Android siempre ha tenido la «mala fama» de consumir energía en exceso. No solo porque el hardware ha ido creciendo en prestaciones casi de manera exponencial, también por la propia manera de funcionar del sistema. Ejecutar las aplicaciones Java en una máquina virtual hizo que el sistema arrancase con un lastre en el rendimiento; lastre que Google ha ido minimizando hasta casi desaparecer en las versiones actuales.
Aunque no lo creas, tu dispositivo Android hace mucho por consumir lo mínimo posible en todos los entornos donde puedes utilizar (o no) tu smartphone. En este ahorro no solo colabora activamente el sistema, también el procesador, los componentes del dispositivo, las aplicaciones y la propia capa del fabricante. Todo para conseguir que la pantalla no se apague antes de que puedas llegar al enchufe.
A continuación realizaremos un paseo por cómo ahorra batería tu Android, incluso aunque tú no te empeñes en ahorrarla de manera activa. El desarrollo hasta lo que tenemos en Android 9 Pie ha sido arduo, basta con visitar trazar una retrospectiva a los primeros días de nuestro sistema.
Dalvik, ART, Doze, Adaptive Battery… La historia de Android está llena de nombres propios
Como es lógico en cualquier software que lleva años desarrollándose y puliéndose, el Android de ahora no tiene nada que ver con el Android que inició su andadura en los smartphones. Pese a que el espíritu sea el mismo y los dos compartan parte del funcionamiento, mantengan el núcleo Linux y ofrezcan una manera similar de desarrollar e instalar aplicaciones, Google ha evolucionado el funcionamiento para que sea lo más eficiente posible.
En los inicios de Android las aplicaciones se ejecutaban en una máquina virtual llamada Dalvik. Este proceso hacía que utilizar apps nativas fuese menos óptimo que en sistemas como iOS ya que la virtualización consume muchos más recursos, también energía.
La máquina virtual siempre fue uno de los lastres de Android en batería, no en multitarea
El proceso de virtualización mejoró cuando Google introdujo ART (Android Runtime) en Android KitKat 4.4. Primero como opción (podíamos intercambiar entre Dalvik y ART), después de manera obligatoria a partir de Android Lollipop. El cambio fue enorme en cuestión de ahorro de batería: las aplicaciones no se compilaban antes de iniciarse ya que ART guarda la compilación cada vez que se instalan nuevas apps. De este modo arrancarlas es más rápido y más eficiente energéticamente.
Otro de los puntos de inflexión en el ahorro de batería a nivel de sistema fue Doze. Dado que las apps y servicios se mantenían en segundo plano incluso con la pantalla apagada Google introdujo en Android 6.0 Marshmallow el sistema Doze, un método de «hibernación» con el cual el móvil pasa a un modo de mínimo rendimiento tras unos minutos de estar la pantalla apagada; siempre sin perder notificaciones ni cobertura. Doze redujo de manera notable el consumo de Android cuando los dispositivos no se utilizan.
Google evolucionó Doze durante las sucesivas actualizaciones de Android; e introdujo «Adaptive Battery» en Android 9 Pie para que el sistema aplicase Inteligencia Artificial en pos de averiguar qué es lo que más utiliza el usuario; optimizando su uso mientras restringe las apps que menos se arrancan. Como imaginarás, Android 9 es la versión de sistema más eficiente hasta la fecha.
La importancia del procesador y del resto de componentes en el ahorro de batería
Si el software evoluciona el hardware lo hace no solo al mismo ritmo, sino de una manera mucho más marcada. Basta con echarle un vistazo a la evolución del SoC, el multiprocesador que hace de cerebro en los dispositivos electrónicos: el que tienen los móviles actuales está a años luz del que poseían los móviles Android en sus comienzos.
Pese a que lo lógico es pensar que los procesadores solo aumentan de potencia la realidad es que también disminuyen de manera notable el consumo de energía con el salto de generación. Esto se debe a varios motivos:
- El proceso de fabricación consigue transistores cada vez más pequeños. Por ejemplo, los Qualcomm Snapdragon de 2009 estaban fabricados en 45 nm; el Snapdragon 855 de ahora en 8 nm. Ese menor tamaño consigue que el SoC gaste muchísimo menos calentándose también menos (el exceso de calor también implica mayor consumo).
- Los procesadores móviles han evolucionado para incluir varios clústeres, uno de ellos de bajo consumo. Con la creciente inclusión de núcleos los fabricantes reservan varios para tareas de alto rendimiento y otros que solo se activan cuando el móvil no trabaja en exceso. De ese modo se ahorra mucha batería.
- El SoC incluye una notable cantidad de componentes para que no se necesite instalarlos aparte. Soporte para redes móviles, GPU, ISP, sistema de decodificación de sonido… Al estar incluido dentro del multiprocesador el móvil no necesita componentes aparte, por lo que se ahorra en energía y también en tamaño.
Si el procesador ha evolucionado la memoria RAM, el almacenamiento, los módems, los sensores de fotografía… lo han hecho en igual medida. Primero disminuyendo su tamaño, igual que hicieron los multiprocesadores; después optimizando sus prestaciones de manera que necesiten consumir menos obteniendo mejores resultados.
El smartphone es un dispositivo que, por su naturaleza, necesita optimizarse para que aguante lo máximo posible con una carga. Como hemos visto, el software y el hardware caminaron de la mano para que las necesidades energéticas se redujeran de manera considerable. Y hay otro punto que también se ha notado: las baterías son cada vez más grandes. Es cierto que, ante problemas de consumo, lo más fácil es aumentar el tamaño de la batería, pero tampoco es algo de lo que nos vayamos a quejar. Al fin y al cabo todo suma.
Los fabricantes también han puesto su granito de arena para ahorrar batería
Las capas personalizadas tienen muchos detractores. No deja de ser lógico ya que muchas se alejan tanto del concepto original de Android stock que lo último que parecen es un Android, pero hay un empeño que no podemos desdeñar: algunas de esas capas colaboran en que tu móvil ahorre batería.
Capas como MIUI o EMUI son bastante agresivas y limitan el funcionamiento de las apps en segundo plano para que no consuman en exceso. Esto se traduce en que móviles de Huawei o Xiaomi aguantan más que los de otras marcas a pesar de incluir idéntica capacidad de batería y mismo procesador. Por ello, la elección de la capa también es importante cuando buscas que tu futuro móvil aguante lo máximo posible con una capa.
La capa puede restringir aplicaciones en segundo plano ahorrando con ello batería
Esta restricción de aplicaciones en segundo plano se da en capas como MIUI o EMUI, como hemos dicho, también en otras como OxygenOS de OnePlus. Hay una web que denuncia precisamente eso, la limitación de las apps en segundo plano. Esto, que puede tener una contrapartida en forma de pérdida de notificaciones (siempre es algo que se puede solucionar con una buena configuración), aumenta de manera significativa la duración de la batería.
Haciendo un resumen podríamos decir que tu móvil ahorra batería sin que te des cuenta de las siguientes formas:
- Android detiene aplicaciones cuando apagas la pantalla, también se encarga de averiguar qué apps usas más y cuáles menos para optimizarlas.
- El procesador se reserva sus núcleos de menor consumo para cuando no utilizas a fondo tu móvil.
- Cuanto más moderno sea tu móvil más modernos serán sus componentes; consumiendo de forma más reducida.
- La capa de tu fabricante también colabora en el menor gasto energético.
¿Que quieres ahorrar batería extra? A continuación tienes algunos consejos que puedes realizar.