Pocos dispositivos miramos tantas veces al día como nuestro teléfono móvil. Y eso no ha sido siempre así. Antaño sólo lo sacábamos para mirar la hora, hacer una llamada o enviar un SMS. Pero es lo que tienen los smartphones, que sirven para todo.
Eso hace que cualquier cambio estético en estos dispositivos cobre mucha más relevancia que en cualquier otro aparato. Y también hace que genere mucho más debate y discusiones.
En 2017 asistimos a la presentación en sociedad de un elemento que, lejos de ser una característica, era una solución a un nuevo problema que la industria empezaba a tener. Pero comencemos por el principio.
La pantalla táctil como elemento omnipresente
Hasta finales del siglo pasado los móviles tenían varias partes diferenciadas en la zona exterior. Teníamos una pantalla y un teclado, de formas distintas, de tamaños variados y con sistemas de apertura diferenciados.
También había dispositivos con pantallas táctiles, pero ni eran la mayoría ni se usaban tanto en el día a día como ahora.
Pero en 2007 llegó el iPhone con su pantalla capacitiva y eso cambió toda la industria. Incluso Android, que se estaba desarrollando desde antes del evento de presentación del móvil de Apple, cambió su desarrollo.
El sistema que estaban creando Andy Rubin y su equipo estaba pensado para ser usado en un dispositivo con teclado físico y pantalla horizontal. Pero cuando vieron el iPhone se dieron cuenta de que todo había cambiado.
Reducción de marcos hasta el extremo
Durante varias generaciones la tecnología permitió que los móviles empezaran a eliminar el que hasta entonces había sido un elemento clave de su diseño: el teclado.
Una vez hecho eso la pantalla pasaba a dominar todo el frontal del móvil con la excepción de unos pocos elementos de control en forma de botones, teclas hápticas o trackballs. Esto se mantuvo casi una década, desde 2007 hasta 2016, cuando Xiaomi deslumbró a propios y extraños con el Xiaomi Mi MIX.
Este nuevo modelo supuso un antes y un después en el lenguaje de diseño de los smartphones y es que si bien otras marcas, como Sharp, habían mostrado móviles con pantallas sin apenas bordes (Sharp Aquos Crystal) el terminal de Xiaomi fue a la reducción de bordes lo que el iPhone a las pantallas táctiles.
LG había estado trabajando en el mismo sentido y ya el LG G2 o el LG G3 mostraban unos marcos realmente contenidos para aquel momento, algo que se alababa pero que no llegó a crear una tendencia.
Una vez Xiaomi dio el pistoletazo de salida todos los fabricantes se subieron al carro de la reducción de bordes de una manera u otra.
El notch como tecnología de su tiempo
Cualquier pantalla de un smartphone tiene cuatro lados, dos laterales, el superior y el inferior.
Los laterales mayores siempre han sido los más fáciles de disminuir ya que no hay ningún elemento que deba ser colocado bajo la pantalla en esa zona. Además se requiere un mínimo borde para poder sujetar el móvil.
Samsung arriesgó mucho en el Samsung Galaxy S6 Edge y las críticas fueron duras: toques involuntarios, usabilidad empañada… Luego lo han ido corrigiendo y actualmente la idea de tener una pantalla curvada casi sin bordes laterales no es un problema. Lo mismo pasa en pantallas que no son curvadas.
En la zona inferior tenemos un caso distinto. Aquí deben ir algunos elementos como el propio conector de la pantalla y eso hace que la mayoría de fabricantes dejen un borde más grueso aquí.
Hay excepciones, como Alcatel y su Alcatel 5 que hace lo mismo que el Xiaomi Mi MIX pero en la zona baja del panel, no en la superior.
Pero es es la zona superior donde tenemos más problemas. Aquí hay varios elementos que no se pueden eliminar sin mas. Hablamos del altavoz, el sensor de luminosidad, el de proximidad, la cámara frontal…
Xiaomi realizó un ejercicio de ingeniería admirable para solventar esto y aunque su sistema de sonido piezoeléctrico era muy mejorable en general lo hizo bien. Con una excepción: la cámara delantera.
Al no poder implementar la cámara en la zona superior si querían eliminar los bordes, Xiaomi opto por llevarla a la zona inferior y eso hacía que cada vez que quisiéramos usarla el móvil debiera girarse. Esto fue un gran fallo de usabilidad que se ha mantenido en el Xiaomi Mi MIX 2. No es una buena idea obligar a una persona a girar el móvil cada vez que quiera hacerse una foto con la cámara frontal, además de por comodidad, por seguridad. Estás aumentando las posibilidades de que el móvil se caiga.
Así pues, solo queda mantener la cámara en la parte superior, recortando parte de la pantalla hasta que la tecnología nos permita ponerlo bajo la misma.
Esto es importante porque el que la pantalla se recorte obedece a la imposibilidad de mantener la cámara en esa zona de otra manera. La única alternativa sería implementar algún sistema de cámaras que rotaran pero, de nuevo, no es algo que debería generalizarse. Las partes móviles tienden a romperse.
La única que se acercó a esto en tiempos modernos fue LG con la doble pantalla de algunos de sus móviles, como el LG V20.
No se eliminaba del todo el marco superior pero sí que estaba la idea de solapar un panel de información con la cámara delantera, aunque en esta ocasión no fuera una pantalla recortada, sino una segunda pantalla.
Formas de implementación
Así pues, llegamos a la realidad actual, la que hace que aparezcan los notch, una palabra que se ha puesto de moda y que podríamos traducir como muesca, aunque también lo podemos ver mencionado como recorte o península. Personalmente me gusta llamarlo flequillo.
Pero aunque tengamos claro que un notch, más allá de gustos sobre si nos gusta o no, puede tener sentido, eso no quiere decir que todas las marcas lo implementen bien.
Haciéndolo bien
A la hora de usar bien un notch tenemos dos opciones: usar uno grande y usar uno pequeño. Esto debería ser de una forma u otra en función exclusivamente de la cantidad de elementos que hay dentro del mismo. Es absurdo ver algunos de estos elementos con el mismo tamaño del que usa el iPhone X y en el que sólo hay una cámara y un auricular.
El dejar espacio en los laterales para elementos como la batería, la hora, las notificaciones o los iconos de cobertura y redes hace que ganemos espacio en pantalla. El ejemplo superior sería una buena aproximación a esta solución.
Es cierto que el espacio para iconos de notificaciones es menor pero muchas interfaces de Android, como MIUI, por defecto usan un icono para avisar de que hay notificaciones, no muestra uno por cada aplicación. Una solución así sería válida.
Algunos fabricantes podrían necesitar más espacio para el notch, porque además de una cámara y un auricular, deban poner el sensor de proximidad, una segunda cámara frontal, un flash LED o un sistema de escaneo facial en 3D.
Todo esto ocupa espacio y la imagen superior mostraría cómo debería quedar.
Copias absurdas
Pero como casi todo lo que se pone de moda es replicado por el mero hecho de copiar, hemos visto móviles con notch que rozan el ridículo.
En la imagen superior vemos cómo es la implementación errónea que usan algunas marcas. En ella el borde superior es lo suficientemente grande como para albergar todos los elementos pero se pone el notch porque es un reclamo.
Aquí, al contrario que en las otras aproximaciones, se pierde espacio de pantalla, no se gana, por lo que su inclusión es claramente un fallo.
Esta nueva imagen lleva al absurdo la idea, aunque por suerte aún no hemos visto soluciones de este tipo.
Diferentes aproximaciones de las marcas
Hay marcas que no quieren ceder ante esta moda y se esfuerzan en adoptar una solución más convencional. Para ello no recortan los laterales y simplemente minimizan la zona superior todo lo que pueden.
Esto es lo que hemos visto en fabricantes como Samsung, que si bien han disminuido mucho los marcos de la pantalla no han querido abandonar, al menos por ahora, la idea de la pantalla rectangular.
Otras empresas optan por eliminar la cámara del marco superior dejando el mismo con el borde que tienen los laterales. Es lo que hizo Xiaomi en el Mi MIX y lo que buscan otras marcas chinas con cámaras rotatorias.
Las ayudas de software
Además de los elementos físicos de la ecuación hay otros que pueden cambiar la experiencia que tenemos con el notch. Sobre todo hacemos hincapié en que si el recorte en pantalla está bien implementado no hay forma de que perdamos área de visión, sino que la ganamos.
Pero pese a eso en ocasiones es quizás interesante que no se muestre el notch, pero que no por eso dejemos de beneficiarnos de él. Algunos móviles ya implementan funciones de ocultación del mismo que permiten cambiar parte del fondo de la pantalla de color y de modificar la apariencia de los elementos que se muestran ahí.
Esta imagen demuestra cómo un notch bien implementado no molesta y no es peor solución que un marco superior recto. ganamos algo de espacio, no mucho, pero el suficiente como para liberar a la pantalla de una zona permanente de notificaciones.
Pero la mayor crítica que se le ha realizado a este respecto al notch no es cuando usamos el móvil en vertical, sino en horizontal. En ese momento la simetría vertical se rompe y muchos se lo recriminan.
Esta pieza en ocasiones si que resalta si miramos la pantalla pero muchas otras veces nos resulta del todo indiferente. Pero incluso si llega a ser una molestia es sencillo ordenar al sistema que se oculte y muestre una franja del mismo color que el frontal. Aquí si que reconocemos que esto es mucho más sencillo en móviles con la parte delantera negra.
No obstante todos los que hemos visto hasta el momento son así.
Como podéis ver en la imagen superior la sensación que da es la de tener un móvil con una pantalla convencional, con esquinas redondeadas, o no, en función de cómo sean estéticamente las de la zona inferior.
Tenerlas diferenciadas no parece una opción de diseño acertada.
La proporción de las pantallas
Un aspecto que pocas veces se tiene en consideración cuando se estudia este nuevo elemento es el del ratio de pantalla.
En pocos años hemos pasado de pantallas de 16:9 a pantallas de 18:9 pero poco a poco esa medida sigue subiendo y en parte es por el notch. Y no es un problema.
La opción más acertada parece ser la de crear un panel con una superficie rectangular con ratio 18:9 y luego añadir un extra que será el que ocupe del notch y la zona de pantalla de sus laterales.
De esa manera, en un móvil con proporción de pantalla 18:9 y sin notch tendremos un área efectiva de visualización rectangular igual que en uno con ratio 19:9 que tenga notch. Es así porque el recorte no se realiza en pantalla, sino en el marco superior del terminal. Obviamente damos por supuesto que estamos considerando terminales que lo han implementado bien, como hemos comentado anteriormente.
El marco inferior
Aunque hasta ahora el notch se ha visto en el marco superior el que en la zona inferior siempre haya un marco mas grueso se debe a que las pantallas tienen unos conectores que son los que envían la información al panel. Ese elemento ocupa espacio y es lo que hace que se necesite un elemento para ocultarlo.
Pero ¿por qué el iPhone X no tiene ese marco inferior? Esto es posible por una patente llevada a la realidad que permite a la pantalla doblarse bajo ella misma y hacer que los conectores estén bajo la misma, continuando el doblez, como se puede ver en el video donde Jony Ive explica el diseño de este modelo.
Conclusión
El debate originado por la muesca, recorte, flequillo o notch tiene fecha de caducidad. Cuando la tecnología avance lo suficiente como para poner implementar elementos bajo la pantalla, como ya hacemos con los sensores de huellas, el notch desaparecerá.
Mientras tanto, vamos a vivir con él al menos un par de años y quizás algo más, a no ser que los fabricantes lo den de lado porque se ha puesto de moda otra estética o porque se descubra una mejor forma de disminuir los bordes de pantalla.