Las marcas chinas tienen una vía para que su éxito en occidente sea total. Tiene un nombre que hemos estado viendo desde hace meses hacia acá.
Ese nombre es Android One. El programa de actualizaciones para ciertos dispositivos es la clave, bajo mi punto de vista, para las marcas chinas que quieran tener un espacio adicional en el mercado occidental. ¿Por qué?
Hay muchos puntos a tener en cuenta. Viendo los progresos que han hecho otras marcas siguiendo esta estrategia, no es de extrañar que diversificar el ecosistema de software en dos mercados sea una estrategia que aporte más beneficio que dificultades. Te los contamos todos.
Marcas chinas y Android One: no es la primera vez
Un suceso ha puesto la primera piedra sobre esta idea, la cuál ha sido una sorpresa incluso para su fabricante: el éxito del Xiaomi Mi A1. Este dispositivo hecho por la firma china Xiaomi ha conseguido tal impacto en el mercado que ni la misma fabricante ha podido esperárselo.
Pero lejos de lo que el dispositivo suponga o no, su éxito se ha basado en varios conceptos. Se ha mantenido la esencia del fabricante, su calidad de cara al producto y lo más importante Android One en su interior. Aquí es donde radica la cuestión, ya que el otro sistema operativo que maneja la compañía como sabréis es MIUI.
MIUI es el sistema operativo que da vida a la gran parte de los dispositivos de Xiaomi. Aunque es una capa que nos gusta personalmente a muchos y que tiene sus fans, también tiene sus detractores. De hecho, en una encuesta que hizo Xiaomi en Twitter sobre qué preferían los usuarios, si Android One o MIUI, ganó la primera.
La cuestión es que MIUI tiene un mercado y un ecosistema propio en el mercado propio, y es imprescindible para Xiaomi. El caso es que en el mercado occidente esto es distinto, ya que es una capa diferente y que choca con los intereses de muchos usuarios de este lado del mundo, que generalmente prefiere AOSP o Android puro.
MIUI es imprescindible para Xiaomi en el mercado asiático, pero la cosa cambia en Occidente
Esto se ve en el primer momento en el que usamos tanto MIUI como otras capas cuya base propia es el mercado asiático. Porque las diferencias entre uno y otro son bastante claras, y los usuarios de Asia son bastante distintos a los usuarios occidentales.
Occidente y Asia son dos sitios muy diferentes
En Asia y Occidente hay diferencias remarcadas. Mientras que en el primero estas capas chinas tienen un mercado muy amplio en el que moverse y suponen beneficios no sólo a nivel de software, sino en otros ámbitos y productos que de otra manera no se verían aquí.
Aquí por otra parte es otra cosa. A excepción de Samsung con Samsung Experience englobando algunos de sus servicios, estas capas no tienen un ecosistema denso en el que moverse, sino servicios repartidos dentro del sistema (Samsung Pay, por ejemplo) sin muchas más aplicaciones.
MIUI en Asia se puede expandir no sólo mediante Android, pero en Occidente la cosa no es así
Es por eso por lo que aún viendo el éxito y la fiabilidad que aporta el tener Android puro en sus dispositivos, estas marcas chinas suelen optar por sus propias capas de personalización en los smartphones que venden más allá. Porque les supone una parte de su marca empresarial de la cuál no pueden prescindir.
No obstante, esto genera un cierto efecto nada beneficioso para la imagen de los smartphones chinos. Estos suelen ser tachados de dispositivos poco fiables y con mal software, ya que este último está diseñado para un mercado que no es el suyo. Esto genera un estigma que aunque ya se ha difuminado, persiste a día de hoy.
Una mala imagen en muchos casos
Muchas personas siguen pensando a día de hoy que los dispositivos chinos no son de fiar. Esto viene dado a que en muchas ocasiones, este software no viene adaptado a las necesidades de otros usuarios fuera de Asia y suponen un quebradero de cabeza para muchos de los que vivimos en esta parte del mundo.
Por supuesto es un prejuicio. Pero es cierto que estas capas suelen tener un estilo o unas características radicalmente diferentes a lo que podemos esperar de otras marcas como Motorola o BQ que dejan el sistema limpio. La estética o funciones que en Asia tendrían sentido pueden confundir al usuario occidental y darle una mala imagen.
Muchas funciones de poca utilidad o una estética muy especial pueden espantar a un comprador
Esto genera un estigma que echa para atrás a los compradores que suelen buscar una experiencia algo más conocida y que no quieren complicaciones en el software. Uno de los detalles que siempre estaban presentes a la hora de recomendar a Xiaomi hasa el Mi A1 fue MIUI, el cuál necesita una curva de aprendizaje.
Pero ¿y qué papel juega entonces Android One en este asunto? ¿Por qué Android One es la respuesta para que el éxito de las marcas chinas se consolide todavía más en nuestro mercado? Porque supone unos beneficios claros que erradicarían a su vez estos problemas.
Android One: la respuesta es Google
El cometido de Android One en todo este asunto es el de diversificar mercado. Por supuesto, las marcas chinas no van a desarrollar y adaptar nuevo hardware para otro mercado estando tan ocupados y centrados en el suyo propio. Que Google te lo proporcione es clave para poder dedicarte a un mercado y a otro al mismo tiempo.
Por una parte, ofreces una experiencia limpia y conocida a un público acostumbrado a esta clase de software. A esto le añadimos una buena política de actualizaciones que proporcionará buena fama tanto en estabilidad como en fiabilidad y permitirá abrir los horizontes fuera de las capas propias de cada fabricante.
La cercanía con Google dará confianza a aquellos escépticos que dudan en adquirir un dispositivo chino, ya que es obvia la necesidad de su presencia en Android. Además, sería un potenciador para el programa Android One y así la política de actualizaciones general mejoraría.
Así, la capa personalizada propia podría desenvolverse más libremente en terreno nativo, sin las ocupaciones derivadas de adaptar dicha capa a otros mercados extranjeros. En otras palabras: se podría potenciar con más esfuerzo el software propio ya que no existiría la preocupación de mejorarlo de cara al comprador occidental.
Pero todo esto no funciona sin un pegamento: la esencia. Se ha de mantener aquello que ha hecho famoso al fabricante, e incluir algunas de las mejoras de las capas personalizadas en el software puro de Android One para los más entusiastas de la firma.
Con Android One se abre un nuevo frente para que los fabricantes se unan y ofrezcan una experiencia unificada en cuanto a software, permitiéndoles centrarse en sus servicios según que zona y otorgando una solución universal dando poder de elección a los usuarios. Aunque esto sea una tarea pendiente, que aún está lejos de conseguirse.