Hace un año y medio llegó oficialmente a España la marca de tecnología Xiaomi. Desembarcó con un modesto abanico de dispositivos, que poco a poco ha ido ampliando a una gran variedad, destacando sobretodo los smartphones que han ido llegando.
Dispositivos de diversas gamas, apto para casi cualquier tipo de usuario, aunque donde ha obtenido mayor éxito ha sido en la gama media. Una de las gamas más reñidas del universo Android, en la que un pequeño detalle puede inclinar la balanza entre un dispositivo y otro.
Situación de la gama media pre-Xiaomi
Antes de la llegada del gigante asiático las opciones en la gama media eran sota, caballo, rey. Teníamos a la eterna Motorola, la resurgida Nokia y la española BQ en los escalones de recomendaciones habituales. Situándose en un segundo plano LG, Samsung o Sony.
Si nos encontrábamos ante la pregunta ¿Qué teléfono me recomiendas que sea bueno pero no muy caro? La respuesta estaría en un alto porcentaje en las tres primeras opciones, siendo Motorola la elección más segura para quien buscaba un equilibrio entre calidad/precio.
Tanto LG, Samsung y Sony, esta última quizá un poco menos, gozaban de una buena popularidad en las ofertas de las operadoras o del folleto de la gran superficie de turno. Especialmente Samsung gracias al gran tirón de la marca Galaxy.
Sin embargo todo esto cambió como decíamos hace un año y medio… Xiaomi puso sus tentáculos en el mercado español y lo hizo con un smartphone que rompió moldes. Hablamos del Xiaomi Mi A1 que revolucionó la gama media e inició una guerra que dura hasta ahora.
Xiaomi Mi A1, el inicio de la conquista
Era tal la popularidad y las ansias de los usuarios que durante semanas era casi imposible adquirir uno. ¿Su secreto? Ofrecer por un precio comedido unas características equilibradas, junto con el sello de Android One y el boca a boca que la marca Xiaomi tenía por las redes.
Pero esto solo era el principio, ya que Xiaomi desde entonces se ha dedicado a inundar la gama media y baja con dispositivos. Smartphones como la gama Redmi, Redmi Note, Redmi S2 y segunda generación de la gama Mi A1. Dispositivos con especificaciones solventes a precios rompedores.
Transcurrían los meses y veíamos como Xiaomi dejaba de ser algo que conocían los «picaos» de la telefonía, pasando a ser de lo más natural hablar de ellos o usar uno en nuestro día a día. Y el abordaje masivo de dispositivos empezó a poner a la competencia en problemas.
BQ de lo más alto a la nada absoluta
La marca española gozaba de una gran popularidad con sus últimos Aquaris X y sobretodo con los Aquaris X2. Siendo estos últimos unos dispositivos con Android One que prometían dar alguna que otra alegría. Pero pasaban las semanas y veíamos como en BQ empezaban a haber movimientos extraños, decisiones que tenían poca explicación, hasta que llegó lo que pocos querían.
BQ decidió desprenderse de su departamento de telefonía, pasando a la Vietnamita VSmart que recogería el testigo de la empresa española. Quizá este resultado no sea un efecto directo de la llegada de Xiaomi a España, pero los precios tan ajustados junto con malas decisiones llevaron a la desaparición de BQ como la conocíamos.
LG, perdiendo el interés…
Los coreanos eran una marca popular entre los usuarios, gracias al gran ecosistema de dispositivos del que disponen. Si tenías una televisión, frigorífico o lavadora de LG quizá pensaras en ellos para un smartphone. Algo similar ocurre con Samsung.
Sin embargo LG nunca ha destacado especialmente en las gamas bajas, ya que su mayor reclamo son la gama alta encarnada en la gama G y V. Aún así, gracias a las operadoras especialmente, solía ser una marca reconocida entre los usuarios. Unos usuarios que han ido viendo poco a poco el especial desinterés de la marca.
Hablamos de smartphones con especificaciones desequilibradas, precios un tanto por encima de la media y especialmente un abandono en el soporte. LG no cuenta con ningún dispositivo bajo el sello de Android One y las actualizaciones del sistema/seguridad llegan muy de cuando en cuando.
Motorola, la reina que dejó de reinar
Hubo una época no muy lejana en la que elegir un smartphone por 200€ tenía como casi única respuesta un Motorola G, especialmente en su primera generación y sucesivas. Una popularidad que poco a poco fue desluciéndose por dos motivos, empezaron a aparecer rivales serios y la dejadez en el soporte.
Si en algo destacaba Motorola en sus primeros Moto G era en ser de los primeros en disponer de la última versión de Android. Una especie de Nexus que todo el mundo se podía permitir, algo que ha ido desapareciendo sobretodo tras su adquisición por Lenovo.
A modo de ejemplo, los Motorola G5 tardaron más de un año y medio en tener Android 8. Mientras la gran mayoría de sus rivales de gama llevaban meses disfrutando de dicha versión… un pequeño detalle que aunque pareciera que no, los usuarios han empezado a valorar.
Nokia, el renacido fugaz
El regreso de Nokia rompió todos los miedos que se tenían sobre si estaría a la altura esta nueva Nokia, respecto a la que todos conocíamos y teníamos en el recuerdo. Sus primeros dispositivos, pese a no ser perfectos, sentaban unas bases que prometían.
Principalmente la promesa de actualizar sus dispositivos asiduamente, más tarde se incluirían dentro de Android One. Los materiales y acabados de los teléfonos eran robustos, algo que recordaba y añoraban los viejos usuarios de Nokia. Y recuperaron alianzas míticas tales como Carl-Zeiss o la nomenclatura Pureview.
La gama media se presentaba prometedora con dispositivos como los Nokia 5 y Nokia 6, seguidos de su segunda generación. Sin embargo, en este 2019, observamos con bastante sorpresa como Nokia solo ha presentado teléfonos de gamas inferiores a precios más que discutibles. Protagonizando su única propuesta novedosa el Nokia 9 Pureview, pero eso es gama alta.
Sony, el pulpo en el garaje
Lo de Sony es de las historias más peculiares que existen en el universo de Android. Existe un gran número de usuarios que esperan un gran dispositivo por parte de Sony, pero parece que ellos se empeñan en estropearlo en algún aspecto.
Siendo sinceros la gama donde más ha resaltado Sony ha sido en la gama alta, los Xperia Z, XZ y ahora el Xperia 1. En las gamas media y baja, ofrecían dispositivos que estaban bien pero pecaban en algún detalle imperdonable. Ejemplos como poco almacenamiento respecto a sus rivales, elecciones de hardware un tanto limitado o precios muy por encima de cualquier rival.
Tan solo hay que observar los nuevos Xperia 10 y Xperia 10 Plus, unos teléfonos que nos han gustado mucho por la propuesta novedosa de Sony. Sin embargo nos encontramos que tienen un precio muy muy superior respecto a todos sus rivales y es que las comparativas a veces… son odiosas.
Xiaomi, la piedra en el zapato
Obviamente la situación de todos los anteriormente mencionados no son culpa directa de Xiaomi. Ellos llevan a cabo una estrategia muy agresiva y en su derecho están, sin embargo lo que debería haber sido un revulsivo que «espabilara» el sector, se ha convertido en una derrota.
Malas decisiones, ya sea en la elección del hardware o del precio. Un soporte lejano de lo esperado. O el simple hecho de no poder soportar el ritmo marcado por el gigante asiático, son las razones en las que poco a poco Xiaomi se ha ido convirtiendo en la elección en mayúsculas.
Sea un modelo u otro, tienen un dispositivo que en un alto porcentaje se adecuará a lo que buscas y a un precio que si te puedes permitir. Esto unido a la estrategia de inundar la gama media, a veces incluso haciéndose la competencia a si misma, hace que los rivales estén con el agua al cuello.
La competencia es algo bueno y ya hemos visto demasiadas veces lo que ocurre cuando una marca domina muy por encima de las demás. Por lo que esperamos que en la gama de Android más reñida, siga existiendo esa competencia y así los usuarios seremos los más beneficiados los usuarios.