Este 2018 hace veinte años de la adquisición de mi primer teléfono móvil. Desde aquel primer Phillips han pasado muchos por mis manos, la mayoría smartphones, pero no todos han sido igual de importantes.
Mi compañero Iván publica de forma periódica artículos hablando de los móviles Android más emblemáticos, terminales como el HTC Magic, el Nexus 5 o el Motorola Moto G, que por un motivo u otro marcaron un punto de inflexión en Android.
Queda claro que hay terminales que se han convertido en elementos en los que la nostalgia empieza a cobrar cierta relevancia, aunque algunos apenas tengan tres o cuatro años de vida, y es que eso en el sector móvil es un mundo. Así pues, ¿y si los traemos de vuelta?
Versiones actualizadas de los clásicos
No hay marca que no quiera tener un terminal icónico. Apple tiene su iPhone, Samsung sus Galaxy pero dentro incluso de las familias hay algunos que llamaron más la atención que otros. Los usuarios también valoran el sentir cierta cercanía con sus elementos inertes y el móvil es de lejos el aparato que más usamos.
Una empresa que ha sabido canalizar esto y ganar mucho dinero por el camino es Nintendo con La NES Mini y los fabricantes de móviles podrían hacer algo similar, pero con las características propias de su sector.
Misma idea, mejores especificaciones
El diseño de la mayoría de esos móviles es bastante icónico. El Nexus 5, el Yotaphone o el Asus Padfone se crearon bajo el mismo paraguas que el resto de móviles modernos: una gran pantalla en un bloque rígido. Sin embargo todos tenían algo en particular.
Esa idea visual habría que mantenerla pero las prestaciones internas de podrían mejorar para ponerla a la altura de lo que actualmente necesitamos. Es obvio que comercializar ahora terminales con pantallas de 4 pulgadas o con memorias de MB en vez de GB es una locura, pero queda claro que las prestaciones de aquellos modelos eran producto de su tiempo.
Mirando más allá de Android
Aunque actualmente Android (junto a iOS) ocupe el interior de la totalidad de los móviles que se venden antiguamente no era así. Marcas como Nokia o Palm tenían mucho que decir antes de la llegada del robot verde.
Imaginad un Nokia N95 REDition, un terminal centrado en el consumo multimedia, con controles dedicados y una calidad de sonido espectacular.
O un Nokia 5020 que lleve el apartado fotográfico a otro nivel, como lo hizo el Nokia 1020. Quizás con cinco cámaras en la zona trasera.
Palm lanzó la Pre poco después de que el iPhone viera la luz y fue una adelantada a su tiempo. Esa estética, esa interfaz y sobre todo esos gestos hacían que el móvil pareciera futurista. Una Palm PREmium con Android y ese toque sería increíble.
Creando imagen de marca
Todas estas creaciones no podrían sustituir a los catálogos actuales pero tampoco lo buscarían. Su foco principal sería el de crear una imagen de marca más fuerte, sobre todo en las empresas que tienen una larga trayectoria pero que a las nuevas generaciones no les resultan tan atractivas.
Sony o Nokia eran en el siglo XX referencias de la industria móvil y actualmente ese puesto lo tienen Samsung y Apple. Sin embargo ninguna de estas dos últimas tiene el catálogo de las primeras, el poder rediseñar esos móviles clásicos.
Nokia hizo algo así con el nuevo Nokia 3310 pero falló en tanto que no lo convirtió en un smartphone lo que prácticamente lo elimina como opción de compra para muchos usuarios.
El valor de la nostalgia
Está claro que la segunda década de este siglo está siendo la ideal para sacar partido de la nostalgia. Lo hemos visto en diseños de ropa, en series como Stranger Things y en muchos otros productos.
La tecnología es por definición algo moderno y actual pero si consigue subirse a ese carro a medio camino entre los antiguo y lo nuevo podría crear incluso un nuevo nicho de mercado.