (especialmente en móviles de Huawei y OnePlus) es algo que en el día a día pesa. Ya Google mostró en un estudio que perdemos mucho tiempo desbloqueando el móvil, y que el lector de huellas lo solucionaría.
Ahora es turno de las pantallas plegables
Y finalizado el boom de las pantallas sin marcos, llegan las pantallas plegables. Parecía que Samsung sería la primera con el supuesto Galaxy X que en teoría conoceríamos este año, del que a día de hoy no sabemos nada. Los nuevos rumores apuntan a que llegaría para el año que viene.
ZTE se ha adelantado a todos con un concepto que fracasó en manos de Sony con la Xperia Tablet P, pero que sin embargo a Nintendo le lleva funcionando genial desde 2004 con la Nintendo DS (y sus sucesoras). Hablamos del ZTE Axon M, móvil que ha llamado la atención, pero que no acabamos de ver si realmente triunfará, o se irá al cajón de móviles revolucionarios que quedaron en nada.
Huawei también está trabajando en un móvil plegable.
Ya no es solo asunto de Samsung y ZTE, sino que Huawei ha decidido entrar en la polémica. En una entrevista de CNET, el propio CEO de Huawei ha declarado que no solo están trabajando en un móvil plegable, sino que ya tienen prototipos funcionales.
Si el tema de reducir los marcos a niveles absurdos ya nos tiene un poco cansados, la propuesta de los móviles plegables es ya de por sí peligrosa y plagada de compromisos.
A menos que hayan inventado una pantalla que se desenrolle cual papiro, lo más probable es que los móviles plegables acaben teniendo compromisos que los usuarios no estamos dispuestos a asumir, como un mayor peso, peor batería, o un precio que no estemos dispuestos a asumir. Al final no siempre es buena idea cambiarlo todo.
Al final, la coherencia siempre llama a la puerta
¿Estamos entonces en una carrera hacia el abismo donde toda novedad que acabe llegando sea absurda y carente de sentido? Tampoco creemos que sea así, pues la experiencia de uso al final siempre acaba llamando a la coherencia.
Si tuviésemos que buscar un ejemplo creo que el más apropiado sería cuando los fabricantes se empeñaron en hacer los móviles cada vez más finos. El reclamo del «móvil más fino del mundo» era recurrente, llegando cotas que hoy ya pocoss pretenden alcanzar.
Y el motivo era que llegar demasiado lejos atentó contra el sentido común, eliminando conexiones como puede ser el jack de 3,5mm (que en aquella época no estábamos tan acostumbrados) o baterías demasiado pequeñas que arruinaban toda la experiencia de uso.
Es hora de asimilar que los smartphones, al igual que otras tecnologías rompedoras en sus tiempos, ya han alcanzado la madurez. Esto significa que las mejoras cada vez serán más discretas. Los fabricantes lo saben, y por eso las innovaciones se van a otros derroteros.