Si tras años como usuario de iOS te surge la imperiosa necesidad de hacerte con un terminal Android, igual ha llegado el momento de hacerlo aprovechando la salida del Google Pixel 3. Y para no abandonarte con tal quebradero de cabeza, ahí va mi experiencia personal dando bandazos entre ambos sistemas operativos.
El buque insignia de Google y su temible pantalla
Cuando en 2017 Google lanzaba el Google Pixel 2 no dudé en hacerme con uno tras años de fidelidad a iOS, un sistema operativo que me funcionaba y del que me consideraba fan. Sin embargo, tenía claro que después de años de devoción también me apetecía pasarme a Android para terminar de una vez con la batalla iOs vs Android (lo que viene siendo formarse una opinión propia y con fundamento).
El smartphone de Google, aunque estéticamente no me resultaba llamativo, me proporcionó ese acercamiento con Android que como usuario de iOS llevaba tiempo buscando. La transición fue rápida e indolora. Un terminal con una fluidez excelente, un rendimiento que no tenía nada que envidiar al iPhone al que tanto cariño le tenía y con una cámara asombrosa.
La decepción llegó tras la experiencia de uso. El panel del terminal desmejoraba en gran medida los logros de su cámara, y en general, de todo lo bueno del Pixel. Su brillo dejaba mucho que desear y acababa usando mis manos a modo de visera para lograr contestar un WhatsApp a plena luz del sol.
¡Y aquí un apunte! La decepción fue hacia el terminal, no hacia el sistema operativo del que estaba gratamente sorprendido.
A nadie le amarga una manzana: vuelta al iPhone
No obstante, tras casi medio año con Android en mis manos, también empezaba a echar de menos la pragmática del ecosistema de Apple. En este punto llegué a replantearme si empezaba a tener cierta adicción a los productos de la compañía. Rememoraba con cariño esa integración perfecta entre iPad, iPhone e iMac. Trabajar a través de los dispositivos de la marca era un punto a favor para decantarme de nuevo por ella, y es que son muchas las ventajas en cuanto a usabilidad si deseas sacarle partido al ecosistema de la manzanita.
La experiencia de usuario es indudablemente buena con iOS. Poder empezar cualquier tarea en un smartphone y acabar terminándola en tu ordenador con una sincronización al segundo favoreció en gran parte el abandono de Android y el reencuentro con mi antiguo compañero: el iPhone.
Además, en esta encarnizada batalla el iPhone me brindaba esa estabilidad que, real o no, desprende y es una ventaja que todo usuario del terminal destaca. La sensación cuando llevas un tiempo usando los teléfonos de Apple es que son inmortales y que funcionarán sin problemas durante años. Nada más lejos de la realidad, ya que como usuario he sufrido en mis carnes tener que cambiar la pantalla o la batería del iPhone en alguna ocasión.
Y de lo que no tenía duda era de que Google no había conseguido ni aproximarse a las elegantes líneas del iPhone. Apple parece tratar con mimo al diseño de sus terminales para dar esa impresión de «lujo», y en ese apartado a mí me tenía comprado. Usando el Pixel a diario de vez en cuando echaba de menos las características físicas de mi anterior dispositivo.
Por último, y para mi sorpresa, me quedé finalmente con iOS por la sencillez. El sistema operativo de Apple es extremadamente simple y agradecí volver a él tras pasar por el móvil de Google. Para un usuario que jamás haya tenido Android penetrar en su sistema puede parecer algo complejo (pero el esfuerzo merece la pena).
El Pixel 3 aparece en el mejor momento tras los errores de Apple
Aunque son muchos los que criticaron la aparición del Google Pixel 3 casi a finales de año por la inmediata salida de nuevos procesadores, lo cierto es que Google retaba directamente a la manzanita en una vorágine de críticas por los problemas de carga en los iPhone XS y XS Max.
Apple nunca está exento de críticas cuando sus nuevos terminales ven la luz, pero este año algo ha cambiado. Parece que la compañía ha permitido que algunos de sus más acérrimos usuarios se decanten por inclinarse a probar Android (he ahí mi caso personal) ¿Por qué? Porque un terminal de gama alta con ese precio no puede descontentar a sus usuarios (por muy devotos que sean).
La polémica estaba servida tras la salida de los nuevos iPhone. Apple mostraba cierta dejadez y un exceso de confianza hacia los fieles usuarios de iOS. No es ofrecer lo de siempre, es decidir ofrecer menos en vez de más.
Si tras el Keynote de Apple de este año te quedaste con ganas de más, igual es porque como a mí, ahora mismo sus terminales te llegan a aburrir ¡Ojo! Y esto no desmerece a la calidad de sus productos, va más allá de eso. Vivimos en una etapa de esplendor tecnológico en la que mensualmente aparecen dispositivos que logran diferenciarse de la competencia por pequeños despuntes; ya sea en su estética, en la cámara o con un desbloqueo revolucionario. Y esta es una de las claves por las que finalmente me decanto este año por el Pixel 3 frente al iPhone XS. Ni si quiera la actualización a iOS 12 me sedujo lo suficiente como para no zarpar hacia las aguas de Android.
¡Lo siento Apple! Una Keynote que no sorprende, un terminal que sale a la vente con problemas de carga, un precio por las nubes y una actualización poco seductora.
Y el terminal de Google apareció como una brisa fresca de verano. Ese cambio de aires que necesitas para romper la rutina, esa escapada rural para respirar aire fresco tras convivir 24/7 en la sofocante ciudad ¿El problema? Cuando esa escapada resulta ser tan acogedora que acabas por no volver a la urbe jamás de los jamases.
Claves para dar el salto definitivo al Pixel 3
Llegados a este punto, y para rematar la travesía iOs vs Android, te dejo los que son, a mi parecer, los puntos fuertes por los que hacerte con un Pixel 3:
- La pantalla de este nuevo Pixel acaba con el principal problema de su antecesor. El Pixel 2 podría haberse apodado «El del panel azulado». Sin embargo, su ascendente cuenta con tecnología OLED con la que Google ha querido echar por tierra todas esas críticas que le surgieron al hermano mediano de los Pixel.
- No tengas miedo a introducir en tu ecosistema de Apple un dispositivo Android ¡Qué viva la interconexión! Que sean de distintos fabricantes no entorpecerá en nada tu trabajo, más aún con la existencia actual de aplicaciones que facilitan mucho el trabajo a través de diferentes sistemas operativos.
- Bendita cámara del Pixel. «Nada nuevo por estos lares» podrías pensar, pero sí hay algo que cambia tremendamente la experiencia de uso de la cámara en este terminal: su pantalla. El nuevo Pixel 3 no solo permite realizar fotografías impresionantes ¡También permite disfrutarlas! El panel actual sí le hace justicia a este apartado del que Google parece ser el rey. Especial mención al gran angular de su cámara delantera. Y es que esta permite no necesitar un brazo extensible para realizar una fotografía en la que aparecen más de dos personas.
- No me llevo bien con el reconocimiento facial ¡Qué gustazo decirlo! Aunque esta tecnología me parece un avance tremendo y atractivo, me resulta incómoda cuando el terminal no te reconoce a la primera. La ausencia del Face ID en el Pixel 3 me dio una alegría. El lector de huellas en la parte trasera es algo comodísimo y muy bien integrado en los terminales Android. La fluidez del reconocimiento facial en iOS me sigue resultando insuficiente pese a ese chip A12 que promete mejorar la experiencia mediante el uso.
- Sumérgete en el cambio. Sí, este es mi principal reclamo. Siempre tendrás tiempo de volver a iOS (igual para cuando incluyan un adaptador para carga rápida en la caja), pero el Pixel te ofrece la oportunidad de dar el salto a un terminal de gama alta como pocos y disfrutar de Android a todo trapo.
Si estabas buscando una buena excusa para pasar de iOs a Android estás de enhorabuena. Google, con su Pixel 3 y su Pixel 3 XL, da luz verde a ese salto al abismo que muchos «Apple fans» no sabíamos si hacer.