Los tamaños de pantalla en los smartphones han ido en progresión, no es un misterio. Haremos un repaso exhaustivo sobre cómo la tendencia no ha hecho más que subir en los smartphones.
Muchos de vosotros recordareis que antaño, los tamaños de pantalla que hoy manejamos se hubieran considerado directamente tablets en vez de móviles. Las 3 y las 4 pulgadas de pantalla eran las reinas, y todo apuntaba a que el tamaño de las pantallas no haría más que subir.
Hoy haremos un viaje al pasado y haremos un repaso concienzudo sobre los tamaños de pantalla y su progresión en la historia. Veremos cómo unos cuantos abanderados han sido los causantes de que ahora nuestros paneles sean cada vez más grandes.
2007: el iPhone y su revolución del mercado
Tiempo otrora, el móvil se consideraba eso: un móvil. Las pantallas de los teléfonos sólo servían para mostrar la información, y nada más. A si que la revolución fue más increíble si cabe con el primer iPhone, el primer (valga la redundancia) móvil de los chicos de la manzanita.
El dispositivo en cuestión puso una idea en la mesa hasta ahora desconocida: usar la pantalla para gestionar la información en vez de proyectarla. Se podría decir que aquí nació el primer concepto de lo que sería a día de hoy un «smartphone».
El iPhone inició la guerra con una pantalla que ahora nos sonará a risa: su tamaño era de 3.5 pulgadas en una resolución de 480 x 320 píxeles y una densidad de 163 ppp. Y aunque os parezca raro, este tamaño fue algo muy grande en esa época.
La cuestión es que, como ha pasado en repetidas ocasiones hoy en día, el iPhone marcó tendencia. Tanto incluso que fue el mismo el que sentó las bases de Android en su momento, y pocos adivinaron un fenómeno que se iba a producir.
Para que os hagáis una idea: el Xperia XZ1 Compact, el dispositivo de formato compacto de la anterior generación, tiene 4.6 pulgadas de pantalla. Es 1.1 pulgadas más pequeño que un dispositivo que hoy en día consideramos enano. Y si lo comparamos con la última generación de iPhone… no vamos mejor.
Al pasar la pantalla a ser un medio de gestión de información, esto supuso que tarde o temprano el apartado multimedia cobraría más y más impulso. Además, ya la tecnología nos puso en precedentes de los aumentos de pantalla, y la que puso los cimientos fue la firma coreana Samsung.
2011: 4 años después Samsung inicia la guerra
Aunque los Samsung Galaxy ya empezaron su andadura, Android al principio no consiguió tanto renombre como lo hizo el primer iPhone. A si que cuando el sistema ya se consolidó lo suficiente, empezaron las locuras. El siguiente paso tuvo nombre: Samsung Galaxy S2.
Ya el dispositivo superó al iPhone en cuanto a pantalla, subiendo hasta las 4.3 pulgadas. La resolución era muy superior, HD. Y sobre todo, la tecnología AMOLED consiguió que durante mucho tiempo se tuviera a este smartphone como uno de los mejores de la historia.
Ya hubo otros smartphones que se empezaron a subir al carro de las 4 pulgadas, y ya en ese momento se tenía a la gama S de los Galaxy de Samsung como unos smartphones grandes.
El Samsung Galaxy Note cambia el juego
Pero no fue hasta meses después cuando Samsung tiró la ventana y sacó al verdadero arsenal, inaugurando así la gama Samsung Galaxy Note.
Pensad por un momento en que por esos tiempos hablábamos de dispositivos de apenas 4 pulgadas teniéndose por teléfonos grandes. Samsung inauguró la gama Note en octubre de ese mismo año con el Samsung Galaxy Note de 5.3 pulgadas de pantalla. Su tecnología era AMOLED y su resolución era de 1280 x 800.
De golpe y porrazo, se subieron 2 pulgadas rozando ya el estándar actual de las 5.5 pulgadas. La evolución fue tan brusca que la gente no se lo esperaba y se hicieron todo tipo de burlas y chistes sobre este tamaño de pantalla tan abrumador. No obstante, sentó las bases de la estrategia de Samsung actual y del llamado concepto phablet.
Y este es el verdadero inicio de la tendencia, ya que a partir de aquí, el estándar nació. Porque por muchas críticas que se llevase el Galaxy Note, fue un dispositivo que causó sensación. El siguiente estándar las constituyeron las famosas 5 pulgadas.
2013-2016: tres tamaños de pantalla muy extendidos
En estos años se ha ido evolucionando desde ese entonces hasta diversos tamaños de pantalla. Aunque los phablets tuvieron su gran cuota de mercado y han adquirido la fama que les precede hoy, desde la salida del estándar de las 4 pulgadas se ha ido oscilando entre 3 tamaños de pantalla.
Por una parte, las 5 pulgadas se estandarizaron como los teléfonos intermedios por excelencia, manteniendo la ergonomía de los teléfonos de hace años y no siendo excesivamente pequeños. El tamaño intermedio ascendió hasta las 5.2 pulgadas, posicionándose como el límite de la comodidad.
Existen grandes exponentes de estos tamaños. Sony, con su Z Compact, se afianzó en el tamaño de las 5 pulgadas y por debajo de ellas. HTC se apropió del concepto de las 5-5.2 pulgadas con sus HTC One, teniendo varios tamaños y los más grandes se quedaron para la gama G y la gama Note de LG y Samsung, respectivamente.
Mientras que las 5 pulgadas iban quedando pausadamente para los más conservadores, las pantallas fueron aumentando hasta las 5.5 pulgadas
Ya fue a partir del año 2014-2015 cuando vimos que los teléfonos de gama alta se apuntaban a las 5.5 pulgadas como estándar de «gran pantalla». A la gente le empezó a saber a poco las 5 pulgadas y el tamaño de 5.2 se mantuvo al pie del cañón dejando atrás a su antecesor cada vez más.
Los ejemplos están claros. La gama de LG, pasando desde el LG G3 hasta el LG G5 ha seguido el estándar de 5.5 pulgadas, y la gama S de los Galaxy ha ido escalando paulatinamente desde las 4 pulgadas hasta las 5.1 del Samsung Galaxy S5. No ha sido hasta el Samsung Galaxy S8 cuando ha cambiado la tendencia.
Las 6 pulgadas de pantalla se tocaron, pero rozaban tan peligrosamente el tamaño de una tablet que sólo los acogieron los verdaderos amantes de las pantallas. Uno de los que más se atrevieron fue Xiaomi con su primer Xiaomi Mi Max, un monstruo de 6.4 pulgadas.
Pero fue en el año 2016-2017 cuando vimos la auténtica evolución la cuál se mantiene a día de hoy. Un paso adelante que se divide en dos con nombres muy marcados: LG G6 y Xiaomi Mi MIX.
2017: hola estilo, adiós comodidad
En octubre de 2016 y principios de 2017 hubo una revolución llamada Xiaomi Mi MIX. Un teléfono conceptual de la firma china que dio un golpe en la mesa con sus líneas de diseño claras: era un dispositivo totalmente todo pantalla con un único marco en la parte inferior. Todo un portento que dejó la boca abierta a todos.
El revuelo fue brutal. La pantalla subía hasta las 6.4 pulgadas y los marcos ultra reducidos daban una sensación de tener un dispositivo increíble. Aunque su precio inicial fue un pequeño lastre, el Mi MIX inició una tendencia para ver quién tenía la pantalla más grande.
Claro está, no todos los teléfonos iban a ir de esta forma. Sería una locura que la única alternativa que tuviéramos los compradores fueran estos armatostes. Por lo tanto, LG supo ver su oportunidad. El Samsung Galaxy S8 estaba asomando la patita y el fiasco del LG G5 debía finalizarse pero ya.
Y esto era especialmente crítico, ya que aunque LG no se constituyera como un súper ventas, sus G se consolidaban como buenos dispositivos y siendo teléfonos tan grandes con 5.5 pulgadas, debían dar un salto cualitativo. Así nació el LG G6.
LG inauguró el estándar intermedio entre un Xiaomi Mi MIX y un teléfono con marcos convencionales: el LG G6. Un tope de gama que se caracterizó por tener unos marcos muy reducidos de pantalla pero sin tener un tamaño y una ergonomía desastrosas.
Pero tanto el Xiaomi Mi MIX como el LG G6 lograron una hazaña de la que nos beneficiamos ahora. Al aumentar la pantalla y reducir los marcos, se consigue un mayor tamaño del panel manteniendo el tamaño general del dispositivo.
La cuestión es que en tamaños de 5.5 conseguimos tener ratios de pantalla todavía más grandes. Y esto ha derivado en una caterva de dispositivos cuya principal prioridad es reducir el tamaño de los marcos y obtener más ratio de pantalla para el usuario.
Esto se ha trasladado hasta nuestros días actuales en el año 2018, donde las 5.5 pulgadas han quedado a un lado y son las cifras superiores las que han copado el mercado, llegando incluso hasta las 6 pulgadas de pantalla como nuevo (casi) estándar.
2018: las 6 pulgadas han llegado para quedarse
Los Galaxy S8 y S9 han instaurado los ratios enormes de pantalla, con 5.8 y 6.2 pulgadas en sus versiones estándar y Plus. Como hemos dicho, las pantallas han aumentado y así se han conseguido tamaños comedidos con los que aumentar la resolución sin perder ergonomía en exceso.
El límite de la ergonomía ha quedado relegado y ahora se pueden llegar a las 6 pulgadas en un tamaño de unas 5.5 pulgadas. Por lo tanto, ahora tenemos phablets en potencia y de hecho, está empezando a ser complicado el encontrar un dispositivo que esté por debajo de la línea de las 5.5 pulgadas.
El ejemplo más directo ha sido con el Xperia XZ2 Compact de Sony, el cuál históricamente ha estado por debajo de las 5 pulgadas para ofrecer algo más comedido al público que reniega de los teléfonos grandes. Ahora, ha subido hasta las 5 pulgadas de pantalla.
Desde aquello, la tendencia no ha hecho más que subir. Los marcos son cada vez más reducidos optimizando así el tamaño de los smartphones, pero estamos lejos de ver que la tendencia se reduzca o veamos todavía más optimización, ya que las cuotas que se están alcanzando.
De otra forma, también dependemos de los ratios de pantalla. La relación de aspecto de las pantallas de los smartphones que determinan el alto y ancho del dispositivo están movidas estos años, y vemos cómo se están cambiando unas reglas del juego que antes no se habían tocado.
No podemos olvidarnos del ratio de pantalla
Hasta el momento, el estándar del llamado ratio de pantalla ha sido el ya tradicional 16:9. Esto implica que las resoluciones de pantalla eran las las estándar, por ejemplo, en el caso del Full HD que soportaba los 1920 x 1080 píxeles. Ahora esto ha cambiado.
En 2017 con la llegada del LG G6 se empezó a ver el ratio 18:9. Este formato más alargado ofrece una experiencia más panorámica que la del 16:9, siendo en alto más alargado y por lo tanto aumentando ligeramente la resolución.
Por ejemplo en el caso del Full HD hemos pasado al Full HD+, o lo que es lo mismo, 2160 x 1080 píxeles. Esto se aplica también en otros formatos, quedando de esta forma:
- HD+: 1440 x 720 píxeles.
- Full HD+: 2160 x 1080 píxeles.
- Quad HD+: 2880 x 1440 píxeles.
Hay un par de excepciones, ya que por ejemplo los terminales de Samsung (los Galaxy S8 y S9) usan el ratio 18.5:9 debido a la curvatura de sus pantallas. Un ratio algo modificado pero que sigue siendo alargado dando una sensación más panorámica en la pantalla.
¿Y qué pasa con el 4K? Hasta la fecha, sólo hay un dispositivo que se haya atrevido con tamaña resolución: el Sony Xperia XZ Premium, el cuál tiene dicha resolución (aunque no permanentemente). Aún queda para ver un paso evolutivo en este orden.
Pero no para la fiesta. El 18:9 se ha instaurado de tal manera que ya es raro ver un dispositivo con el ratio tradicional de 16:9. Pero incluso sin estar totalmente estandarizado, el 18:9 está dejando paso a otro ratio todavía más panorámico: el 19:9.
Esto se debe a la herencia de la revolución que supuso el iPhone X, el primer smartphone de la compañía «todo pantalla» (y «todo pantalla» de verdad»). Al tener un marco prácticamente inexistente y ocupar un panel por casi todo su ratio, la cámara delantera y los sensores se albergaron en un trozo de marco en la parte superior.
Este ratio se está empezando a ver, ya que es ahora cuando los competidores están adoptando el polémico «notch» para dar una sensación de mayor inmersión (o eso, o que simplemente quieren copiar al iPhone). Sólo un puñado de dispositivos están subiéndose al carro, siendo el 18:9 el formato más adoptado ahora mismo.
¿Qué será lo siguiente?
Hace unos años soñábamos con un dispositivo que fuera todo pantalla de verdad. Estamos cada vez más cerca de ese futuro, y el ejemplo más claro es el VIVO Apex, el concepto de smartphone que suscitó tanto interés que al final se venderá comercialmente.
Este terminal presumirá de tener el mayor ratio de pantalla frontal hasta la fecha, un 91%. Un porcentaje increíble que de verse en el mercado occidental, sería un gran impulso para que todas las marcas tradicionales le dieran impulso a este apartado.
Lo que vendrá después será simple: móviles «todo pantalla» de verdad. Aún no sabemos cómo, y quizás tardemos más de la cuenta en poder disfrutar de ello. Pero tras el uso de la pantalla que inició el iPhone, la grandeza de las pantallas que promovió Samsung y la ausencia de marcos que provocó el Xiaomi Mi MIX, queda que VIVO haga lo mismo con su Apex y revolucione el mercado.