Durante los últimos años los videojuegos han pasado de ser un simple entretenimiento a convertirse en una de las industrias más lucrativas a nivel mundial. Los smartphones se han convertido en uno de los medios favoritos para jugar, pero no siempre son el más óptimo. Analizamos los puntos a favor y en contra.
Android y su situación con los videojuegos: Está bien, pero…
Hablar de los videojuegos siempre es un tema delicado. Cada persona tiene sus propios gustos, lo que hace que sea difícil encontrar un punto intermedio. Y en el mundo de los videojuegos tenemos una gran variedad de géneros.
Jugar a los videojuegos hoy en día es mucho más que «matar marcianitos», todo es más complejo. Tenemos juegos que nos puedan poner en la piel de un piloto, vivir las aventuras de un héroe, convertirte en estratega. No todos los videojuegos funcionan igual, y mucho menos se juegan de la misma manera.
Un ejemplo muy sencillo está en los shooter, un género en el que tendremos que disparar. Es mucho más cómodo jugar a este tipo de juegos en un ordenador por la precisión que aporta un ratón, mientras que otros juegos se controlan mejor con un mando.
Android está plagado de juegos, pero muy pocos son de claidad.
La llegada de las pantallas táctiles ha revivido de forma mágica los juegos de cartas. Hearthstone o Clash Royale son un ejemplo de que se pueden crear juegos de calidad para el móvil, e incluso reinventarse. También es la oportunidad de juegos clásicos para renacer, como Yu-Gi-Oh Duel Links, juego al que últimamente estoy invirtiendo bastante de mi tiempo de juego.
En Android e iOS hay muchos casos de éxito, pero por algún motivo los jugadores de toda la vida nunca terminamos de estar contentos. Parece como si quisiésemos tener una Playstation 4 en el bolsillo en lugar de los mil clones de Candy Crush que hay en Google Play. ¿Es posible? ¿Tiene sentido?
Un punto para mirar al futuro, lo que nos propone la tecnología
Miremos al smartphone como una plataforma más para jugar a videojuegos. ¿Realmente tiene la capacidad para sustituir a una consola? ¿Qué necesita de ser así? Analicemos punto a punto.
En términos de potencia, está claro que en Android tenemos exponentes con músculo de sobra. Pensemos en la Nintendo Switch, una consola que a día de hoy incluye un procesador de Nvidia para tablets que es de 2015. En su día era muy potente, pero a día de hoy cualquier móvil competente le sobra potencia. Podríamos tener si quisiésemos juegos del calibre como Zelda: Breath of the Wild.
¿Es que desarrollar para móviles es muy complicado? Tampoco creemos que sea la causa, ya que motores gráficos como Unreal Engine 4 o Unity 3D permiten a los desarrolladores crear juegos que funcionen igual en cualquiera de las plataformas disponibles, siempre que el procesador sea capaz.
Quizás la única limitación técnica con la que nos podríamos encontrar es el almacenamiento, y es que los juegos con un nivel decente de detalle pueden ocupar entre 4 y 10 GB de almacenamiento, pudiendo llegar a 50 en los juegos más punteros (aunque estos si que no los podríamos jugar en un móvil).
Fortnite y el punto de inflexión entre lo antiguo y lo moderno
Al igual que en muchas otras industrias, en los videojuegos existen ciertas modas. Hay periodos de juego en los que parece que todo el mundo juega a la misma cosa (aunque después el resto de géneros mantenga su público habitual). En estos momentos, los Battle Royale son los reyes.
Ya conocimos PUBG para Android, aunque el que últimamente está dando más que hablar es Fortnite. Epic Games ya declaró que tendríamos Fortnite para Android en verano, a pesar de que hace ya un tiempo que se puede jugar en iOS.
Fortnite podría demostrar que los móviles tienen mucho más que ofrecer.
Reconozco que no es un género que me encante, pero en la mayoría de ocasiones que lo he jugado me he visto más cómodo jugándolo en mi iPad Pro en lugar de hacerlo en mi sobremesa o en PS4. Básicamente siento la misma experiencia de juego, pero pudiendo jugar donde quiera.
Probablemente cuando llegue a Android acabaré jugando más a este juego, ya que si lo comparamos con los juegos que hay en Android, está varios escalones por encima a nivel de jugabilidad. Al igual que ocurre con Hearthstone o Minecraft, Fortnite no me hace sentir que estoy jugando a una versión mobile descafeinada, sino a una versión sin compromisos.
¿Un mando para gobernarlos a todos?
Si atendemos a las palabras de Google, a día de hoy existen más de 2000 millones de usuarios de Android. Entre tantos dispositivos el género de los juegos simples es el que mejor funciona, pero eso no significa que los juegos elaborados pierdan su público. Al contrario, los jugadores exigentes aportan una estabilidad, ya que suelen ser más leales a sus juegos favoritos que al público casual.
No obstante, la fragmentación aquí juega un papel crucial. Los desarrolladores saben cuantos usuarios de Android existen hoy en día, pero no tienen ningún tipo de información de las especificaciones el usuario, ni de la edad o versión del sistema operativo que utilizan.
Google está perdiendo un filón con los fabricantes y operadores, donde podrían crear una especie de «certificado» de móviles preparados para jugar, así como packs de periféricos que nos sirvan para tener la mejor experiencia. Un punto que sirva de referencia a los desarrolladores, indicándoles el alcance real que podrían tener con juegos más arriesgados.
A día de hoy resulta inviable tener un mando para jugar con el móvil.
Aunque parezca que hemos evolucionados, hay muchos aspectos en los que Google podría mejorar su plataforma para los videojuegos. Apple por otro lado le lleva ventaja en este terreno, pero también tienen muchos asuntos pendientes por mejorar.