Primero fue Playeruknown’s Battlegrounds, el primer Battle Royale que aterrizó en el panorama de los videojuegos y puso la bomba. Luego, fue Epic Games con Fortnite Battle Royale el que la activó, y todo el mercado de videojuegos acabó copado por este título. Recordaremos al año 2018 por el año de Fortnite, y pasará tiempo hasta que su gloria se acabe.
Por ello, se tenían muchas esperanzas acerca del lanzamiento de Fortnite para Android, el cuál iba a revolucionar el concepto de «videojuegos móviles». Pero para un servidor, no sólo no ha sido un lanzamiento tan impresionante, sino que se han cometido varios errores importantes. Por ello, os enseñamos en qué ha fallado Epic y cómo se podría haber solucionado.
Un lanzamiento especialmente importante
No pretendo atacar gratuitamente a Epic en absoluto. Esta desarrolladora ha conseguido crear un juego que mueva masas y cree hype allá por donde va. Pero el problema es que Android es un sistema masivo: el más usado del mundo por encima incluso de Windows. Si Fortnite había conseguido llegar a casi todos los hogares mediante consolas y PC, gracias a Android podrían haber conseguido muchísimo más.
Repasaremos uno a uno los puntos en los que dicho lanzamiento ha errado y que de no haberlos tenido, a mi parecer, hubieran proporcionado a Epic muchísimo más beneficio del que obtendrá con el modelo elegido para lanzar Fortnite para Android.
Google Play, un salvavidas demasiado caro para Epic
Para mí, el principal error que ha cometido Epic Games sin duda ha sido el prescindir de la Google Play para distribuir el juego. Sí, puedes instalar un instalador de forma sencilla y desde la página oficial (algo muy seguro realmente), pero el tema de los APK y los usuarios medios-bajos, que son gran mayoría en Android, no es que sea demasiado intuitivo.
Epic rechazó que el juego estuviera en la Google Play debido a que esta se comería el 30 por ciento de los beneficios totales del juego. Aunque esto pueda parecer mal por parte de Epic, es en parte comprensible, sólo mirando las cifras. Fortnite cerró el año pasado con unas cifras de más de 2 000 millones de dólares. En iOS llevan ya la friolera de 15 millones de dólares, quedándose en 9.75 millones para Epic directamente.
Esto sólo en consolas, PC e iOS. Imaginaos una distribución mundial de Fortnite para Android; hablaríamos de una cantidad abismal de dinero, y que aunque Epic se llevaría un pedazo mayor, Google prácticamente recibiría un sobresueldo gracias a un trabajo que no es suyo. Los motivos de Epic son comprensibles viendo las cifras, pero es un error.
La Google Play Store te garantiza ciertas cosas: seguridad a la hora de descargar el juego, una mayor accesibilidad de este juego a los jugadores, cancelar el acceso a dispositivos no compatibles, actualizaciones seguras… ¿En serio ese 30 por ciento es tan prohibitivo en pro de esas ventajas? Sabiendo a la cantidad de gente a la que podría haber llegado, no creo que sea una decisión idónea.
De hecho se a sabido que hasta hace poco era posible instalar malware a través del instalador del propio juego, aunque es algo que se ha corregido rápidamente.
Exclusividad, no exclusividad: he aquí la cuestión…
Otro de los grandes fallos a mi parecer ha sido el de la distribución del juego, alejándonos un momento del tema de Google Play. Se especuló mucho sobre si el juego iba a ser exclusivo del Samsung Galaxy Note 9, y hasta que en la presentación de este no se dejó «claro» que no, incluso directivos y empresarios no tenían claro cómo funcionaba la cosa. Luego, se supo por parte de la página de Epic que el juego sólo estaba reservado por ahora a los Samsung Galaxy.
No contentos con ello, el juego pasó a necesitar invitación. Es entendible, el juego debe testearse en beta y viendo el volumen tan masivo de usuarios que iban a llegar al juego no sería lógico lanzar una beta pública, los servidores explotarían. El problema no fue la beta por invitación. El problema fue la lista de dispositivos compatibles. He aquí la lista extraída de la página de Epic Games:
Samsung Galaxy: S7 / S7 Edge, S8 / S8+, S9 / S9+, Note 8, Note 9, Tab S3, Tab S4 Google: Pixel / Pixel XL, Pixel 2 / Pixel 2 XL, Asus: ROG Phone, Zenfone 4 Pro, 5Z, V Essential: PH-1 Huawei: Honor 10, Honor Play, Mate 10 / Pro, Mate RS, Nova 3, P20 / Pro, V10 LG: G5, G6, G7 ThinQ, V20, V30 / V30+ Nokia: 8 OnePlus: 5 / 5T, 6 Razer: Phone Xiaomi: Blackshark, Mi 5 / 5S / 5S Plus, 6 / 6 Plus, Mi 8 / 8 Explorer / 8SE, Mi Mix, Mi Mix 2, Mi Mix 2S, Mi Note 2 ZTE: Axon 7 / 7s, Axon M, Nubia / Z17 / Z17s, Nubia Z11
Como podéis ver, son sólo dispositivos de gama alta. En defensa de Epic diré que esta lista abarca dispositivos bastante antiguos, como los Galaxy S7, los Xiaomi Mi MIX o los Xiaomi Mi 5. Lejos de eso, estos dispositivos no es que sean masivos, y no todos tenemos un móvil de gama alta para jugar. Quizás con unas especificaciones de base que el jugador pudiera alcanzar valdría, pero una lista de teléfonos específicos y todos de gama alta…
… y da igual, van a parchear el juego de igual forma
Epic Games ha hecho todo esto gracias a su miedo por quizás el mayor mal de Android: la piratería. No ha tenido problema en lanzar el juego de forma convencional en iOS debido a que en la App Store y en el sistema de iOS es casi imposible realizar piratería, y aquí se nos permite instalar aplicaciones mediante archivos APK, por lo que sólo tienen el juego los que lo quieren tener.
El caso es que volvemos a lo mismo: para instalar el juego que Epic nos proporciona si nos apuntamos a la beta necesitamos un instalador que nos instala Fortnite para Android. Ese archivo se puede intercambiar, y los modders parchearán el juego sin pestañear en pos de abrir el juego a más gente, poner enlaces de descarga compatibles con más dispositivos y el propósito se perderá.
A si que da igual todo esto, porque el juego se parcheará igual y sufrirá la piratería, quizás con menos contundencia.
Y por último: la «gran» optimización
Aquí voy a andar sin tapujos. Llevo siendo jugador de Fortnite en PC bastante tiempo (ya no) y os puedo asegurar que tiene una lacra importante; está bastante mal optimizado. No a nivel de rendimiento, ya que el juego se puede ejecutar en hardware comedido. El problema son los fallos, las incompatibilidades y los problemas en línea.
Hay tirones en las batallas en línea, lageos, bugs varios (sobre todo cuando lanzan una nueva actualización) y lo peor de todo: la poca optimización que tienen sus actualizaciones. Sólo diré esto: para incluir los carritos de supermercado (sólo en esa actualización) tuvieron que añadir un giga y medio de parche. Para unos carritos de supermercado.
Y esto se refleja en cierta manera en las especificaciones básicas necesarias para jugar a Fortnite para Android. Si vemos las especs de los dispositivos menos «potentes» de la lista de Epic, veremos que lo mínimo que se precisa es un Qualcomm Snapdragon 820 con 3 GB de memoria RAM. ¿Comprensible para un juego que está en beta y que consume muchos recursos? En parte…
El Qualcomm Snapdragon 660, así como el Qualcomm Snapdragon 710 son más potentes que un Qualcomm Snapdragon 820. Son procesadores de gama media que se están viendo en terminales súper exitosos, como el Xiaomi Mi 8 SE o el Xiaomi Mi A2. Y con esto, sumado a sus 4 o 6 GB de memoria RAM, debería darnos un rendimiento más que excelente.
No contento con ello, el juego está limitado a 30 frames por segundo incluso en dispositivos tan potentes como los Samsung Galaxy de gama alta, que tienen buena fama en cuanto a juegos. ¡Incluso están así en dispositivos pensados para el gaming, como el Razer Phone!
Finalizo este post con una reflexión: Fortnite dejará de ser una moda y se quedará en el olvido llegado el día, y que Epic Games haya tomado estas decisiones podrían influir en este suceso. Para entonces, espero personalmente que Epic sepa reflexionar y volver atrás, suplir los errores del lanzamiento y mejorar Fortnite para Android… para los jugadores.