¿Sigue teniendo sentido que se use el micro-USB? Lo cierto es que sí
Muchos nos llevamos las manos a la cabeza cuando en un terminal de gama baja o media vemos un micro-USB. Pues tienen más sentido de lo que parece...
11 febrero, 2018 16:33Uf, un micro-USB. Ese teléfono no merece la pena. ¿O sí?
Vivimos en una época de nuevas tecnologías, y eso implica reemplazar las antiguas. El estándar de USB ha ido variando con el tiempo, y en esta era estamos abocados a que el USB tipo C sea el nuevo micro-USB. Pero claro está, hay fabricantes que se niegan a renunciar a él por lo menos en gamas bajas y medias. ¿Y esto sigue teniendo sentido?
No es justificable que un dispositivo en 2017/18 aún mantenga el micro-USB, personalmente. Terminales de gamas bajas y medias ya están abrazando al nuevo USB-C. Pero que no sea justificable no significa que tenga sentido. Por ello, vamos a ver las razones de por qué esta decisión se sigue tomando hoy en día.
El público del micro-USB
Lo primero que tenemos que pensar es que no es el mismo público el que tiene un OnePlus que un Samsung. Por mucho que el objetivo sea vender, hay terminales enfocados a distintos tipos de público, y sobre todo, a distintos tipos de mentalidades. Mientras que los usuarios de la marca china suelen buscarla por su buen software, un usuario de Samsung busca fiabilidad.
Digamos que unos dispositivos son más comerciales que otros, y es realmente más fácil venderle algo a alguien si sabes que funciona y no lo mareas con cosas raras. Seguro que muchos usuarios se han ido criando en la tecnología móvil con el famoso micro-USB. Y tener que enseñarles a usar adaptadores, cables de USB-C y demás a alguien no es que sea fácil.
Imaginemos que le vendemos un dispositivo con USB-C a una persona mayor. No sólo se las verá muy mal para buscar un cable compatible en su casa por si acaso se le pierde el que tiene, sino que si tenía un terminal antiguo con micro-USB este no le va a valer. Reaprender las cosas no suele ser bueno en muchas ocasiones.
Reticencia al USB-C
No sería la primera vez que alguien se plantea su compra por el USB-C. Os pondré el caso de un amigo. Buscaba un teléfono nuevo, ya que se había estado peleando ya mucho tiempo con su BQ Aquaris E4.5 y no quería gastarse mucho. Durante un tiempo breve tuvo mi viejo Nexus 5X, a si que le recomendé como compra más acertada el Xiaomi Mi A1.
Cuando se lo comenté, él me dijo que no quería volver al USB-C debido a los «problemas» que le dio este estándar con el Nexus. No llevarse el cargador a casa de alguien y que nadie tenga un cable, depender del adaptador para usar un cable para conectarlo al PC… A si que al principio no quería. Ya fue cuando entró en razón y adoptó el USB-C.
En la tecnología tener que usar algo muy novedoso puede confundir y frustrar al usuario final
Y hay muchísima gente así. Las gamas bajas y medias se enfocan a usuarios con pocos recursos y que suelen estirar la vida útil de su dispositivo al máximo. Aunque el USB-C está cada vez más cerca de estandarizarse en estos rangos de precio, el tener que marear a un comprador de toda la vida puede suponer que otros se lleven a ese comprador indeciso.
La longevidad del micro-USB
Aunque no os lo creáis, el USB-C todavía es algo bastante novedoso en Android. El micro-USB lleva muchísimo tiempo con nosotros, ytodos sabemos que cuando algo funciona, es difícil que los usuarios de esto se adapten a lo nuevo. Dicho de forma más coloquial: Si el micro-USB ha funcionado tanto ¿por qué cambiarlo ahora? (Hablo en palabras de un comprador novato, obviamente)
A eso sumémosle la logística. Pasará bastante tiempo antes de que la situación de tener varios cables USB-C tirados por casa se vea. Las transiciónes en el mundo tecnológico suelen ser así de lentas, y aunque algunas van mucho más rápido, es cuestión que los usuarios se adapten. Y realmente ese proceso suele ser el más lento.
Situaciones que tardarán en resolverse
Aunque sea difícil de creer, hay diversas situaciones por las que un usuario que hubiese abandonado el micro-USB no querría volver a repetir. De hecho, este ha sido mi caso. He tenido diversos casos en los que la transición a este nuevo estándar me ha dado algún quebradero que otro de cabeza.
No son situaciones realmente graves. pero hay veces que la tecnología es difícil de manejar
De esta primera situación he heredado la manía de llevarme siempre el cargador en la mochila. Al principio, cuando sólo me llevaba el móvil (mi viejo Nexus 5X) solía necesitar cargar la batería. Pero claro, no sólo ninguno de mis amigos llevaba móviles con USB-C, sino que no había cables en la casa de ninguno de estos. A si que tocaba aguantar el máximo posible con la poca carga que tenía.
Luego, también se daba la situación de necesitar un ordenador ajeno y pasar unas cosas de mi teléfono al PC (o a la inversa). Volvemos a lo mismo; nada de USB-C. Esto empeoraba ya que Google no daba un cable con clavija USB normal, sino que el cable que traía el 5X en la caja era USB-C a USB-C. Y ya es raro ver puertos USB-C en ordenadores, imaginaos.
Y por último, también se daba un curioso caso en las pocas veces que la situación lo requería. ¿No os ha pasado nunca que alguien muy cercano necesita un teléfono personal y le habéis dejado el vuestro durante un par de días? No creo que haga falta decir que las mismas inclemencias que me ocurrieron a mí con el UBS-C le tocaron pasarlas a esas personas que usaron mi Nexus.
Conclusiones: hay que apretar el acelerador
Como he mencionado antes, yo soy un arduo defensor del USB-C. Sí, entiendo que estos casos se sigan dando. Pero no creo que sean justificables, máxime teniendo dispositivos tan comprables como el Xiaomi Mi A1 o el BQ Aquaris X. Las gamas medias y bajas se deben nutrir de este nuevo estándar USB para poder avanzar. De lo contrario, los fabricantes seguirán en sus trece.
¿Por qué? Porque si no comenzamos a exigir que la transición a USB-C se produzca, no conseguiremos que se estandarice del todo. A las empresas les sale a cuenta ahorrar en costes y esto implica que seguiremos viendo este tipo de prácticas durante un tiempo considerable. Personalmente, dadas las ventajas del USB-C frente al micro-USB, me parece un auténtico desperdicio.