Soy de esas pocas personas que no han probado aún un móvil todo pantalla en su día a día. Y ahora que tengo un teléfono con grandes marcos, os cuento mi experiencia.
Últimamente estoy viendo una tendencia que, personalmente, no me está gustando nada. Algunos dispositivos como el Google Pixel 2 pequeño son renegados por varios usuarios por tener unos marcos excesivamente grandes. Los gustos de una persona deben prevalecer, pero de ahí a decir que el teléfono no merece la pena, es un paso.
Y mis últimos móviles personales han sido teléfonos con bastante marco. De hecho, hasta la fecha no he probado un dispositivo con marcos optimizados. Por lo tanto ¿realmente importa el no tener un móvil todo pantalla? ¿Son los marcos tan horribles como parecen? Os cuento qué tal me va.
¿Son feos los marcos en un móvil?
Primero, centrémonos en un apartado el cuál cobra cada vez más importancia día tras día como es la estética. Tener un móvil todo pantalla suele ser un gusto a la vista, y teléfonos como los Xiaomi Mi MIX o los Samsung Galaxy S de turno son auténticas bellezas.
¿Y qué ocurre cuando tenemos marcos? Aquí dejaremos que la baza de los gustos personales juegue su papel. Realmente un teléfono puede ser bonito incluso con marcos. Sólo tenemos que remontarnos a algunas generaciones pasadas, y veremos que hay smartphones con un buen diseño frontal.
El ejemplo más directo es el Samsung Galaxy S7 Edge, el último smartphone en mantener las clásicas líneas estéticas de Samsung previamente al Galaxy S8. Sus marcos superior e inferior son muy generosos en comparación a lo que vemos hoy en día, pero no quita que el móvil siga siendo bonito incluso 2 años después de su lanzamiento.
En el uso del día a día, personalmente, no me parecen feos. Sí, un teléfono todo pantalla tendrá una estética mejor, ya que tienes más panel del que disfrutar. Pero no deja de ser algo subjetivo de cada usuario, y vuelvo a insistir en que en mi día a día no han hecho que me duelan los ojos. De hecho, me parecen indiferentes en ese apartado.
Otra cosa no, pero los marcos sí son cómodos
Lo que sí puedo aseguraros es que estos marcos suelen ser comodísimos. El problema de tener más panel en los móviles todo pantalla es que a veces aparecen los llamados «toques falsos», y siempre es preferible agarrar el teléfono de manera que nuestras manos no estén en contacto con la pantalla más allá de usarla, obviamente.
El tener estos marcos superiores e inferiores hacen que tengas una base por la que agarrar el teléfono cómodamente. Para cogerlo con las dos manos o una y evitar que la pantalla se ensucie en exceso. Teléfonos con un gran ratio de frontal como el Xiaomi Mi MIX son verdaderos armatostes no aptos para todos los bolsillos.
La usabilidad que te proporciona tener marcos por los que agarrar el teléfono sin preocuparte suponen un plus en seguridad en caso de malas caídas o en sí mismo mantenimiento higiénico del teléfono. Además, si se implementan bien, tenemos detalles adicionales como sensores de huellas en el frontal y altavoces frontales.
Si no los miras no existen
Como decía Homer Simpson: «Si no lo veo no es ilegal». Pero obviamente los marcos de un teléfono los ves a diario ¿entonces cómo olvidarte de ellos? Fácil: centrándote en el smartphone, y no en su pantalla.
Una de las ventajas de haber tenido tecnología desde hace tantos años es que ya hemos vivido con estos marcos. Antes de la tendencia «todo pantalla» estos marcos no dolían a la vista, y de hecho eran algo de lo más normal en la telefonía. La cuestión es que ahora muchos se desviven si ven un marco por el cuál hubiéramos matado hace años, y se nos olvida la máquina que tenemos entre manos.
Antes los marcos no nos dolían porque nos centrábamos en los móviles y no en su parte frontal
Volvamos al ejemplo del Google Pixel 2. Sí, sus marcos son dignos de un Ikea. Pero por otra parte, tienes un Qualcomm Snapdragon 835, 3 años de garantías y un panel AMOLED que no está mal. Además, nos llevamos la mejor cámara en un smartphone en la actualidad. ¿Entonces?
En el uso del día a día ni lo notas, por lo menos en mi caso. Sí, están ahí, pero tampoco me matan ni me fastidian la experiencia multimedia. De hecho, por decir, las veces que sí he tenido un «todo pantalla» entre manos era tal la incomodidad que echaba de menos tener, por lo menos, un marco más considerable en la parte inferior a lo Huawei P20.
Conclusión: no es un drama
Mi conclusión es simple: no tiene sentido desdeñar un smartphone porque tenga marcos. Obviamente tener más panel que disfrutar es mejor, y estos dispositivos son más atractivos si cabe. Pero el no querer un smartphone por este detalle, viendo las opciones que hay como los Google Pixel, algunos Xiaomi o ciertos Xperia me parece un error.
Debemos volver a centrarnos en el hecho de tener unos smartphones potentes, y entender que la experiencia multimedia no se ve mermada por tener algo más de marco. Es cierto que después del logro del iPhone X la obsesión está en alza, pero lo que suele ocurrir con las modas es que se esfuman.
Y recordemos que a diferencia de modas como la doble cámara o las pantallas OLED, la tendencia «todo pantalla» tiene un punto final. No, no se extinguirán. Pero ¿qué habrá después de conseguir el logro de tener dispositivos con el ratio total de pantalla?
Cuando se llegue a ese punto, no sabremos cómo continuar. ¿Qué será lo próximo? Nos habremos olvidado de lo que realmente nos proporciona un smartphone en pos de tener unos marcos que realmente, si lo analizas bien, no son tan nocivos para un móvil. Por lo tanto, realmente, los marcos son odiados por la moda. Y está claro que algún día los echaremos de menos.